¿Estás sano? (Matt Ball, 2010)

Matt Ball es, junto a Jack Norris, el co-fundador de la ONG Vegan Outreach en 1990, en la ciudad de Cincinnati (Ohio, EEUU). A continuación publicamos uno de sus artículos.

Parece inevitable que, en un momento u otro, la mayoría de defensores del vegetarianismo se encuentran con la inspiración de centrarse en el «argumento de la salud». Sienten que pueden evitar la confrontación y la controversia, mientras alcanzan a todos, al apelar solamente al interés personal de la gente.

¿Qué peso tiene el argumento de la salud?

Los defensores del argumento de la salud creen que los estadounidenses están obsesionados con la salud, especialmente a medida que la generación de la explosión de natalidad se acerca a la jubilación. Apuntan a la industria en auge de comida saludable, ventas de suplementos nutricionales y todas las dietas populares.

Probablemente la principal preocupación de salud para los estadounidenses (al menos en lo directamente relacionado con su dieta) es su peso. Pero esta obsesión con estar delgado no lleva a un cambio importante a mejor. Como se informó en un sumario de 2006 del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, durante 1995-2005, la predominancia de la obesidad aumentó significativamente (p menor que 0.01) en todos los estados. Además (con estadísticas adicionales del número de febrero de 2002 de Scientific American):

Porcentaje de adultos con sobrepeso:

1980: 33%

2005: 60,5%

Porcentaje de obesos:

1980: 15%

2005: 23,9%

Número de estados donde la tasa de obesidad fue mayor que 15% en:

1991: 4

2005: 50 (la tasa más baja fue 17,4%)

(Acutalizaciones: julio 2008, ver Study Suggests 86 Percent of Americans Could be Overweight or Obese by 2030; junio 2009, ver A Fatter, Sadder America?)

Las discapacidades relacionadas con la obesidad y la mortalidad están también aumentando rápidamente. Dado que muchas organizaciones y agencias gubernamentales (con considerablemente mayor prestigio y recursos que los grupos vegetarianos) están dedicadas a promover una mejor salud para los ciudadanos de EEUU, no parece que los argumentos de la salud estén llevando (o perdiendo) mucho peso en este país(1). Es verdad que la industria de la comida sana está experimentando un boom, parece que es fácil conseguir que alguien coma algo más de forma adicional (soja, vino tinto, chocolate negro), pero es infinitamente más difícil conseguir que la gente deje algo (incluso algo para lo cual hay un sustituto, como el pollo para la carne roja). Esto se confirma por las estadísticas de consumo específico. Después de décadas de llamadas a una alimentación más sana por parte de la corriente principal, así como de historias sobre la contaminación, el consumo per cápita no se ha reducido de manera importante para ningún tipo de animal (incluyendo carne roja). La excepción es la ternera, donde la preocupación es ética. Después de décadas de argumentos basados en la salud tanto por defensores de los animales como por el sistema establecido de “reduce el consumo de carne roja”, el número medio de animales comidos por cada persona cada año en los Estados Unidos está en su máximo histórico (de nuevo, excepto para la ternera, donde el argumento tras el descenso es ético).

Source: ERS Agricultural Outlook / December 2005

¿Cuál es el argumento de la salud?

Los defensores de los animales asumen que su dieta es de modo inherente la más sana (hasta tal punto que la gente debería estar motivada para alterar de manera importante su vida para cosechar esos beneficios).

¿Está justificada esta creencia? El meta-estudio más grande que revisa los pros y los contras de varias dietas (en términos de tasa de mortalidad) encontró: “No hubo diferencias importantes entre vegetarianos y no vegetarianos en mortalidad por enfermedad cerebrovascular, cáncer de estómago, cáncer colorrectal, cáncer de pulmón, cáncer de mama, cáncer de próstata o todas las otras causas combinadas.” (Énfasis añadido.) Revisando solamente la cardiopatía isquémica, las tasas de mortalidad fueron más bajas en los consumidores de pescado y los ovo-lacto-vegetarianos que en los veganos, quienes tenían aproximadamente la misma tasa de mortalidad global que los comedores de carne habituales(2).

