ARGUMENTO: “Los animales no tienen moralidad”

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RESUMEN: ¿Qué es la moral y en qué se diferencia de la Ética? ¿sólo los humanos tienen moral? ¿si alguien no tiene moral entonces debe ser explotado y matado? Éstas son las principales preguntas a las que aquí se debe responder.

Moral y Ética no son lo mismo. En teoría, hay una moral por cada grupo o sociedad, que vendrían a ser normas tradicionalmente aceptadas por dicho grupo para mantener el grupo unido; en cambio la Filosofía moral o Ética es la reflexión racional sobre las diferentes morales. Aunque quienes no son humanos no tienen capacidad para hacer complejos razonamientos éticos, sin embargo muchos de ellos respetan normas grupales para relacionarse con quienes consideran sus semejantes, es decir, tienen una moral.

Palabras clave: moral animal

Algunas personas no conocen la diferencia entre moral y Ética, por eso suelen utilizar dichas palabras como si fueran sinónimos. Sin embargo, las morales y la Ética no son lo mismo. Las morales son ideas normativas asociadas a las emociones y que ocupan un ámbito histórico y antropológico. En cambio la Ética es la ciencia sobre el deber, válida para toda época y lugar, y asociada a la racionalidad. Por ejemplo, en muchas culturas se ha practicado con normalidad el infanticidio durante milenios porque moralmente se consideraba correcto. Sin embargo, la Ética demuestra que matar a quien quiere seguir viviendo ha sido, es y siempre será éticamente incorrecto y de extrema gravedad, y por lo tanto es un acto que a priori no debe hacerse.[1] La Ética es una capacidad que sólo se ha encontrado en el conjunto de los seres humanos, y muchos de ellos no la tienen.

Algunas personas dicen que «los animales no humanos no tienen moralidad, es decir, no tienen normas que regulen su comportamiento hacia otros animales». Por ejemplo, Charles Darwin (1809-1882) dice en su libro «El Origen del Hombre» lo siguiente: «Comparto enteramente el criterio de los escritores que afirman que, entre todas las diferencias existentes entre el hombre y los animales inferiores, el sentido moral o conciencia es el más importante […] Carecemos completamente de razones para suponer que los animales inferiores están dotados de semejante capacidad, y, por consiguiente, cuando el perro de Terranova saca del agua a un niño, o un mono arrastra peligros por salvar a un compañero, o toma a su cargo la tutela de mono que yace en la orfandad, no llamamos «morales» a estas acciones». Quizás Darwin confundía moral con Ética. Aunque quienes no son humanos no tienen capacidad para hacer complejos razonamientos éticos, sin embargo muchos de ellos respetan normas grupales para relacionarse con quienes consideran sus semejantes, es decir, tienen una moral. A continuación, enumeraré algunos estudios y libros que afirman la existencia de moralidad no humana:

– La neurociencia apoya la idea de que quienes no son humanos también
tienen moral. Cuando los humanos afrontan dilemas morales, las zonas del
cerebro que se activan son áreas emocionales antiguas en términos
evolutivos y que también han están presentes en animales no humanos.

– El 4 de noviembre de 2012, Psychology Today publicó un artículo titulado «Good Dogs: Kindess, Patience, and Morality» en el que Mark Bekoff dice: «Los animales pueden actuar moralmente. (…) Nuestra moralidad radica en nuestra biología más aún que en nuestro intelecto. Las razones para pensar que los animales no pueden actuar moralmente se disuelven ante nuestros ojos».

– En octubre de 2012, Oxford University Press publicó el libro «¿Pueden tener moral los animales?». El autor del libro es Mark Rowlands, profesor de filosofía de la Universidad de Miami. Rowlands sugiere que los mamíferos sociales, tales como ratas, perros y chimpancés pueden elegir entre el bien y el mal, mostrando diversos ejemplos del comportamiento moral en los animales. «Creo que el núcleo de la moralidad está en las emociones. La evidencia sugiere que los animales pueden actuar en ese campo de las emociones», señala Rowlands. Y como tienen moral, Rowlands dice que tenemos obligaciones morales hacia ellos. Sim embargo, la razón para respetar a alguien no es que tenga moral, sino el hecho en sí mismo de que es alguien. Si alguien nos respeta a nosotros entonces nosotros también le debemos respetar, independientemente de las capacidades que tenga.

