ARGUMENTO: «Los animales no son conscientes de qué es la muerte»

RESUMEN: ¿Qué animales son conscientes de la muerte? Éstas son las principales preguntas a las que aquí voy a responder.

La Regla de Oro de la Ética es: A priori, los intereses no deben ser frustrados. Por lo tanto a priori, no debemos matar a quienes quieren seguir viviendo. ¿Cómo sabemos quién quiere seguir viviendo? Es sencillo. Si alguien quiere hacer algo entonces tiene interés en hacerlo. Tener un interés implica lógicamente tener también el interés en seguir viviendo para poder satisfacer aquel interés. El hecho de que alguien no sea consciente de la muerte no implica lógicamente que no se deban tener en cuenta sus intereses.

Afirmar que «todos los humanos son conscientes de la muerte» es hacer uso de la falacia ecológica, pues no es cierto que todos los humanos sean conscientes de qué es la muerte y de que van a morir.

Palabras clave: consciencia de la muerte, muerte

 

Ética y consciencia de la muerte

1. Algunos dicen que «si alguien no es consciente de la muerte entonces es éticamente correcto matarle».

Los seres con un cerebro funcional tenemos una conciencia que nos permite sentir: somos seres sintientes. Los seres sintientes tenemos intereses, y cada interés tiene intrínsecamente asociado un deber. Del deber que todos quieren imponer a los demás se infiere lógicamente el deber ético o Regla de Oro de la Etica: A priori, los intereses no deben ser frustrados.[1] Por lo tanto, a priori, no debemos matar a quienes quieren seguir viviendo.

consciente de la vida

¿Cómo sabemos quién quiere seguir viviendo? Es sencillo. Si alguien quiere hacer algo entonces tiene interés en hacerlo. Tener un interés implica lógicamente tener también el interés en seguir viviendo para poder satisfacer aquel interés. Por lo tanto, excepto que el interés sea que le matemos (porque lo pida, como ocurre con el suicidio asistido[2]), es éticamente incorrecto matarle porque quiere seguir viviendo y por lo tanto a priori no se le debe matar.

A priori, el único requisito que debe cumplir alguien para que deba ser respetado es ser alguien, es decir, tener una conciencia, es por ello que la Ética está centrada en los sujetos y en sus intereses, la Ética es sensocentrista.[3]

Uso de Falacia ecológica

2. Algunos dicen que «todos los humanos son conscientes de la muerte».

Quien afirma que «todos los humanos son conscientes de la muerte» está usando la falacia ecológica[4] porque no es cierto que todos los humanos sean conscientes de la muerte. Por ejemplo un bebé humano no sabe qué es la muerte ni sabe que un día va a morir, sin embargo es éticamente incorrecto matarle porque tiene interés en seguir viviendo; por lo tanto a priori no debemos matarle.

Ser consciente de la muerte

3. Algunos dicen que «quienes no son humanos no son conscientes de la muerte».

La inmensa mayoría de animales saben diferenciar entre un individuo vivo y uno muerto. En 2009, en la entrevista «Los animales aman sin dobleces», el etólogo Marc Bekoff dijo:

«Está demostradísimo que los animales echan de menos al que se va o muere. Se ha estudiado en perros, en elefantes e incluso en ratas. Cuando huelen que un miembro de su grupo familiar ha muerto, muestran comportamientos de duelo, pero eso no significa que entiendan la muerte como lo hacemos nosotros». —Marc Bekoff, etólogo.

Es decir, quienes no son humanos son conscientes de la muerte como un estado de ausencia en el que el cuerpo está presente.

A continuación vamos a ver qué es lo que dice sobre este tema la Etología, que es ciencia que estudia el comportamiento y la psicología no humana.

Mostrar estudios sobre consciencia de la muerte

ANIMALES NO HUMANOS Y CONSCIENCIA DE LA MUERTE

Chimpancés y consciencia de la muerte

En su edicion del 27 de abril de 2010 la revista Current Biology publicó dos articulos que abordaron, a través de observaciones científicas tanto en chimpancés salvajes como en cautiverio, cómo los chimpancés también sienten la muerte de sus semejantes.

En el primer artículo titulado «Chimpanzee mothers at Bossou, Guinea carry the mummified remains of their dead infants», un grupo de investigadores conducido por Dora Biro de la Universidad de Oxford, observó en Guinea, Africa Occidental, como tras una enfermedad respiratoria que se cobro la vida de algunos miembros de una comunidad semi aislada de chimpances en Bossou, dos madres continuaron transportando durante 68 días los restos de sus bebes muertos casi momificados, e incluso permitian que otros pequenos chimpances jugaran con ellos.

