ARGUMENTO: “Los animales no tienen libre albedrío, no eligen lo que hacen”

RESUMEN: ¿Qué es el «libre albedrío» (o libertad)? ¿qué es el determinismo? ¿cómo se demuestra el libre albedrío? ¿cómo se demuestra el determinismo? ¿qué es un instinto? ¿qué implicaciones éticas tiene la existencia o no existencia de libre albedrío? Éstas son las principales preguntas a las que aquí voy a responder.

El determinismo es la idea de que todo lo que ocurre (pensamientos, acciones, sucesos) está determinado por la irrompible cadena causa-efecto o causa-consecuencia, la llamada causalidad. En cambio, el libre albedrío o libertad es una característica de los seres que tienen una conciencia, según la cual pueden elegir qué piensan y qué hacen sin estar condicionados 100% por una causa anterior. Tanto para demostrar el determinismo como para demostrar el libre albedrío, primero es necesario conocer el futuro (suponiendo que el futuro esté determinado) y después comprobar si podemos cambiar ese futuro o no, lo cual nos lleva a una aporia o paradoja irresoluble: si podemos conocer acontecimientos futuros entonces la Realidad es determinista, pero parece obvio que ese mismo conocimiento sobre acontecimientos futuros permitiría demostrar lo contrario. El libre albedrío o libertad no se puede demostrar, suponemos que es una característica intrínseca de la conciencia. Creer en el libre albedrío no tiene nada que ver con religión porque el determinismo tampoco se puede demostrar. No tiene sentido debatir con un determinista y no te puede recriminar nada si le sacas de una conversación o le castigas por un crimen que cometió porque, según él, todo está determinado; es así como se rebate a estas personas. No hay ninguna razón para suponer que los humanos tienen libre albedrío y al mismo tiempo suponer que quienes no son humanos no lo tienen.

Palabras clave: azar verdadero, causalidad, destino, determinismo, elección, libertad, libre albedrío, voluntad

 

Mostrar historia del determinismo y del libre albedrío

Historia del determinismo

Junto con su maestro, Leucipo (s.V a.C), Demócrito (460 a.C.- 370 a.C.) es considerado el fundador de la «teoría atómica del universo»: el atomismo. Según el atomismo, el universo está constituido por combinaciones de pequeñas partículas indivisibles a las que denomina «átomos» (en griego significa «que no se puede dividir»). Demócrito no llegó a dicha conclusión por demostración empírica, sino mediante deducción lógica. Éste fue el origen del determinismo.

En la obra «Edipo rey» (en griego Oι̉δίπoυς τύραννoς, Oidipous Tyrannos; en latín Oedipus Rex) es una tragedia griega escrita por Sófocles (496 a.C – 406 a.C). Algunos indicios dicen que pudo ser escrita en los años posteriores a 430 a.C. En ella se dice que la predestinación es el destino inalterable de cada persona, destino que ha sido determinado por los dioses.

En el cristianismo se ha relacionado el determinismo o predestinación con la omnisciencia de un supuesto Dios, pues si Dios todo lo sabe entonces sabe quien «se salvará» y quien «se perderá». En la Biblia puede encontrarse predestinación en los siguientes versos:

«En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre muchos hermanos; y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.» (Romanos 8:29-30)

«Lo que anunciamos es una sabiduría de Dios, misteriosa y secreta, que él preparó para nuestra gloria antes que existiera el mundo;» (1 Corintios 2:7)

«El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de al gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. En él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento. El nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo, para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo. En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano –según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad–.» (Efesos 1:5-11)

Es muy conocida la crítica de David Hume (1711-1776) al principio de causalidad del determinismo.

Historia del libre albedrío

La palabra «albedrío» tiene su origen en la palabra arbitrium, que significa «potestad de obrar por resolución y elección».

