Canción aconsejando dejar de comer carne (Nyala Pema Dundul, 1816-1872)

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Nyala Pema Dundul (1816-1872), se le conoce también como el Terton Nyala Pema Duddul, fue un reconocido maestro de Dzogchen y Budismo Tántrico en el este de Tibet. Es famoso por descubrir la terma de Larga vida de Amitayus y por su práctica, la llamada Unión Primordial de las Esencias. Según casi todas las fuentes budistas, el maestro alcanzó el cuerpo de arco iris en 1872. Una fuente afirma que su cuerpo tras su muerte se redujo considerablemente, transformándose sin descomponerse. De acuerdo a dicha fuente el cuerpo continua escondido en algún lugar secreto. Muchos de sus discípulos también lograron el cuerpo arco iris (por ej. la gran practicante Ayu Khandro y Nyala Rinpoche Rigdzin Changchub Dorje).

A continuación publicamos un escrito (acompañado de su lectura en dos videos) de Nyala Pema Dündul llamado Song of Advice for Giving up Meat Eating (Canción aconsejando dejar de comer carne).

Cuando pienso en el sufrimiento que acarrea el comer carne, no puedo soportarlo y siento dolor y angustia en mi corazón. Om mani padme hum hrih! Desde la vacuidad y la compasión, eres el que guía a los seres, Noble Avalokiteshhvara, en ti tomo refugio.

Faltándome el adiestramiento en amor y compasión, comía la carne de mis madres (seres sintientes) mientras daba enseñanzas sobre la causa y el efecto. Sin darme cuenta del absoluto, vagué sin rumbo por el camino de palabras vacías. Yo, el mendigo de la Roca Blanca repetía las palabras como un loro, hacía austeridades y la práctica llamada «extrayendo la esencia».

Entonces, un día, mientras meditaba sobre el Noble Avalokiteshvara, según la práctica de la unión de los niveles del Khanyam Rangdrol(1), según el cual la utoliberación es como el espacio, mi cuerpo y todo lo que me rodeaba desaparecieron de repente, transformándose en el cuerpo de luz del Gran Compasivo, que apareció ante mi como una visión en el cielo.

Mientras miraba en ese estado de auto-consciencia luminosa, vi la agonía inconcebible de las bajas esferas, y más en concreto, el vasto sufrimiento de los infiernos. Una de las partes que vi estaba a rebosar, con hombres y mujeres, desnudos y desvalidos, y delante de cada uno de ellos había una multitud de guardianes de aspecto malvado con cabezas como pájaros, animales y bestias feroces.

Muchos de ellos sostenían entre sus manos afiladas armas, con las que descuartizaban a sus víctimas y comían su carne. Una y otra vez cortaban, y una y otra vez la carne crecía de nuevo.

Las víctimas no morían hasta que se extinguía su karma, y sus tendencias habituales no disminuían, sino que solo aumentaban. Para los que habían dado «ofrendas de sangre» era incluso peor. Todos ellos soltaban aullidos de dolor y agonía.

Cuando había visto toda esta manifestación externa de mi propia percepción, me pregunté, «¿Que se podría hacer para acabar con este sufrimiento?» Y en ese mismo instante, justo enfrente en el cielo, apareció el Gran Compasivo que me dijo:

¡Ema! ¡Hijo mío, has permanecido cerca de mi durante muchas vidas, ahora escucha bien, tú eres diligente y posees determinación! Has recibido enseñanzas sobre la auto-generación del Yoga de la deidad, has alcanzado incluso algunas cualidades, pero la raíz del Darma se basa en el amor y la compasión. ¿Tienes en tu interior verdadero amor y compasión? Porque ¿Cómo alguien que se ejercita en la compasión podría comer carne?

Simplemente observa de qué forma el comer carne provoca tanto sufrimiento. El resultado de nuestras acciones madurará sólo en nosotros, y no hay nada que los budas de los tres tiempos puedan hacer al respecto.

Comer carne carece de virtud alguna y conlleva muchas faltas. Es la fuente de cuatrocientos tipos de enfermedad de las ochenta mil fuerzas que bloquean y de las ochenta y cuatro mil emociones afectivas. Excepto cuando es parte de la conducta intrépida de uno que beneficia a todos con los que se encuentra, cuando es usado como medicina o sustancia sagrada del supremo mantra secreto, el consumo de carne no produce ni la más diminuta gota de virtud, ya que los que comen carne son maras o demonios Rakshasa. Tu disciplina sólo degenerará y las emociones negativas aumentarán, te faltarán las causas que son el amor altruista y la compasión, y por eso te resultará duro obtener el fruto que es la iluminación.