En el segundo artículo titulado «Pan thanatology», se  se refiere a la observación hecha sobre un grupo de chimpancés en cautiverio en el Blair Drummond Safari & Adventure Park, Escocia. Allí durante el verano los chimpancés permanecen en una isla y en el invierno son trasladados a interiores calefaccionados. En noviembre de 2008, en el periodo invernal, una chimpancé de nombre Pansy, de alrededor de 50 años, comenzó a manifestar signos de enfermedad. Comía e inmediatamente después caía en un profundo letargo. En tales ocasiones se observaba que otros tres adultos que convivian con ella –entre los cuales Rosie, la hija de 20 años de Pansy– la acicalaban, construian nidos para ella y dormían cerca de ella. Con el correr de los días resulto evidente que Pansy estaba muriendo. Los cuidadores decidieron entonces dejarla sola en el recinto junto con los otros chimpancés. Las escenas que se sucedieron fueron capturadas en un video que deja entrever actitudes que pueden asociarse a un ritual mortuorio.

El equipo de investigadores conducido por James Anderson, psicólogo de la Universidad de Stirling , anoto los siguientes hechos: Rosie frotaba el torso de su madre mientras otro chimpancé hembra acicalaba su brazo y apretaba su mano. Cuando Pansy dio su ultimo suspiro los chimpancés comenzaron a movilizarse en torno de ella como si inspeccionaran el cuerpo para encontrar signos de vida. Entonces un chimpancé macho carga con su cuerpo y golpeo su torso. Piensan que tal vez intento hacerla reaccionar o que simplemente quiso expresar frustración por su muerte. Al final, Rosie paso el resto de la noche sentada junto al cuerpo sin vida de su madre.

Al día siguiente, mientras los cuidadores retiraban el cuerpo de Pansy los chimpancés permanecieron expectantes. En efecto, los investigadores describen su comportamiento de esta forma: “Mientras los cuidadores retiraron a Pansy de la plataforma transportandola al corredor de salida y colocaron su cuerpo en una bolsa especial a la que cargaron en un vehículo que se alejo los chimpancés los contemplaron en silencio. Al día siguiente, mientras el área era limpiada, desinfectada y se colocaba paja fresca permanecieron inusualmente quietos».

Posteriormente los chimpancés se mostraron muy cautelosos respecto de la cámara mortuoria. Cuando los cuidadores abrieron el área donde Pansy había muerto, Rosie y las otras hembras entraron tímidamente pero salieron raudamente cuando el macho del grupo comenzó a proferir gritos de alarma. Después de ese episodio ningún chimpancé quiso dormir en el lugar y durante cinco noches consecutivas ninguno hizo su nido en la plataforma donde Pansy había muerto por mas que ella habia sido utilizada como nido nocturno durante las 29 noches del estudio. Rosie fue la primera en volver allí…”

Los investigadores concluyen su relato expresando:

“… Consideramos que la conciencia de los chimpancés acerca de la muerte ha sido subestimada”

En 2009 murió Dorothy, la chimpancé matriarca del Centro de Rehabilitación de Primates de Sanaga-Yong, en la Republica de Camerún. En siguiente fotografía podemos ver a los chimpancés del santuario agolpados junto a la cerca mientras la Dra. Sheri Speedi, Directora del centro, les muestra el cuerpo sin vida de Dorothy que es transportado hacia su ultima morada.

Consciencia de la muerte en chimpancés

Igualmente anclados en la literatura científica y de divulgación se hallan los episodios que Jane Goodall observo en sus investigaciones pioneras de los años sesenta en Tanzania, vividamente relatados en sus obras y reportajes, donde evoca abiertamente las experiencias trascendentales de su vida en Gombe junto a los chimpancés.