En la Biblia también parece defenderse que los humanos tienen libre albedrío: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza;» (Génesis 1:26), pero si los humanos tienen libre albedrío entonces «Dios» no sería omnisciente (no lo sabría todo), y por lo tanto se entra en contradicción con la definición de «Dios» y con el libro del Apocalipsis. La Biblia niega capacidad de libre albedrío a quienes no son humanos, y en su lugar dice que se mueven puramente por instintos. También es por esta absurda creencia religiosa por lo que se les niega cualquier capacidad de razonamiento.[1]

 

Determinismo y libre albedrío

1. Algunos no conocen la diferencia entre determinismo y libre albedrío.

Ajedrez y libre albedríoEl determinismo es la idea de que todo lo que ocurre (pensamientos, acciones, sucesos) está determinado totalmente por la irrompible cadena causa-efecto o causa-consecuencia, la llamada causalidad. Es decir, según el determinismo, todo lo que ocurre «ya estaba escrito» y por lo tanto «existe» un futuro inevitable, lo que popularmente se conoce como «el destino». Por ejemplo, según el determinismo, esto que estás leyendo ahora mismo no lo has elegido leer, sino que es el resultado de una causa anterior y da igual lo que ahora pienses o hagas, por muy disparatado que sea, no lo estás eligiendo porque no hay otras alternativas, sino que es el resultado de reacciones fisio-químicas: para el determinismo eres un robot biológico.

Es importante tener claro que si suponemos que la Realidad está determinada eso no niega la existencia de la conciencia y de las experiencias que la componen, como el dolor, el placer o cualquier cosa que pensemos.

En cambio, el libre albedrío o libertad es la idea de que los seres que tienen conciencia poseen la capacidad de elegir qué piensan y qué hacen sin estar determinados por una causa anterior, aunque estén condicionados en una determinada medida. Si suponemos que la Realidad contiene seres que tienen libre albedrío entonces sigue existiendo la causalidad, pero ya no se puede hablar de una Realidad determinada ni de un «destino».

2. Algunos dicen que «el libre albedrío es tener la capacidad para elegir entre el bien y el mal».

Sin embargo el libre albedrío no es eso. El libre albedrío es la capacidad para elegir pensar o hacer algo sin estar determinado por la causa-efecto; y DESPUÉS de esa cuestión podemos hablar sobre la capacidad para diferenciar el bien del mal y elegir (libremente) en consecuencia.

Quienes restringen el significado de «libre albedrío» a «capacidad ética» suelen hacerlo para que la Realidad encaje con lo que pone en libros religiosos. Además dicen que todos los humanos, y sólo ellos, tienen dicha capacidad, cayendo así en la falacia ecológica[2], pues millones de humanos no tienen capacidad para razonar éticamente, igual que ocurre con quienes no son humanos.

Incluso si les diéramos la razón a dichas personas, del hecho de alguien no tuviera libre albedrío no se puede inferir que sea éticamente correcto explotarle y matarle, pues sigue teniendo capacidad para sufrir y disfrutar, e intereses respecto a dichas experiencias.

Toni Cantó: "Los animales no tienen derecho a la vida porque no tienen libre albedrío"

3. Algunos dicen que «la Realidad es determinista y libre».

Por ejemplo, la película de ciencia ficción «Minority Report» transcurre en el año 2054, donde policías del sistema PreCrimen arrestan a quienes van a ser futuros criminales justo antes de que estos cometan los delitos que un grupo de «precognitivos» lograron prever.

Dicha película se apoya en la idea según la cual «podríamos conocer el futuro porque no existe libre albedrío para cambiarlo, pero tenemos libre albedrío para cambiar dicho futuro» es una contradicción, pues la Realidad es determinista o libre, es lógicamente contradictorio que sea ambas cosas contrarias al mismo tiempo: si tenemos libre albedrío entonces no podemos conocer el futuro, y si la Realidad está determinada entonces no podemos cambiar lo que sucederá en el futuro.

Demostración

4. Algunos dicen que «el determinismo o el libre albedrío se pueden demostrar».

Sin embargo, tanto para poder demostrar el determinismo, como para poder demostrar el libre albedrío, primero es necesario conocer el futuro (suponiendo que el futuro esté determinado) y después comprobar si podemos cambiar ese futuro: si lo podemos cambiar entonces tendríamos libre albedrío y si no lo podemos cambiar entonces estaríamos determinados. Esto nos lleva a una aporia o paradoja irresoluble: si podemos conocer acontecimientos futuros entonces la Realidad es determinista, pero parece obvio que ese mismo conocimiento sobre acontecimientos futuros permitiría demostrar lo contrario.