Las deidades de la sabiduría no acompañara a los comen carne. No lograrán las bendiciones, ni poderes sobrenaturales, ni fortuna, ni realizarán actividades especiales. La esencia del altruismo no se desarrollará en quienes comen carne y los dioses y los nagás seguramentes los verán como demonios.

Los que comen carne estarán rodeados por gandarbas, Rakshasas, maras, señores de la muerte, fantasmas, espíritus, gyalgong y demonios que rompieron sus samayas, como resultado, el comer carne llevará al renacimiento en los infiernos, o como un pájaro, un chacal o un demonio caníbal.

De esta forma, el comer carne acarreará consigo un sufrimiento ilimitado, pero cuando renuncies a ello, estarás libre de todas estas faltas, serás siempre reverenciado por los seres incluso no humanos, que te verán como un brahmin puro o como un dios.

Todos los Buddhas y bodisatvas de las diez direcciones, los Gurus, las Dakinis y los Yidams se reunirán a tu alrededor como nubes, y serás acompañado por bodisatvas de ambos sexos, de forma completamente natural, poseerás las causas del amor y la compasión, y rápidamente llegarás al resultado que es la Iluminación. Éstas son sólo algunas de las inconcebibles virtudes que se pueden lograr.

Así habló. Y entonces tras recuperar de nuevo mi propia percepción, sentí como si me acabara de despertar de un sueño lúcido. Mi cuerpo y mi mente sentían tanto dolor como si hubiera tragado veneno, sentí tanto miedo y pánico que me daban escalofríos. Cuando pensaba en los terribles sufrimientos de «los infiernos del revivir», sólo podía dar mi propia felicidad e intercambiarla por el dolor de los demás. Mi mente estaba tan abrumada que solo podía gimotear. Sentí una intensa e insufrible compasión. Entonces para poder absorber en mi el sufrimiento de los demás, y para purificar sus faltas y obscurecimientos causados por comer carne, por cada ser sintiente, en número infinito como extenso es el espacio, tomé el voto siguiente, que es verdadero según los dos niveles de realidad:

«¡Aho! ¡Poderoso sabio Shakyamuni y todos los Buddhas y bodisatvas a través de todo el espacio y el tiempo, tened compasión por este vuestro hijo que nada sabía sobre la causa y el efecto! Grandiosos maestros raíz y maestros del linaje, protegedme. Tened compasión por este vuestro hijo que nada sabía sobre la causa y el efecto!

¡Supremo Yidam, todo poderoso Avalokiteshvara, ayúdame! Ten compasión por este tu hijo que nada sabía sobre la causa y el efecto! Abrumado por la ignorancia y los dos obscurecimientos, hablaba a menudo sobre como los infinitos seres han sido nuestros padres, y mientras me alimentaba con su carne, les hablaba a otros sobre la causa y el efecto. No tenía ni idea de que el sufrimiento implicado era tan tremendo. Muchas veces había oído hablar de que comer carne que es ¨tres veces pura¨(2), estaba autorizado por el Buddha y que no es una acción negativa. Pero los que afirman esto deben ser Santos que benefician a todos los que se encuentran, como flores de loto puras, limpias de las emociones negativas, y los practicantes del profundo camino del mantra secreto. Pero yo no he recibido instrucciones mas profundas, que el amor altruista y la compasión, así como la infalibilidad de la causa y efecto. Para poder purificar todos los errores y obscurecimientos nacidos de comer carne, de todos los seres sintientes que se extienden por todo el espacio infinito, desde este momento, renuncio por completo a comer carne. Este será mi compromiso inquebrantable y que nunca romperé. Incluso si se comieran a todos los animales de la tierra, no obtendrían satisfacción plena, su hambre no haría más que aumentar. Y si nosotros no encontráramos nada que comer o beber durante unos pocos días, nos sentiríamos como si nunca hubiéramos probado bocado. Ahora es el momento de librarse de ese demonio del hambre. De todas maneras, de donde viene esta carne? Viene solo del aferramiento al ego y del apego. Solo pensar en ello me agota y casi vomito. Este poco apetecible montón de desorden y suciedad, Contaminado por las treinta y seis sustancias impuras. Un cuerpo nacido de las pautas habituales es la base del sufrimiento, muchos animales tienen detrás un karma tan negativo, que cualquiera que coma su carne encontrará difícil alcanzar la liberación. El Buddha dijo que la carne y el alcohol eran regalos impuros y que ofrecerlos no cuenta como acto de generosidad.