(Ver también el epílogo 2)

¿De dónde viene el argumento de la salud?

Todavía muchos (si no todos) los defensores del vegetarianismo asumen la superioridad de su dieta. Dado el carácter relativamente aislado de los vegetarianos, es algo comprensible que algunos quieran creer solamente lo mejor sobre sus creencias. Es común que las minorías, al crear su mitología unificadora, lean selectivamente ideas de apoyo, exageren algunos resultados mientras ignoran otros, y malinterpretan algunos hechos.

¿A dónde puede llevar el argumento de la salud?

Es bien sabido (y defendido de manera general) en los Estados Unidos que se puede mejorar la salud al mantener un peso saludable y comer menos colesterol y grasas saturadas. Hasta el punto de que algunos (especialmente aquellos que son mayores y/o han experimentado problemas de salud) que están preocupados por su salud, esta comprensión de la nutrición les inclina a comer más pollo y pescado. En combinación con la reducción del precio del pollo (una vez un artículo de lujo: «¡un pollo en cada olla!”), el argumento de la salud ha ayudado al incremento absolutamente asombroso en el número de pollos (y peces) matados para comida cada año durante las últimas décadas. Sin embargo, lo peor de esto es que mientras se puede defender que comer menos carne (hasta un punto) puede mejorar la salud, no se puede defender sinceramente que una dieta libre de productos animales sea inherentemente más sana que una dieta omnívora bien planificada.

Ignorando el incremento en la matanza de pollos y peces y el consumo de animales per cápita, ¿hay alguna otra evidencia para el éxito de centrarse en el argumento de la salud?

Incluso si la mayoría de la gente que escucha argumentos de la salud pro-vegetarianos los ignoran o escogen comer más pollo y pecado en lugar de vacas y cerdos, puede esperarse que el verdadero vegetarianismo (a diferencia de los todavía autoproclamados «vegetarianos» que comen animales) estaría ganando algo de terreno. ¿Esto es verdad en nuestra sociedad supuestamente obsesionada con el peso y la salud, que es bombardeada con mensajes anti-colesterol y anti-grasas, y que alberga a varios grupos vegetarianos pro-salud? Desde hace diez años el porcentaje de la población de EEUU que era vegetariana apenas ha cambiado en muchas décadas. Al tomar nota de esta falta de crecimiento, Donna Maurer concluyó en su tesis doctoral (1997) sobre el movimiento vegetariano en Norteamérica: «las estrategias que los grupos vegetarianos representan al promover ‘dietas sanas’ para el beneficio personal del individuo inhiben a la gente de adoptar una identidad vegetariana colectiva basada en la preocupación moral en lo que se refiere a las relaciones humano/animal; sin compromiso por esta preocupación moral, ‘ser vegetariano’ es un estilo de vida vulnerable a gustos personales y culturales que cambian».

¿Hay alguna ventaja en emplear el argumento de la salud?

Para aquellos preocupados con reducir el sufrimiento, es importante darse cuenta de que las personas que en efecto más probablemente coman menos animales por el argumento de la salud son a menudo aquellas con problemas de salud tan serios que están casi forzados a cambiar. Por lo general, estas son personas mayores que han pasado ya su tiempo entero de vida comiendo animales. De este modo, la «recompensa» de cualquier reducción en el consumo de animales es relativamente pequeña, comparado con una persona más joven que cambia.

Esto no es decir que el vegetarianismo de esas personas no sea una cosa positiva. Sin embargo, con nuestros limitados recursos y la enormidad de la tarea que nos ocupa no podemos continuar con cada táctica que ha tenido algún éxito. Mejor debemos maximizar la cantidad de bien que hacemos por hora trabajada y dólar donado. La difusión a audiencias más jóvenes (quienes, como se trata aquí, están relativamente más abiertas a nuevas cosas, y tienen una vida de comer por delante) es el campo con la mayor recompensa potencial y donde deberíamos centrar nuestros esfuerzos.