– El 2 de junio de 2011, Mark Rowlands dió una conferencia plenaria  impartida en  la  17ª  Semana de Ética y Filosofía Política: «Nosotros y los otros”, celebrada en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la  Educación de la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU) en Donostia (San  Sebastián), entre el 1 y el 3 de junio de 2011. La conferencia, titulada «¿Pueden los animales ser morales?», es un resumen de las principales ideas y argumentos  que  el  autor  presentará  en  su  libro  «Can  Animals  be  Moral?» en 2012.

– En 2011, el primatólogo Frans De Waal concedió a TED una conferencia titulada «Comportamiento moral en los animales»
en la que explica que aunque erróneamente algunas personas creen que la
empatía, la cooperación, la equidad, la reciprocidad y cuidar del
bienestar de otros son exclusivas de seres humanos, la realidad es que
muchas de estas actitudes morales las compartimos todos.

Frans De Waal: Comportamiento moral en los animales (Link)

– En marzo de 2010, se publicó en EMBO Reports el estudio «The basis of morality». El autor, Phillip Hunter, dice lo siguiente: «Las raíces de la conducta social compleja y la capacidad de pensamiento abstracto —como lo es el juicio ético— puede ser encontrado predominantemente en los vertebrados más avanzados de sangre caliente y sociales. La capacidad para la moralidad, tal vez no sea exclusiva de la especie humana».

– En 2010, la cadena de televisión National Geographic Channel emitió un documental titulado «A Man Among Wolves» («Viviendo con lobos» en los países hispanohablantes), en el que Shaun Ellis, experto en el comportamiento de los lobos, convive con estos animales durante un año y medio, compartiendo sus reglas sociales, la moral de los lobos.

Viviendo con lobos – National Geographic – Parte 1 de 5 (Link)

– En 2009, Jessica Pierce y Mark Bekoff publicaron el libro «Wild justice. The moral lives of animals» (Justicia salvaje. La vida moral de los animales), en el que hablan sobre la vida moral de los animales no humanos desde la perspectiva de la psicología y desde la perspectiva de la etología respectivamente. Los autores afirman que en los animales no humanos sociales pueden observarse los siguientes comportamientos morales:

– Cooperación: altruísmo, reciprocidad, honestidad y confianza.
– Empatía: compasión, simpatía, aflicción y consuelo.
– Justicia: compartir, equidad, juego limpio y perdón.

El prólogo de «Justicia salvaje. La vida moral de los animales» aparece esta cita de William Hernaday:

«Es bastante posible que exista […] una cantidad de hombres y mujeres inteligentes que no conozcan aún el hecho de que los animales tienen códigos morales y que, en general, los respetan mejor de lo que los hombres respetan los suyos». William Hornaday, The Minds and Manners of Wild Animals (La mente y las actitudes de los animales salvajes)


«Una joven elefante hembra con una pata herida es atacada por un macho alborotado, borracho de hormonas. Una elefanta mayor que es testigo espanta al macho, regresa junto a la joven y le toca la pata dolorida con la trompa. Once elefantas rescatan a un antílope cautivo en KwaZula-Natal; la matriarca rompe con la trompa los pestillos que cierran el recinto y deja la puerta abierta para que el antílope pueda escapar. Una rata en una jaula se niega a presionar una palanca para conseguir comida cuando ve que otra rata recibe una descarga eléctrica si lo hace. Un mono diana macho que ha aprendido a insertar una ficha en una ranura para obtener comida ayuda a una hembra que no lo consigue, insertando la ficha por ella y permitiéndole comer luego. Una hembra de murciélago frugívoro ayuda a otra que no es de su familia a dar a luz, mostrándole cómo colgarse del modo adecuado. Una gata llamada Libby guía a Cashew, un perro amigo que es ciego y sordo, para que evite los obstáculos y llegue hasta la comida. Varios miembros de un grupo de chimpancés del zoo de Arnhem, en los Países Bajos, castigan a los que llegan tarde a cenar, porque nadie come hasta que todos están presentes. Un gran perro macho quiere jugar con otro más joven y sumiso; al hacerlo se contiene, mordiéndole con suavidad y permitiendo que el otro le devuelva los mordiscos. ¿Demuestran estos ejemplos que los animales tienen comportamientos morales y que pueden ser compasivos, empáticos, altruistas y justos? ¿Tienen los animales algo parecido a una inteligencia moral? 

