ARGUMENTO: “Sólo pueden ser éticamente incorrectas las acciones de agentes éticos”

RESUMEN: ¿Qué es un agente ético (o agente moral)? ¿qué es un paciente ético (o paciente moral)? ¿lo éticamente incorrecto solo se refiere a las acciones de agentes éticos? ¿pueden ser éticamente incorrectas las acciones de quien no es un agente ético? ¿los derechos éticos existen dependiendo de quien sea el que los viola? Éstas son las principales preguntas a las que aquí voy a responder.

Los pacientes éticos son aquellos que deben ser éticamente considerados, son personas, no cosas. Aquellos pacientes éticos que pueden comprender la Ética son agentes éticos. Los agentes éticos son conscientes de cuál es su deber ético. Algunas personas afirman que los pacientes éticos tienen un valor intrínseco y derechos éticos, pero defienden el argumento agencial, el cual dice que la Ética sólo se refiere a las acciones de los agentes éticos. Sin embargo, estas dos ideas son contradictorias, pues si alguien tiene valor intrínseco y derechos éticos entonces los tiene independientemente de quién o qué le perjudique. El hecho de que alguien sea o no sea un agente ético tiene importancia para juzgar su carácter y su responsabilidad, pero no para evaluar éticamente las consecuencias que tienen sus acciones. Además, el argumento agencial viola el principio de igual consideración de intereses al no otorgar a priori el mismo peso a intereses iguales.

Palabras clave: agente ético, argumento agencial, deber, derechos éticos, valor intrínseco

 

Agente y paciente

1. Algunos no conocen la diferencia entre un agente ético y un paciente ético.

Se suelen usar los términos «agente moral» y «paciente moral», pero no me parece adecuado porque las morales tienen más que ver con la Antropología (es descriptiva). Por eso prefiero usar los términos «agente ético» y «paciente ético», para resaltar que son términos de la Ética (es normativa).

Un paciente ético es aquel ser que es éticamente diferente a una cosa, razón por la cual los pacientes éticos también son llamados «personas». ¿Qué seres son pacientes éticos? Todos aquellos seres que tienen intereses, es decir, los seres sintientes: la Ética es sensocentrista.[1]

Agente moralNo todos los pacientes éticos pueden asumir obligaciones éticas hacia otros, pues no todos tienen suficiente capacidad de razonamiento como para comprender la Ética. En cambio, a los pacientes éticos que sí que pueden comprender la Ética se les llama «agentes éticos». Hasta donde conocemos, en un sentido fuerte sólo existen agentes éticos de la especie humana, concretamente aquellos humanos adultos que tienen sus capacidades psíquicas en buen estado. Otros pacientes éticos no son considerados agentes éticos en un sentido fuerte, pero sí en un sentido débil, y por lo tanto serían responsables de sus acciones en un menor grado (de ahí la existencia de reformatorios, por ejemplo); esto es así porque no está clara la línea que separa a quien es un agente ético de quien no lo es, aunque las leyes jurídicas establezcan arbitrariamente una edad que diferencia al adulto del menor. Podemos ver la agencia ética como un valor gradual, en lugar de como un valor binario de «sí o no».

Agresores

2. Algunos dicen que «para saber si una acción es éticamente correcta o éticamente incorrecta no basta con saber si dicha acción perjudica a alguien, sino que debemos saber si el agresor es un agente ético».

El argumento agencial rechaza el valor intrínsecoEste argumento se llama «enfoque agencial» o «argumento agencial», y es muy defendido por «deontologistas». Según el argumento agencial, sólo tenemos derechos éticos cuando éstos van a ser violados por un agente ético, pero dejamos de tener derechos éticos cuando van a ser violados por quien no es agente ético, o por una enfermedad(1), etc. Según el argumento agencial, los derechos éticos no existen intrínsecamente en las personas, sino que vendrían a ser algo «de quita y pon», pues sólo existirían en un determinado contexto.

Estos son los posibles casos de agresiones que podemos encontrarnos y lo que el argumento agencial dice en cada uno de ellos:

a) Un agente ético agrede a otro agente ético. El argumento agencial dice que es una acción éticamente incorrecta. Por ejemplo, un hombre que agrede a una mujer; o por ejemplo, una mujer que agrede a un hombre.

b) Un agente ético agrede a un no-agente ético. El argumento agencial dice que es una acción éticamente incorrecta. Por ejemplo, una mujer agrede a un niño; o por ejemplo, un hombre agrede a un cerdo.

c) Un no-agente ético agrede a un agente ético. El argumento agencial dice que es una acción éticamente correcta. Por ejemplo, un león agrede a un hombre; o por ejemplo, un humano demente agrede a una mujer.

d) Un no-agente ético agrede a un no-agente ético. El argumento agencial dice que es una acción éticamente correcta. Por ejemplo, un perro agrede a un gato; o por ejemplo, un león agrede a un niño; o por ejemplo, un niño agrede a un hámster; o por ejemplo, un niño agrede a otro niño.

