RESUMEN: ¿Qué es la carne in vitro o carne cultivada? ¿la carne cultivada es vegana? ¿cuáles son los perjuicios de la producción de carne cultivada para los animales? ¿qué beneficios tendría para quienes son explotados y matados cambiar la carne tradicional por carne cultivada? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí voy a responder.
La carne es tejido muscular. La carne puede ser producida en laboratorio mediante cultivo celular, y entonces se la llama carne cultivada o carne in vitro. Tras obtener las primeras células mediante una pequeña biopsia que apenas supone un pequeño perjuicio a quien se le realiza, ello convertiría a las granjas y a los mataderos en algo del pasado. Si bien en un principio se utilizaba sangre para hacer crecer las células de carne, actualmente se las puede hacer crecer mediante productos vegetales. Es cierto que hacer daño a alguien es éticamente incorrecto, aunque el daño sea muy pequeño, pues frustra su interés de no ser dañado, independientemente de cuál sea la finalidad de ese daño. El problema aparece cuando algunas personas afirman que no debe hacerse nada éticamente incorrecto en ningún caso. El error de estas personas es que son los llamados «deontologistas desconectados de la realidad», pues defienden que no existe una relación causa-efecto entre lo que se elige no hacer y lo que ocurre, algo que ya fue rebatido en un artículo anterior.
Palabras clave: carne cultivada, carne in vitro, carne limpia
Comer carne
1. Algunas personas dicen que «comer carne es éticamente incorrecto».
Estas personas se centran éticamente en el objeto en sí: en la carne (en cosas), en lugar de centrarse en si se frustran los intereses de alguien al ingerirla.[1] Sin embargo, en otro artículo demostré que comer carne en sí es éticamente correcto y que el mal está en maltratar a los demás, en pagar para que otros maltraten y en aceptar regalos de origen animal.[2]
Carne cultivada
2. Algunas personas no saben qué es la carne cultivada, que también es llamada carne in vitro o carne limpia.
Mostrar historia de la carne in vitroHistoria de la carne in vitro o cultivada
En 1932, el genocida Winston Churchill (1874-1965) predijo en un ensayo sobre el futuro: «En cincuenta años, por lo tanto, vamos a escapar de la cada vez más absurdo de un pollo entero para comer sólo la pechuga o el ala por el crecimiento de estas partes por separado en un medio adecuado».
Probablemente la primera investigación sobre la carne in vitro fue la realizada por M. A. Benjaminson del Touro College, en New York. Su grupo de investigación logró cultivar tejido muscular de carpa dorada en un laboratorio mediante diferentes medios de cultivo.
En 2004, un grupo de investigadores fundó la organización sin ánimo de lucro New Harvest con el fin de promocionar la investigación sobre la carne in vitro. Entre los fundadores están Jason Matheny y Vladimir Mironov. Según su sitio web, la carne cultivada con forma procesada, como la de salchichas, hamburguesas o nuggets de pollo, puede estar comercialmente disponible en algunos años.
En abril de 2005 comenzó un proyecto de investigación sobre la carne cultivada en los Países Bajos, y en 2008 se informó que la mayoría de la investigación sobre la carne in vitro estaba siendo realizada por equipos científicos holandeses. La investigación es llevada a cabo bajo la dirección de Henk Haagsman, un experto en investigación de tejidos de la Universidad de Ámsterdam, la Universidad Técnica de Eindhoven y la Universidad de Utrecht, en colaboración con el fabricante de salchichas Stegeman. El gobierno holandés concedió dos millones de euros de subvención al proyecto.
El 21 de abril de 2008, People for the Ethical Treatment of Animals (PETA) anunció un premio de 1 millón de dólares para el primer grupo que produjera con éxito carne sintética comparable y comercialmente viable respecto a los productos cárnicos producidos de forma convencional. PETA dijo que la cifra procede del número de pollos sacrificados diariamente para ser consumidos en los Estados Unidos, un millón.