Estamos en un momento en que los animales ganan protagonismo. El historiador Dominick LaCapra, de la Universidad de Cornell, asegura que el siglo XXI será el siglo de los animales. Las investigaciones sobre inteligencia animal y emociones animales interesan a disciplinas que van desde la biología evolutiva y la etología cognitiva hasta la psicología, la filosofía, la antropología, la historia y los estudios religiosos. Existe un gran interés en los aspectos emocionales y cognitivos de los animales y cada día se hacen descubrimientos que sorprenden e, incluso, echan por tierra algunas de nuestras suposiciones acerca de cómo son los animales. Por ejemplo, los peces son capaces de deducir su propio estatus social con respecto a otros peces observando las interacciones dominantes entre ellos. Además, se ha observado que tienen personalidades únicas. Sabemos también que los pájaros planifican futuras comidas y que muchas veces su habilidad para utilizar herramientas supera a la de los chimpancés. Los roedores pueden utilizar una herramienta parecida a un rastrillo para acercar comida que está fuera de su alcance. Los perros clasifican las fotos del mismo modo que los seres humanos. Los chimpancés saben lo que han visto otros chimpancés y tienen mejor memoria para los juegos electrónicos que los seres humanos. Muchos animales, desde las urracas hasta las nutrias o los elefantes, sufren por sus crías; y los ratones sienten empatía. Para cualquiera que siga las publicaciones científicas o la información que aparece en los medios sobre el comportamiento animal, es obvio que estamos avanzando de forma extraordinaria en este terreno». Prólogo de Justicia Salvaje. La vida moral de los animales

– En 2007 se publicó el libro «Primates y Filósofos. La evolución moral del simio al hombre», del primatólogo Frans De Waal. En él están recogidas las conferencias Tanner que De Waal impartió en el Centro de Valores Humanos de la Universidad de Princeton en 2004 y que incluye la respuesta afirmativa a la pregunta ¿los animales no humanos tienen moralidad? por parte de  filósofos como Peter Singer, Christine M. Korsgaard y Philip Kitcher, y del escritor científico Robert Wright. Cuando actuamos mal solemos decir que ha sido «el animal que llevamos dentro», pero ¿por qué no decimos lo mismo cuando actuamos bien? «Primates y Filósofos» aborda esta cuestión explorando los fundamentos biológicos de la moralidad y su alcance. Los estudios de primatólogos, como Frans De Waal y otros científicos, muestran una línea de continuidad entre los comportamientos de los primates antropoides y los humanos. Frans de Waal habla de ello en este libro, así como también lo hizo en el libro «El mono que llevamos dentro. El comportamiento de los antropoides ilumina el comportamiento humano» (2005). En dichos libros defiende las
siguientes ideas: (a) la moralidad es anterior a la humanidad, (b) los
antropoides y humanos somos grupales; (c) el comportamiento moral más
sofisticado y pacífico dentro del propio grupo contrasta con el carácter
más agresivo y cruel del comportamiento entre grupos, y (d) la base
evolutiva de la moralidad está más apoyada en las emociones que en la
racionalidad.

Algunas personas que no reconocen que la moralidad está presente en animales no humanos, dicen que «es éticamente correcto explotar y matar a quien no tiene moralidad». Estas personas suelen pensar en términos de grupo en lugar de en términos individuales, por eso suelen usar la falacia ecológica[3], asumiendo que todos los humanos tienen moral sin indicar cuál es la manera para demostrar que un determinado humano la tiene. Por ejemplo, desconocemos qué moralidad tiene un humano recién nacido o un humano con sus facultades mentales mermadas; según el argumento que utilizan estas personas, podría ser éticamente correcto explotarles y matarles.

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