Por ejemplo, si pudiésemos conEl determinismo es absurdoocer exactamente el día de nuestra muerte, parece imposible que no pudiéramos ser capaces de adelantar el día de dicho acontecimiento. Además de la dificultad extrema para calcular qué va a ocurrir en el futuro, pues habría que conocer toda la Realidad y calcular todas las interacciones causa-efecto, se le suma la posibilidad de que exista el azar verdadero. El azar verdadero añade a la Realidad una indeterminación no dirigida por libre albedrío que haría imposible cualquier cálculo determinista.

Si la Realidad no está determinada entonces es imposible conocer el futuro, pero eso no nos da la respuesta a la pregunta de si la conciencia tiene libertad o si no la tiene.

Aunque algunos estudios pretenden demostrar que el libre albedrío existe en animales no humanos, el libre albedrío o libertad no se puede demostrar, es un supuesto que asumimos como característica intrínseca y de la conciencia, y no tiene nada que ver con religión porque el determinismo tampoco se puede demostrar.

5. Algunos dicen que «los humanos y el resto de animales no tienen libre albedrío, la Realidad es determinista».

Llamaré a «deterministas» a estas personas. Por ejemplo, Daniel Dennett (1942-) llama «teatro cartesiano» a la idea del libre albedrío. Lo curioso es que los deterministas suelen asumir sin demostración alguna el determinismo.

Antes expliqué que el determinismo no se puede demostrar porque para ello es necesario conocer el futuro y eso no es posible, pues siempre se trabaja con estimaciones.

Si bien existe una parte de condicionamiento genético, tenemos derecho a creer que lo que pensamos y hacemos no está determinado por una causa anterior. A los deterministas les podemos decir: «estoy determinado para afirmar que tengo libre albedrío», por eso no tiene sentido debatir con un determinista.

A veces los deterministas mencionan el experimento de Libet, pero resulta que el propio Benjamin Libet (1916-2007) usó la noción de «veto» para referirse al libre albedrío.

Mostrar supuestas pruebas que demuestran que el determinismo

El libro «Incógnito» de David Eagleman

Algunos deterministas dicen que el determinismo está demostrado haciendo referencia al libro «Incógnito» de David Eagleman. En el capítulo 6, Eagleman cuestiona el planteamiento de la responsabilidad penal. El autor dice que no pretende exonerar a los delincuentes, sino perfeccionar el modo en el que se castiga. El propio Eagleman no llega a desestimar la existencia del libre albedrío de manera radical pero, aún en el caso de que existiera, dice que su influencia sería mínima. (Fuente: preventivareincidente – tnelp)

El experimento de Libet

Algunos deterministas dicen que el determinismo está demostrado haciendo referencia a un experimento realizado en 1983 por Benjamin Libet (1916-2007), según el cual los procesos neurológicos inconscientes preceden y potencialmente causan tanto el acto motor como la sensación de haber realizado una decisión por propia voluntad (conciencia); pero el propio Libet reconoce un vestigio de libre albedrío con su noción de veto: la capacidad de la actividad consciente para bloquear o abortar un acto ya iniciado, dentro del lapso de cientos de milisegundos entre la percepción subjetiva de la decisión y la ejecución del acto mismo.

Una crítica general consiste en señalar que Libet pidió a los voluntarios que «dejaran el impulso -de moverse- aparecer por sí solo, sin planearlo ni concentrarse en el acto».

De acuerdo con ciertos pensadores (Alexander Batthyany entre otros), una teoría del «Libre albedrio» o del «yo» que admitiera la existencia real de estos conceptos no tendría porque dejar de lado la posibilidad de que actos semejantes existieran en el cerebro, actos basados en un cierto automatismo mental en un estado de pasividad del individuo. Por lo tanto es posible que el experimento de Libet no estuviera apuntando al blanco adecuado; decisiones complejas, basadas en ponderación de riesgos y beneficios, o en búsqueda de los gustos y deseos propios, quedan totalmente fuera del alcance del diseño propuesto por Libet.

