RESUMEN: ¿Qué es «ser superior»? ¿Existe «ser superior»? ¿Existe la «superioridad humana» sobre el resto de animales? ¿Los humanos son superiores a los animales? ¿Ser superior en algo respecto a alguien justifica éticamente que no le respetemos? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí voy a responder.
Podemos ser altos, rápidos, inteligentes, pero no superiores. La característica «ser superior» no existe: nadie es «superior» a nadie. Lo que existe es que un sujeto sea «superior» a otro sujeto en alguna característica, y al mismo tiempo «inferior» en otras. Los humanos no son superiores a los animales no humanos porque esa afirmación carece de sentido. Además, ser superior a otro en capacidad de razonamiento, o en otra característica, significa un mejor desempeño para aquellas actividades en las que sea necesaria dicha característica, nada más.
Palabras clave: superioridad
Humanos superiores
1. Algunas personas dicen que «los humanos son superiores a los animales».
Los humanos somos superiores a los animales.
— Berni Liz (@berniliz18) December 10, 2019
El primer error que encontramos en esta afirmación es hablar como si los humanos no fueran animales. Es la típica manera de hablar que tienen los religiosos, los cuales niegan la evolución biológica. Es Biología básica que los humanos son animales de la especie Homo sapiens.[1]
También podemos comprobar que la afirmación «todos los humanos…» es una falacia ecológica, pues asume que todos los individuos de un grupo tienen las mismas características y capacidades, lo cual es falso.[2] La falacia de la superioridad que estamos analizando tiene su origen en la falacia ecológica.
La idea de «ser superior» (sin especificar en qué se es superior) es usada por quienes quieren establecer relaciones de poder y dominio hacia quienes consideran que no son «superiores», es decir, hacia quienes consideran «inferiores». Esta idea está presente en discursos supremacistas, racistas y especistas: un grupo de humanos quiere dominar a quienes pertenecen a otro grupo (a otro sexo, a otra etnia, a otra raza, a otra especie, etc). Por ejemplo, los nazis tenían como ideal la «pureza racial» y creían que existía: la «superioridad de la raza blanca», la «superioridad de la nación alemana» y «la superioridad del líder (Führer)». Como vemos, usaban la falacia ecológica: «Todos los blancos…» y «Todos los alemanes…», y creían erróneamente que su líder (Hitler) es «superior» en todo a cualquier otro sujeto.
La idea de creerse «superior» a los demás para intentar justificar los privilegios heredados es usada frecuentemente por derechistas. Por ejemplo, el ex presidente derechista M.Rajoy escribió varios artículos en los que se cree superior a los demás:
«Ya en épocas remotas –existen en este sentido textos del siglo VI antes de Jesucristo- se afirmaba como verdad indiscutible, que la estirpe determina al hombre, tanto en lo físico como en lo psíquico. Y estos conocimientos que el hombre tenía intuitivamente –era un hecho objetivo que los hijos de “buena estirpe”, superaban a los demás- han sido confirmados más adelante por la ciencia: desde que Mendel formulara sus famosas “Leyes” nadie pone ya en tela de juicio que el hombre es esencialmente desigual, no sólo desde el momento del nacimiento sino desde el propio de la fecundación» —Mariano Rajoy Brey, ex Presidente del Reino de España, «Igualdad humana y modelos de sociedad»
Incluso la Real Academia Española (RAE) usa la falacia de la superioridad cuando dice que el especismo es la: «Discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores» y la «Creencia según la cual el ser humano es superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio». Además, ya expliqué en otro artículo que la definición correcta de especismo es: discriminar arbitrariamente a quienes pertenecen a otra especie.[3]
Podemos ser altos, rápidos, inteligentes, pero no superiores. La Realidad es que la característica «ser superior» no existe. «Ser superior» siempre tiene que ver con ser superior EN ALGO. Por ejemplo, un coche que es superior en aceleración respecto a otro coche. O por ejemplo, un humano es superior jugando al ajedrez respecto a otro humano.
Incluso algunos veganos con buena intención, como Michele McCowan, han llegado a decir: «No me siento superior por ser vegana. Lo cierto es que soy vegana porque no me siento superior a nadie», asumiendo erróneamente que existe «ser superior». Además, da igual si ella se siente «superior» o no, pues los sentimientos son éticamente irrelevantes.[4] Por eso si alguien se siente «superior» es también éticamente irrelevante. El deber ético no se fundamenta en los sentimientos, sino en los intereses de todos los seres sintientes.[5]
Además, «ser superior en algo» no implica «ser mejor». Por ejemplo, un alumno puede ser superior en faltas de asistencia a clase respecto a otro alumno, y esa superioridad es peor.