El argumento agencial ha sido rechazado por Sapontzis, Fink y Óscar Horta, entre otros.

Quienes usan el argumento agencial también suelen defender una teoría de derechos éticos fundamentada en el valor intrínseco (fijo) de las personas, con lo cual defienden ideas contradictorias. Por ejemplo, por Tom Regan (1938-2017) afirma que todos los seres sintientes son «sujetos-de-una-vida» que tienen un valor inherente o intrínseco, es decir, que las vidas de las personas (pacientes éticos) tienen valor por sí mismas independientemente del valor que otros quieran darlas, lo cual las dota de derechos éticos. Sin embargo, en su libro «Empty Cages: Facing the Challenge of Animal Rights» (2004) Tom Regan dice que: «sólo los agentes morales son capaces de violar derechos de otros». También usó dicho argumento en su libro «The Case for Animals Rights» (1983). Algunos veganos también dicen estas cosas.[1]

El argumento agencial rechaza el valor intrínseco

El argumento agencial entra en contradicción con la idea según la cual las personas tienen un valor inherente o intrínseco, pues según el argumento agencial el derecho ético le vendría dado a las personas por los agentes éticos en lugar de por su propio valor inherente o intrínseco. Si alguien tiene un derecho entonces, a priori, ese derecho debe ser respetado, independientemente de si quien lo quiere violar es un agente ético o no, pues lo que realmente importa es la persona portadora de derechos, no quien o qué los viola. Por lo tanto, antes de intentar rebatir el argumento llegamos a la conclusión de que el argumento agencial no es coherente con su propia teoría de derechos éticos.

El hecho de que alguien sea o no sea un agente ético tiene importancia para juzgar su carácter y su responsabilidad, pero no para evaluar éticamente las consecuencias de sus acciones. Así lo explica Steve F. Sapontzis:

«El niño quizás sea demasiado joven para reconocer y responder a obligaciones éticas humanas. De todas formas, mientras esto puede influir nuestra evaluación de su carácter y la responsabilidad por sus acciones, no nos lleva a concluir que no hay nada malo en el suplicio que produce al gato. Por citar otro ejemplo, si determinamos que alguien es un delincuente psicótico, es decir, incapaz de distinguir lo correcto de lo erróneo, esto afecta a nuestra evaluación de su responsabilidad por sus acciones y si merece castigo por ellas. Sin embargo, no nos lleva a concluir que no había nada malo en esas acciones.» —Steve F. Sapontzis, «Predation», en «Ethics and Animals», 5 (2), 1984, 27-38, p.28.

Por último también podemos señalar que el argumento agencial viola el Principio de Igual Consideración de Intereses al no considerar por igual intereses iguales.[2] Si, según el argumento agencial, una agresión es éticamente correcta o incorrecta dependiendo del tipo de agresor entonces se discrimina arbitrariamente a las personas que son víctimas de determinados tipos de agresores, en lugar de considerar sus intereses como se hace con las víctimas de otro tipo de agresores.

Derechos éticos

3. Algunos dicen que «un derecho ético es la suma de un interés y del reconocimiento de dicho interés legítimo por parte de un agente ético».

Según estas personas, «un derecho ético es la suma de dos elementos: el intereses de la persona, más el reconocimiento que los agentes éticos hacen de dicho interés legítimo»[2]. Sin embargo, esta idea también contradice la idea de valor intrínseco.

La Realidad es que los agentes éticos deben reconocer que todos los seres sintientes tienen intereses legítimos, como el derecho ético a la salud y a la vida, y en ese reconocimiento están reconociendo la consideración ética de dichos intereses, tanto por acción directa como por omisión.