Flo y su hijo FlintEl primero de estos hechos se vincula con una madre y su pequeño hijo. La madre en cuestión era Flo, una chimpancé que fue para Goodall una verdadera inspiración. Flo tuvo al menos cinco crías: Faben, Figan, Fifi, Flint y Flame. Con los tres primeros fue una madre formidable, jugaba con ellos y los apoyaba constantemente pero Flint, fue el hijo de la madurez y aun no se había recuperado de su nacimiento cuando da a luz a Flame, que moriría apenas 6 meses después. Este hecho pareció afectarla profundamente y Flo “descuido”, si puede decirse, la educación del pequeño Flint que se torno absolutamente dependiente de su vieja madre. Cuando ella muere de neunomia en 1972 el se mostró totalmente incapaz de seguir adelante sin ella. Dejo de comer y de interactuar con el resto del grupo y comenzó a mostrar signos de una depresión clínica que podía asociarse al sentimiento de pena por la muerte de su madre lo que debilito su sistema inmunitario. Murió a la edad de 8 años y medio, un mes después de haber perdido a su madre. Goodall vivió intensamente el episodio – que aparece en el film “People of the Forest” en imágenes de intensa sugestión capturadas por su primer esposo Hugo von Lawick, un renombrado fotógrafo de la vida salvaje – y recuerda que Flint estaba demasiado triste y que simplemente se dejo morir.

Observando el despliegue de los chimpancés frente a una cascada –despliegue frenético parecido a una danza iniciatica– Goodall ha llegado a pensar que ante una maravilla de la naturaleza los chimpancés son capaces de experimentar sentimientos de éxtasis casi como una forma de religión animista.

También entre delfines y elefantes se han observado signos de empatia hacia los otros en el momento de morir.

La conclusión de los investigadores es que ante la evidencia creciente que, al menos, algunos animales están dotados de rasgos que pueden ser considerados profundamente humanos – como la compasión[7] por el otro, la conciencia de la mortalidad y la pena[8] – se requieren nuevas consideraciones éticas en nuestras relaciones con ellos. Mas aun en el caso de las ultimas investigaciones llevadas a cabo con chimpancés parece surgir la necesidad que los animales en cautiverio dispongan de la posibilidad de practicar sus propios rituales ligados con la muerte.

Burros y consciencia de la muerte

Bram llegó a la Fundación Ezelshoeve, un santuario de burros en los Países Bajos, en marzo de 2014. Llegó junto con tres yeguas, de propietarios mayores que no podían cuidar de ellos correctamente. La buena gente del santuario intentó con todas sus fuerzas que recuperara la salud, pero no mejoró. Tomaron la decisión de practicar la eutanasia a Bram.

Los otros burros del santuario comenzaron a hacer ruidos y rodearon el cuerpo muerto de su amigo. Los fundadores del santuario están convencidos de que los burros estaban de luto -indicando que han hecho los mismos ruidos (muy diferentes a sus rebuznos habituales) que en la despedida de otros compañeros.

Quizás el momento más doloroso de todo, es cuando uno de los burros devastados por el dolor pellizca a Bram en un intento por despertarlo.


Donkey’s Crying following death of their Friend

Pingüinos emperador y consciencia de la muerte

El fotógrafo Daniel J. Cox, especializado en la vida silvestre, tomó esta extraordinaria imagen de un conglomerado de pingüinos adultos en luto por la pérdida de sus crías en la plataforma de hielo Larsen Riiser en la Antártida.

Muerte de pingüinos emperador

«Parte de mi trabajo es aceptar que con las imágenes espectaculares de la naturaleza también vienen los hechos tristes de la vida, y fue desgarrador ver estos pingüinos emperador en duelo de una manera similar a la humana por la muerte de sus crías». —Daniel J. Cox, fotógrafo .

Aves y consciencia de la muerte

Los agapornis, también apodados «inseparables», pueden llegar incluso morir por no alimentarse voluntariamente ante la muerte de su pareja. Konrad Lorenz describió numerosos ejemplos, entre parejas de gansos, de individuos que se apartaban del grupo y rehusaban a establecer una nueva pareja tras la muerte de su compañero o compañera.

Perros y consciencia de la muerte

Perro finge su propia muerte jugando:

Perro Finge Muerte

 

Referencias

– Chimpanzee mothers at Bossou, Guinea carry the mummified remains of their dead infants. Dora Biro, Tatyana Humle, Kathelijne Koops, Claudia Sousa, Misato Hayashi and Tetsuro Matsuzawa. Current Biology, Volume 20, Issue 8, R351-R352, 27 April 2010.

– Pan thanatology. James R. Anderson, Alasdair Gillies and Louise C. Lock. Current Biology, Volume 20, Issue 8, R349-R351, 27 April 2010.

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Fer

Ser consciente de la muerte implica comprender cuatro conceptos: inevitabilidad, irreversibilidad, no funcionalidad y causalidad. En ninguno de los ejemplos que pones se dan. De hecho, excepto el ser humano no hay ningún animal que los comprenda.