Por lo tanto, nadie es superior a nadie, sino que cada individuo es superior a otros en unas determinadas características, pero inferior en otras. Los humanos no son «superiores» a los animales no humanos porque esa afirmación carece de sentido.
– Ese animal no humano es superior razonando respecto a ese humano.
– Ese perro es superior razonando respecto a esa hormiga.
– Ese humano varón es superior en fuerza respecto a ese humano hembra.
– Ese humano es superior construyendo armas respecto a ese chimpancé.
– Ese caballo adulto es superior en velocidad de carrera respecto a ese humano.
– Ese humano con carrera universitaria es superior en nivel de estudios reglados respecto a ese otro humano que sólo tiene estudios primarios.
– Ese humano es superior respetando a los animales no humanos respecto a ese otro humano.
– Ese perro es superior en tamaño respecto a ese gato.
– Ese pez es superior en aguantar más tiempo bajo el agua respecto a ese humano.
– Ese humano es superior construir herramientas respecto a ese animal no humano.
– Ese hombre es superior en estatura respecto a ese otro hombre.
– Ese elefante es superior pintando respecto a ese humano (Ver vídeo)
– Ese chimpancé adulto es superior en memoria numérica a corto plazo respecto a ese hombre adulto:
Superioridad y respeto
2. Algunas personas reconocen que la superioridad se refiere a características concretas, pero dicen que «si alguien es superior en [pon aquí lo que quieras] entonces es éticamente correcto que explote y asesine a quienes son inferiores en eso».
Cuando estas personas se dan cuenta de que la palabra «superioridad» por sí sola no tiene sentido, sino que se debe referir a alguna característica en la que se tiene mayor capacidad, suelen referirse a la racionalidad o inteligencia, los usaré como sinónimos.[6] Por ejemplo, en el libro «Tratado de la naturaleza humana» David Hume (1711-1776) dice: «Los hombres son superiores a los animales principalmente por la superioridad de su razón, y son los grados de esta misma facultad los que establecen una diferencia infinita entre unos hombres y otros».
Es cierto que un gran porcentaje de humanos es superior en inteligencia a cualquier animal no humano. Pero también es cierto que existen animales no humanos que son superiores en inteligencia a un determinado porcentaje de humanos. Hasta aquí nada que nos deba preocupar éticamente.
El problema aparece cuando algunas personas llegan a la siguiente conclusión: «si alguien es superior en racionalidad respecto a otro entonces es éticamente correcto que explote y asesine a quien es inferior en racionalidad». Por ejemplo, podemos encontrar esta conclusión en Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.). Aristóteles decía que algunos humanos son superiores en razonamiento a otros humanos y a los animales de otras especies. De esa idea llegaba a la errónea conclusión de afirmar que quienes son superiores en racionalidad deben dominar a quienes razonan menos:
«Cuando es uno inferior a sus semejantes, tanto como lo son el cuerpo respecto del alma y el bruto respecto del hombre, y tal es la condición de todos aquellos en quienes el empleo de las fuerzas corporales es el mejor y único partido que puede sacarse de su ser, se es esclavo por naturaleza. Estos hombres, así como los demás seres de que acabamos de hablar, no pueden hacer cosa mejor que someterse a la autoridad de un señor; porque es esclavo por naturaleza el que puede entregarse a otro; y lo que precisamente le obliga a hacerse de otro, es el no poder llegar a comprender la razón, sino cuando otro se la muestra, pero sin poseerla en sí mismo. Los demás animales no pueden ni aun comprender la razón, y obedecen ciegamente a sus impresiones. Por lo demás, la utilidad de los animales domesticados y la de los esclavos son poco más o menos del mismo género. Unos y otros nos ayudan con el auxilio de sus fuerzas corporales a satisfacer las necesidades de nuestra existencia. La naturaleza misma lo quiere así, puesto que hace los cuerpos de los hombres libres diferentes de los de los esclavos, dando a éstos el vigor necesario para las obras penosas de la sociedad, y haciendo, por lo contrario, a los primeros incapaces de doblar su erguido cuerpo para dedicarse a trabajos duros, y destinándolos solamente a las funciones de la vida civil, repartida para ellos entre las ocupaciones de la guerra y las de la paz.» —Aristóteles, «Política». Libro primero, capítulo II
Sin embargo, ser superior a otro en capacidad de razonamiento, o en otra característica, significa un mejor desempeño para aquellas actividades en las que sea necesaria dicha característica, nada más.