Cabe destacar que entre dichos intereses no está sólo «el interés de que un agente ético no frustre nuestros intereses», sino el «interés de que no se frustren nuestros intereses»:

«… lo que importa de verdad es lo que le sucede a la víctima y no tanto quien comete el acto indebido. La muerte de una gacela tras una dolorosa tortura es tan mala para ella si la tortura se la inflige un tigre como si se la practica un ser humano.» —Aurelio ArtetaAurelio, «Mal consentido: la complicidad del espectador indiferente», Madrid: Alianza Editorial, 2010, pp. 23-24)

El deber de respetar los intereses de otros (los derechos éticos) tiene su origen en la existencia de intereses comunes de las persona.[3] Para que una persona tenga derechos éticos no es necesario que otra persona los reconozca, sino que ese derecho existe en la persona misma. Pongo un ejemplo extremo para que se vea más claro: si en el Universo sólo existiera una persona entonces esa persona tendría derechos éticos.

Tutores

4. Algunos de quienes se empeñan en usar el erróneo argumento agencial utilizan la idea de «tutor».

Pelea de niños, sin agenteEl argumento agencial nos lleva a conclusiones incómodas, por ejemplo que no hay nada éticamente incorrecto en que un grupo de niños peguen una paliza a otro niño hasta la muerte, o que un perro mate a otro perro o a un niño. Para evitar esta incomodidad, quienes defienden el argumento agencial a veces se inventan una excepción de tipo contractual diciendo que «quienes no son agentes éticos pueden [o no] tener un “tutor”», el cual dicen que es alguien que decide libremente causar o intervenir en la vida de otra persona, humana o no humana. Estas personas suelen asumir erróneamente que no existe ningún humano menor de edad que no esté tutelado, pues dicen que «todo menor ha sido parido por un agente ético»(2). Según esta «excepción tutelar», sólo el tutor es responsable de la vida y de las consecuencias de las acciones de quien está bajo su tutela, incluidas las consecuencias producidas cuando el tutor elige «no hacer nada».

Además, según esta excepción tutelar y siguiendo con el ejemplo de la paliza, sólo los tutores de los niños son quienes tendrían el deber ético de intervenir para evitar la paliza, pero sólo sobre quien tutelan; los demás agentes éticos podrían observar la paliza tranquilamente, pues no son tutores de ninguno de los niños, y en este caso dicen que sí sería éticamente correcto elegir «no hacer nada».

Podemos observar que quienes erróneamente defienden el argumento agencial sólo hacen una conexión causal entre elegir «no hacer nada» y las consecuencias de dicha omisión cuando quien elige «no hacer nada» es un «tutor», de esta manera se desconectan de la Realidad causal cuando ésta no encaja con su ética errónea.

La idea de que no somos responsables de las consecuencias de elegir «no hacer nada», seamos o no seamos tutores, ya fue rebatida, pues tanto por acción como por omisión(3) somos responsables de las consecuencias que nuestras acciones y omisiones(1) tienen sobre la vida de los demás.[4] Por lo tanto, como todo agente ético a priori debe intervenir para evitar que los derechos de las personas sean violados entonces la excepción tutelar carece de sentido, así como carece de sentido el argumento agencial.

Notas

(1) El argumento agencial encaja con el rechazo al derecho a la salud, y por lo tanto con la defensa de la sanidad privada y el desmantelamiento de la sanidad pública.
(2) Se olvidan de que algunos niños son hijos de menores de edad y, por lo tanto a priori no tendrían tutores. También queda la duda de saber qué piensan estas personas sobre una agresión de un niño huérfano a otro niño huérfano, pues en el caso de que el Estado deba hacerse tutor de los niños huérfanos entonces también debe hacerse tutor de los animales no humanos, al menos de todos los que sea posible.
(3) La omisión («no hacer nada» o «estarse quieto») también es una acción, pero usaremos la diferenciación «acción/omisión» por comodidad.

Referencias

[1] Artículos en filosofiavegana.blogspot.com.es: «¿Explotar a otros animales por su propio bien?», Comentario Luis Tovar Nov 8, 2011 01:31 AM, Facebook Filosofía Vegana – Comentarios Luis Tovar 25 de febrero a la(s) 1:48
[2] filosofiavegana.blogspot.com – «Los derechos existen»

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Esteban

Hola David, en relación a este post, tengo un dilema: «hay un oso que está a punto de matar a un niño y yo soy el único presente con un arma de fuego en las manos». Personalmente, mataría al oso. Sin embargo, me dieron otra postura: «Tú optarías por matar al oso. Yo dejaría que muera el niño, salvo que sea alguien cercano. El oso afecta, pero sin discernimiento. Tú lo haces con el discernimiento». Qué opinas de esto?

Mireya Cillero

Un artículo extremadamente clarificador. Llevaba tiempo en busca de este argumento conceptual. Tom Regan y Mark Beckoff siempre en mi mesita de noche.. Gracias.