Otras críticas se han realizado al experimento, Daniel C. Dennett en «Freedom Evolves» habla sobre los problemas del método de contaje de tiempos que se utilizan: es imposible valorar los resultados si no conocemos los tiempos que tardan los diferentes elementos del cerebro involucrados en comunicarse entre sí, o sin saber exactamente las direcciones y número de estas comunicaciones. También Francis Crick (1916-2004) en su libro «The astonishing hypotheses» expresa que los resultados del experimento «resultan difíciles de interpretar y han dado origen a muchas polémicas».

 

6. Algunos dicen que «el libre albedrío existe, pero sólo la conciencia humana lo tiene».

Según estas personas, «quienes no son humanos no eligen lo que hacen porque siempre actúan por instintos: son robots biológicos». Estas personas asignan arbitrariamente libertad solo a los humanos porque son antropocentristas.[3]

La creencia antropocentrista tiene un origen religioso (teocentrista), según la cual un supuesto «ser sobrenatural bueno» (un dios) «creó» a los humanos a su imagen y semejanza, y puso al resto de su «creación» al servicio de estos, como puede leerse en Génesis 1:26-27: Dios dijo: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo». Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer».

Finalmente los antropocentristas concluyen que como quienes no son humanos no tienen libre albedrío entonces es éticamente correcto explotarles y matarles. Sin embargo, no existe ninguna razón para suponer que los humanos tienen libre albedrío y al mismo tiempo suponer que quienes no son humanos no lo tienen.

Para afirmar que lo que alguien piensa o hace es el resultado de la libertad o, por el contrario, del determinismo, se debe realizar algún tipo de experimento que lo compruebe. El problema, como expliqué, es que el libre albedrío no se puede verificar, ni en humanos ni en no humanos. Por lo tanto, o se les niega libre albedrío a todos, o se considera que todo ser con una conciencia tiene libre albedrío independientemente de su grado de condicionamiento.

Ética y libre albedrío

7. Algunos deterministas dicen que «el libre albedrío no existe, pero la Ética sí existe».

Sin embargo, si todo lo que pensamos y hacemos fuera el destino entonces las malas acciones serían inevitables. Por ejemplo, si no existe libre albedrío entonces cuando una persona asesina ese sería el destino: no tendría sentido recriminarle que no debería haber asesinado, por lo tanto no sería responsable del asesinato. Además ocurriría lo mismo con la recriminación y con el castigo: no podríamos evitar recriminarle y castigarle[4] porque ese también sería el destino. Llegamos a la conclusión de que si suponemos que todo está determinado, la Ética no cambia nada respecto a si suponemos que existe el libre albedrío.

Matrix Reloaded - Visión del libre albedrío

Bibliografía

– Bover, Jan. Cómo vivir feliz sin libre albedrío, marzo de 2012.
– Nichols, Shaun. Experimental Philosophy and the Problem of Free Will. Science 18 March 2011: Vol. 331 no. 6023 pp. 1401-1403 DOI: 10.1126/science.1192931.
– Michael Pauen. Does Free Will Arise Freely?, Scientific American Mind, 14(1), 2004.
– Daniel C. Dennett, Freedom Evolves. Allen Lane, 2003. ISBN 0-14028-389-7.
– Benjamin Libet, Anthony Freeman, and J. K. B. The volitional brain: Towards a neuroscience of free will. Sutherland, Editors, Imprint Academic, 1999. ISBN 0-907845-50-9.
– Benjamin Libet, Mind time: the temporal factor in consciousness, Harvard University Press, 2004. ISBN 0-674-01320-4.
1999 – Benjamin Libet, Anthony Freeman, and J. K. B. Sutherland, Editors, The volitional brain: Towards a neuroscience of free will. Imprint Academic
La nueva mente del emperador, Roger Penrose. -> Utiliza el argumento de Gödel para demostrar el funcionamiento no algorítmico de la mente.

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8 Comments

  1. Daniel 3 abril, 2021
    • David Díaz 3 abril, 2021
    • Daniel 3 abril, 2021
    • David Díaz 4 abril, 2021
    • Daniel 6 abril, 2021
    • David Díaz 7 abril, 2021
    • Daniel 3 abril, 2021
    • David Díaz 4 abril, 2021

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