La carne es tejido muscular. La carne puede ser producida en laboratorio mediante cultivo celular, y entonces se la llama carne cultivada o carne in vitro, también llamada carne limpia. Existen diferentes métodos para obtener carne cultivada: biopsia, pluma, etc. Algunos de ellos implican realizar una pequeña biopsia a un animal para tomar células musculares y hacer que éstas se reproduzcan en un medio rico en nutrientes, como lo harían en el cuerpo de un animal. Si bien en un principio se utilizaba sangre para hacer crecer las células de carne, actualmente se las puede hacer crecer mediante productos vegetales. Las células tienen la capacidad de multiplicarse tantas veces en la incubación que, en teoría, una sola célula bastaría para producir suficiente carne para alimentar por un año a toda la población del mundo. Una vez que las células se han multiplicado, se las coloca en un «andamio» esponjoso y se las embebe en nutrientes. También pueden ser estiradas mecánicamente para aumentar su tamaño y el contenido proteico. Las células resultantes pueden ser luego cosechadas, sazonadas, cocinadas y consumidas del mismo modo que cualquier carne procesada sin hueso, como las salchichas, las hamburguesas y los bastoncitos de pollo. El mayor reto para el cultivo de carne cultivada es conseguir una textura similar a la que presenta la carne no artificial, hecho que de momento puede evadirse mediante la producción de hamburguesas, salchichas y otros productos procesados que la gente que come carne compra habitualmente. En la web whyculturedmeat.org puede obtenerse más información sobre la carne cultivada.
Ética y carne cultivada
3. Algunas personas dicen que «la producción de carne cultivada es una actividad éticamente incorrecta y que por lo tanto es algo que no debe hacerse en ningún caso».
Es cierto que hacer daño a alguien sin su consentimiento es éticamente incorrecto, aunque el daño sea muy pequeño, pues frustra su interés de no ser dañado, independientemente de cuál sea la finalidad de ese daño.[1] El problema aparece cuando estas personas afirman que no debe hacerse nada éticamente incorrecto en ningún caso. Por ejemplo, puede leerse este tipo de planteamientos en artículos como «Un fraude in-vitro», etc. El error de estas personas es que defienden un marco ético «deontologista», pero rechazan la relación causa-efecto entre lo que se elige no hacer y lo que ocurre, una idea que ya rebatí en un artículo anterior.[3] Debido a este error, estas personas creen que si eligen «no hacer nada» entonces no son responsables de lo que ocurre. Por ejemplo, creen que si eligen no sustituir las granjas y los mataderos por unas pocas vacas a las que extraer de vez en cuando un poquito de músculo, ellos piensan que no tienen nada que ver con el enorme sufrimiento y matanza que eligieron no evitar en el camino hacia la ilegalización de la carne. En cambio los consecuencialistas elegimos el mal menor (carne in vitro) frente al mal mayor (granjas y mataderos), siempre con el objetivo de eliminar todo mal, incluida la carne in vitro que causa un pequeño daño a otros.
La estrategia de la carne cultivada
4. Algunos consecuencialistas dicen que «producir carne cultivada es una mala estrategia porque la gente no la consumiría».
Las razones que dan para afirmar que la gente no consumirá carne cultivada son: el precio y el asco. Dicen que la carne cultivada tendría un precio mayor que la carne no cultivada, pero el precio irá bajando con el paso del tiempo como ocurre con otros productos y debido a que no necesita tanta infraestructura y recursos como producir carne tradicional, la carne cultivada acabará siendo la opción más barata. Por otro lado está el tema del asco, que tiene su origen en el desconocimiento. Cualquier persona que conozca cómo se produce la carne cultivada se dará cuenta que es un proceso similar al cómo crecen los músculos y todo ello en perfectas medidas sanitarias. Si bien es cierto que la carne vegetal ya está compitiendo con la carne, y que las texturas y sabores son cada vez mejores, la carne cultivada sería un nuevo competidor que podría satisfacer a los más adictos a la carne, satisfaciendo también a quienes cuidan su salud, a ecologistas y a quienes no son humanos. Algunas ventajas del consumo de carne cultivada respecto al consumo de carne tradicional son las siguientes:
– La cantidad de grasa en la carne cultivada puede controlarse más fácilmente.
– La incidencia de enfermedades de origen animal[4] se reduce de manera significativa mediante reglas estrictas de control de calidad, algo que no es posible hacer en los criaderos industriales, ni en los mataderos, ni en las plantas empaquetadoras de carne.
– No es necesario cultivar las partes no comestibles del animal (los huesos, el sistema respiratorio, el sistema digestivo, la piel y el sistema nervioso).
– Por todo ello, la producción de carne cultivada debería ser más eficiente que la producción de carne tradicional en lo que hace al uso de energía, tierra y agua; y debería generar menos desperdicios.
– Otras.