Así pues, ¿Quién querría alimentarse con la comida de la desgracia? Los pretas viven durante muchos miles de vidas humanas sin ver nunca comida o bebida, y soportando únicamente sufrimientos, En cambio nosotros los humanos podemos incluso beber agua fresca, y disponemos de mucho para comer y beber, aparte de la carne y el alcohol, pero ni siquiera esto nos satisface, ¿como podemos corresponder a su amabilidad tan injustamente?

Durante el curso de incontables eones pasados en cada mundo dentro de este universo tan vasto como el mismo espacio infinito, no hay un solo ser que no haya sido nuestra madre en otra vida, toda la leche materna que hemos tomado puede llenar un billón de mares.

Ahora abandono todo engaño y pongo por testigo a las tres joyas: En el pasado, dominado por la ignorancia y las pautas habituales, comí la carne de mis padres y no lo confesé con remordimiento. Así pues con una motivación pura, que incluye los cuatro poderes, que de ahora en adelante, el pensamiento de comer carne, no vuelva a mi mente.

Como reza el dicho, «Nunca estuve apegado, no lo estoy, ni nunca lo estaré», y si como carne, que las tres joyas me manden un castigo. Que los guardianes y protectores me protejan en todo momento, si yo llegara a comer la carne de los seres sintientes, mis anteriores madres, no habría ninguna transgresión mayor en los tres reinos de existencia.

El Buddha dijo que dañar a otros, incluso levemente, perjudica nuestros votos, ni qué decir tiene del comer carne que es similar a matar. En el Sutra del Paranirvana, en el Lankavatara Sutra y en todos los textos, se dice que el comer carne equivale a quitar la vida, y que está prohibido tanto para Theravadas como Mahayanas, pero especialmente no está permitido para un Bodisatva.

En las vidas anteriores del Buddha, tal y como se relata en las denominadas «Historias de los nacimientos» o Jataka, nuestro propio maestro, en su encarnación como cría de perdiz, o incluso como bestia salvaje feroz no comió carne(3), entonces, ¿cómo sus discípulos podrían hacer tal cosa? Siguiendo las directrices del Buddha, muchos grandes maestros de India y Tibet también renunciaron a ello, ya que, su negatividad va mucho mas allá de lo imaginable.

No cultivar la negatividad es por si mismo una genuina práctica de darma, ojalá que yo pueda siempre estar en armonía con las enseñanzas genuinas! Una vez vistas las infinitas consecuencias negativas que surgen de comer carne, incluso el pensarlo me enferma como si me hubieran envenenado, y de este modo yo, el gran mendigo conocido con el nombre de Duddul, escribí estas lineas para aleccionarme a renunciar a ello, en la ermita – fortaleza celeste de la Roca Blanca, ojalá que el resultado de esta virtud pueda purificar toda la negatividad y los obscurecimientos que se producen en todos los seres sintientes por comer carne, y así ¡puedan encontrarse cara a cara con los mil Buddhas!

Traducido del tibetano al inglés por Adam Pearcey en 2004, con agradecimientos a Ringu Tulku Rinpoche por sus aclaraciones.

Fuente: lotsawahouse.org – Song of Advice for Giving Up Meat Eating

Traducido del inglés al español por http://www.stupavision.com

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NOTAS Y REFERENCIAS

RespuestasVeganas.Org: La publicación de este artículo en RespuestasVeganas.Org no implica necesariamente que compartamos todas y cada una de las cuestiones expresadas en el mismo; sin embargo, consideramos interesante su publicación por la aportación que puede hacer a la causa del movimiento abolicionista por los Derechos de los Animales.

(1) La auto-liberación es igual que el Espacio.
(2) Significa que no has visto u oído nada que indique que se ha sacrificado el animal para ti , y más aún que no te quepa la menor duda al respecto.
(3) Estas son referencias de las vidas anteriores del Buddha, tal y como se relatan en las denominadas ¨Historias de los Nacimientos¨ o Jataka.

Chögyal Namkhai Norbu Dream Yoga And The Practice Of Natural Light. Editado y comentado por Michael Katz, de Snow Lion Publications, Ithaca, NY, ISBN 1-55939-007-7, p. 89
Canción Aconsejando Dejar de Comer Carne por Nyala Pema Duddul.

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