ARGUMENTO: “Debemos respetar a los animales porque son animales”

RESUMEN: ¿Debemos respetar a los animales o a los seres sintientes? ¿qué es el animalcentrismo? ¿qué es el reinismo? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí voy a responder.

El deber ético se origina de los intereses de los seres sintientes, por eso la Ética es sensocentrista. La puesta en práctica de la Ética se llama veganismo: respetar a los demás seres sintientes. Sin embargo, los animalcentristas dicen que: «no debemos respetar a los seres sintientes, sino respetar a los animales». Cuando el animalcentrismo dice que «debemos respetar a los animales porque son animales» usa el mismo argumento circular que usa el antropocentrismo: «debemos respetar a los humanos porque son humanos». Por lo tanto, el animalcentrismo también es una falacia de petición de principio. Así como discriminar arbitrariamente a alguien porque no pertenece a una determinada especie es «especismo», discriminar arbitrariamente a alguien porque no pertenece a un determinado reino biológico es «reinismo». Afortunadamente sólo existen seres sintientes en el reino Animalia, pero no todos los animales son seres sintientes. Una vez que somos conscientes de que el animalcentrismo y su reinismo son éticamente erróneos, debemos intentar expresarnos en términos de «seres sintientes», y no en términos de «animales» o «animales no humanos».

Palabras clave: animalcentrismo, reino Animalia, reinismo

Deber ético

1. El deber ético se origina en los intereses.

En otro artículo demostré científicamente que el deber ético se origina de los intereses de los seres sintientes.[1] Por ejemplo, si no quieres que te dañen ni que te maten entonces defiendes que: no te deben dañar ni matar. Pero esas normas no ocurren sólo contigo, sino con todos aquellos que no quieren que les dañen ni que les maten. Podemos universalizar esas normas éticas como: «no se debe dañar a quien no quiere ser dañado», «no se debe matar a quien quiere seguir viviendo», etc. Hay algunos matices más, como el a priori, pero eso está explicado en el artículo que he referenciado.

Como el deber se origina en los intereses (de los seres sintientes) entonces la Ética es sensocentrista.[2] La puesta en práctica de la Ética se llama veganismo: respetar a los demás seres sintientes.[3]

Animalcentrismo

2. Algunos «veganos» dicen que «no debemos respetar a los seres sintientes (sensocentrismo), sino respetar a los animales (animalcentrismo)».

Como sabemos, el deber ético se origina en los intereses de alguien, da igual quien éste sea.[1] Sin embargo, los animalcentristas dicen que: «el deber ético no se origina en los intereses de los seres sintientes, sino que se origina en el Reino Animalia. Debemos respetar a los demás porque son animales, no porque tengan intereses».

Por ejemplo, los animalcentristas dicen que: «debemos respetar a las esponjas marinas (Porifera) porque son animales, da igual que no tengan un sistema nervioso y que, por lo tanto, no tengan intereses». Os aseguro que me han llegado a decir esto.

Incluso la Vegan Society define la práctica del veganismo de manera animalcentrista cuando dicen: «El veganismo es una forma de vida que busca excluir, en la medida de lo posible y practicable, todas las formas de explotación y crueldad hacia los animales por comida, vestimenta o cualquier otro propósito».

La Vegan Society debería cambiar en su definición de veganismo la palabra «animales» por «seres sintientes». Estratégicamente, quizás ese cambio debería ocurrir cuando «seres sintientes» se convierta en una expresión más habitual en la sociedad.

Podemos comprobar que cuando el animalcentrismo dice que «debemos respetar a los animales porque son animales» usa el mismo argumento circular que usa el antropocentrismo: «debemos respetar a los humanos porque son humanos»[4], por lo tanto, el animalcentrismo también es una falacia de petición de principio.

El antropocentrismo es erróneo porque de una especie biológica no se puede inferir lógicamente ningún deber ético.

El animalcentrismo es erróneo porque de un reino biológico no se puede inferir lógicamente ningún deber ético.

Los cinco reinos (Whittaker)

Así como discriminar arbitrariamente a alguien porque no pertenece a una determinada especie es «especismo»[5], discriminar arbitrariamente a alguien porque no pertenece a un determinado reino biológico es «reinismo». Afortunadamente sólo existen seres sintientes en el reino Animalia, pero no todos los animales son seres sintientes.

Estrategia con animalcentristas

3. Los animalcentristas son aliados poco reflexivos.

Una vez que somos conscientes de que el animalcentrismo y su reinismo son éticamente erróneos, debemos intentar expresarnos en términos de «seres sintientes», y no en términos de «animales» o de «animales no humanos».

Evidentemente sería contraproducente declararnos «anti-animalcentristas» o «anti-animalistas», pues el animalismo abarca a todos los seres sintientes (y se pasa).

El animalcentrismo y su animalismo tienen más presencia pública que el sensocentrismo y su veganismo, por lo tanto ser aliados es útil para perjudicar a cosmovisiones éticas éticamente muy dañinas como lo son el antropocentrismo, el egocentrismo, el teocentrismo y otras.