En la promoción de la liberación animal, cada ejemplo y acciones de un individuo como portavoz son al menos tan importantes como el impacto económico que sus opciones individuales tienen. Promover una dieta «vegetal» por razones de salud alimenta el que nuestra sociedad esté centrada en el egoísmo al implicar que el sufrimiento animal no es digno de interés moral. Retrasa el momento en que nosotros, como sociedad, tomaremos conciencia de nuestro trato a los animales.

Conclusiones: promover de manera efectiva el argumento de la salud

Sé honesto contigo mismo.

Sólo eliminar los productos animales de tu dieta no te hará más sano. Como señalé antes, los veganos no tienen mejores tasas de mortalidad que los no veganos(2). Por esta razón, creo que es imprescindible que los activistas vayan más allá de la mitología vegetariana. Es por completo posible que, con una correcta comprensión y planificación, una dieta vegana pueda ser tan saludable como cualquier otra. Pero una profunda comprensión de todos los aspectos de la nutrición vegana, especialmente los nutrientes que necesitan atención, es necesaria.

Sé honesto con los otros.

Una primera obligación de los activistas es el conocimiento. Debemos estar informados para poner a buen ejemplo y ofrecer información honesta a nuevos veganos potenciales. Aunque nos sienta mejor decir “¡hazte vegano y perderás peso, tendrás más energía y nunca tendrás cáncer ni sufrirás de enfermedades cardíacas!”, esto no es solamente falso (y es considerado como propaganda por el escéptico), sino que dirige a los vegetarianos potenciales al fracaso. La gente que sigue una dieta vegetariana o vegana para sentirse más sana continuará consumiendo productos animales si no sienten una mejora. Como no necesariamente tienen su alma puesta en ser vegetarianos o veganos, a menudo no experimentarán con ello lo suficiente para encontrar una forma de comer que les haga sentirse sano. Esto puede tener efectos negativos de gran alcance, cuando sigan diciendo a otros lo poco sanos que se sintieron cuando fueron vegetarianos o veganos.

Incluso es probable que aquellos que están motivados por razones más fuertes vuelvan si su salud sufre. Aquellos que continúan con una dieta vegetariana no saludable y pobremente planificada, ponen un ejemplo que probablemente quite el interés de alguien interesado. (Muchos defensores del vegetarianismo, cuya información ha venido de elegir por sí mismo a través de grupos vegetarianos, tienen poca o ninguna experiencia con vegetarianos «fallidos». Desafortunadamente, durante nuestros 17 años de activismo, hemos encontrado un número desalentador de personas afirmando: “Fui vegetariano durante un tiempo, pero…”)

Considera cuidadosamente el mejor uso de tu tiempo/recursos.

Dado que muchas grandes organizaciones y agencias han estado dando razones a favor de una reducción de colesterol y grasas saturadas durante años, ¿añadirá mucho tu activismo a lo que todo el mundo sabe? ¿Será lo mejor para paliar el sufrimiento, comparado con otras formas de activismo? Esa conclusión —reducir el sufrimiento—debe ser siempre lo principal en nuestra mente.

EPÍLOGOS

1. Un ejemplo

Hay una comunidad de gente increíblemente apasionada en promover el crudivorismo como la dieta natural y óptima. Tienen su colección de argumentos y estudios «científicos» para apoyar su posición, y rápidamente atacan a todos los que se atreven a cuestionarlos.

Como con otras dietas (vegana, baja en carbohidratos, ultra-baja en carbohidratos, etc.), algunas personas se crecen con una dieta crudívora. Pero muchos fallan en sus intentos de “hacerse crudívoros”, como es el caso de otros tipos de dietas. Como alguien de fuera que conoce a unos pocos crudívoros «fallidos», es fácil para mí mirar a la comunidad crudívora y decir: «Eh, hay algo malo aquí. Pienso que deberían reevaluar su posición y asesorarse». Pero es raro que esta actitud eche raíces dentro de una comunidad cerrada.

Lo mismo es cierto para la comunidad vegetariana. Por ejemplo, hay una deprimentemente larga lista de famosos ex-vegetarianos que han dicho cómo su salud mejoró después de que empezaron a comer carne de nuevo, incluyendo a Michael Stipe (R.E.M.), Prince, Marilyn Diamond (Fit for Life), Mollie Katzen (The Moosewood Cookbook), Tracy Pollan (actriz, casada con Michael J. Fox), etc. Pero muchos defensores de los animales están comprometidos en proclamar el veganismo como la única dieta saludable, y con el mismo fervor que muchos crudívoros.