Mostrar clasificación filogenética de la vida

SISTEMA DE TRES DOMINIOS

Árbol filogenetico de la vida (Woese, 1990)

El sistema de tres dominios es una clasificación biológica propuesta por Carl Woese (1928-2012) y colaboradores en 1977, que clasifica el árbol de la vida en tres grupos en la categoría más alta: Bacteria (en sentido restringido, excluyendo archaeas, a diferencia de la hasta en ese momento concepción del grupo), Archaea y Eucarya. Woese se basó en las diferencias encontradas en la secuencia del ARN ribosomal de la subunidad menor, para concluir que estos grupos se desarrollaron por separado de un antepasado común universal progenota. Este sistema llamado de tres dominios o imperios, ha reemplazado al anterior sistema de dos dominios formado por los grupos Eukaryota y Prokaryota; sin embargo, a la luz de los postulados más recientes, es posible que se abandone este modelo ya que no parece corresponderse con el árbol filogenético,​ como el mismo Woese reconoció posteriormente. Para describir estas tres grandes ramas, Woese se permitió tratarlas como dominios en 1990,​ siempre promoviendo la separación de los dos grupos procariotas (Bacteria y Archaea).

Aunque rápidamente la mayoría de los sistematistas moleculares aceptó el sistema de tres dominios, algunos biólogos como Mayr lo criticaron por dar demasiado énfasis a la singularidad de las arqueas y por ignorar las fuertes similitudes entre bacterias y arqueas. Sin embargo, estudios posteriores han confirmado que la membrana de las células de las arqueas tiene una composición inusual, así como la estructura de sus flagelos.​ Otras diferencias significativas son los sistemas de las arqueas para la replicación del ADN y la transcripción, que son bastante diferentes a las de los eucariotas. Por ejemplo, las ARN polimerasa de las arqueas constan de hasta 14 subunidades, mientras que las ARN polimerasa de las bacterias sólo tiene 4. Los análisis de dichas subunidades sugieren que están más estrechamente relacionadas a las encontradas en los eucariotas. Así también, las arqueas producen un número de proteínas de unión al ADN similar a las histonas de los eucariotas.

DOMINIO PROCARIOTA (Bacteria y Archaea)

Dominio Procariota

En biología y taxonomía, Prokaryota (palabra con etimología del griego: πρό-(pro-), «antes de» + καρυόν (carion), «nuez» o «almendra», como referencia a la carencia del núcleo celular) es el imperio o dominio que incluye los microorganismos constituidos por células procariotas, es decir, células que presentan un ADN libre en el citoplasma, ya que no hay núcleo celular. Los procariontes u organismos procariotas han recibido diversas denominaciones tales como Bacteria, Monera y Schizophyta, dependiendo de los autores y los sistemas de clasificación. Otros términos usados fueron Mychota, Protophyta y Procaryotae. Está constituido a su vez por dos dominios bien diferenciados: Bacteria y Archaea. Los procariontes son unicelulares, salvo algunos casos como las mixobacterias, algunas de las cuales tienen etapas multicelulares en su ciclo de vida.​ En otros casos crean grandes colonias, como en las cianobacterias. Los procariontes se caracterizan por no presentar núcleo celular, mitocondrias ni otros orgánulos. La compartimentación, también es frecuente en el mundo procariota en la forma de compartimentos unos delimitados por proteínas y otros delimitados por lípidos. Son microorganismos que poseen un solo cromosoma llamado nucleoide, su reproducción es asexual por fisión binaria, tienen gran variedad de metabolismos y hay especies adaptadas a todo tipo de ambiente, incluso los más extremos, calculándose que hay aproximadamente 5×1030 procariontes en el mundo.

DOMINIO EUCARIOTA

Dominio Eukaryota

En biología y taxonomía, Eukaryota, Eukarya o Eucaria (palabras con etimología del griego: εὖ eu —‘bueno’, ‘bien’— y κάρυον karyon —‘nuez’, ‘carozo’, ‘núcleo’—) es el dominio (o imperio) que incluye los organismos formados por células con núcleo verdadero. La castellanización adecuada del término es eucariota o eucarionte.​ Estos organismos constan de una o más células eucariotas, abarcando desde organismos unicelulares hasta verdaderos pluricelulares en los que las diferentes células se especializan para diferentes tareas y que, en general, no pueden sobrevivir de forma aislada. El dominio eucariota está formado por el reino Animalia, el reino Plantae y el reino Fungi, así como varios grupos incluidos en el parafilético reino Protista. En 1969, Robert H. Whittaker (1920-1980) postuló la clasificación de los seres vivos en cinco reinos: Monera, Protista, Fungi, Plantae y Animalia. Todos estos reinos presentan semejanzas a nivel molecular (estructura de los lípidos, proteínas y genoma), comparten un origen común, y principalmente, comparten el plan corporal de los eucariotas, muy diferente del de procariotas. Con excepción de algunos organismos unicelulares, el ciclo de vida eucariota alterna una fase haplonte y otra diplonte, que se consigue mediante la alternancia de meiosis y fecundación, procesos que dan células haplontes y células diplontes respectivamente.

 

(Visited 354 times, 1 visits today)

2 Comments

  1. Liss 26 mayo, 2020
    • David Díaz 28 mayo, 2020

Leave a Reply