En lugar de insistir en que todos los demás tengan fe ciega, si estamos preocupados porque el veganismo crezca, tenemos que reconocer y aceptar las malas consecuencias para ser capaces de aprender de ellas.

2. La relación entre consumo de productos animales y riesgo de enfermedades crónicas: Una revisión crítica

Del resumen:

«Los efectos de los productos animales sobre el riesgo de enfermedades crónicas están en un campo de considerable controversia… [Las] correlaciones internacionales entre el consumo de comida per cápita y las tasas de enfermedad están seriamente confundidas por otros factores de estilo de vida asociados con la prosperidad económica… Uno de los estudios correlacionales más exhaustivos conducidos dentro de un país es el estudio China-Oxford-Cornell…Estas correlaciones, aunque informativas y valiosas en gran medida, no pueden utilizarse para establecer relaciones causales entre factores dietéticos y riesgos de enfermedad. Las limitaciones de correlaciones geográficas fueron precisamente planteadas por el Dr. Doll y el Dr. Peto:

Debe observarse que la evidencia epidemiológica fidedigna siempre necesita demostrar una relación sostenida por individuos (o quizá grupos pequeños) dentro de un población grande así como entre grupos de población más grandes. La correlación entre la incidencia de cáncer en ciudades enteras o países enteros y, por ejemplo, el consumo de artículos particulares de comida puede, al menos, dar hipótesis para la investigación por otros medios. A menudo se han hecho intentos de separar los roles de factores causantes y cofundadores por técnicas estadísticas de múltiples análisis de regresión, pero la evidencia obtenida de esta manera es, como mucho, de solamente valor marginal.

De hecho, alguna de las correlaciones presentadas por el estudio China-Oxford-Cornell son peculiares y probablemente incorrectas. Por ejemplo, el cáncer de esófago no tuvo una clara asociación con fumar, y tuvo una correlación negativa con ingestas diarias de alcohol. Estos resultados son claramente contradictorios con las arraigadas conclusiones de estudios de individuos según las cuales tanto fumar como beber son fuertes factores de riesgo para el cáncer de esófago. Además, el estudio no encontró una clara asociación entre el consumo de carne y el riesgo de enfermedad cardíaca o cánceres mayores».

Fuente: pensamientovegano.wordpress.com – ¿Estás sano? (Matt Ball)

Fuente original en inglés: veganoutreach.org – Got Health?

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NOTAS

RespuestasVeganas.Org: La publicación de este artículo en RespuestasVeganas.Org no implica necesariamente que se compartan todas y cada una de las cuestiones expresadas en el mismo; sin embargo, consideramos interesante su publicación por la aportación que puede hacer a la causa del movimiento abolicionista por los Derechos Animales.

(1) La fantasía es, por supuesto, que la gente no ha intentado solamente el enfoque vegano de alimentos integrales para perder peso, y si ellos se hicieran veganos (o crudívoros o siguieran otra alimentación marginal), perderían peso. Pero la naturaleza básica del mantenimiento de un peso saludable —quemar tantas calorías como se consumen— es bien conocida, aunque las tasas de obesidad continúan creciendo. Creo que si tanta gente está poco dispuesta a realizar cambios relativamente simples (por ejemplo, moderar el tamaño de las raciones) para evitar hacerse obesa y dañar su salud, es ingenuo pensar que una parte importante de la población actual abandonará sus comidas preferidas y familiares, y seguirá una dieta bastante diferente de la de sus amigos y familia por razones de salud.

(2) Tasas de mortalidad, con intervalos de confianza:

Consumidores habituales de carne: 1.00

Consumidores ocasiones de carne: .84 (.77, .90)

Consumidores de pescado: .82 (.77, .96)

Ovo-lacto-vegetarianos: .84 (.74, .96)

Veganos: 1.00 (.70, 1.44)

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