Aspectos clave en la evaluación de teorías (José Padrón G., 2004)

José Padrón G., Caracas, LINEA-I, 2003. Padrón, J. (2004): «Aspectos Clave en la Evaluación de Teorías», en Copérnico, Revista Arbitrada de Divulgación Científica, Año I, Nº 1, Julio-Diciembre, 2004, pp. 71-82

A lo largo de este papel examinaremos las condiciones de adecuación de una Teoría, asociadas a la medida en que una determinada Teoría satisface las necesidades de producción de conocimiento científico. En síntesis, abordaremos el problema de averiguar hasta qué punto una Teoría resulta productiva, útil, confiable…, en atención a su obligación de explicar un determinado universo de hechos y de predecir y retrodecir hechos diferentes en el tiempo, siempre que pertenezcan a ese mismo universo.

Muchos de los aspectos implícitos en este tema se solapan con aspectos pertenecientes al tema de la Construcción de Teorías, por lo cual será necesario prever una zona de gran fluidez entre esos dos temas, de modo que podamos ir y venir entre ellos sin prohibiciones temáticas. Otros aspectos son sólo de tipo contextual, pero resultan obligatorios para entender el problema de la evaluación de Teorías. Comenzaremos, por tanto, trabajando estos aspectos limítrofes y contextuales.

1. EVALUACIÓN DE TEORÍAS Y ENFOQUE EPISTEMOLÓGICO

Tanto la construcción como la evaluación de Teorías dependen fundamentalmente del Enfoque Epistemológico previamente adoptado, ya que es éste el que contiene los parámetros para concebir la naturaleza, la función y la estructura de las Teorías. De ese modo, el concepto de Teoría cambia según cada Enfoque Epistemológico.

Por ejemplo, en el enfoque ‘empirista-inductivo’, el que está convencido de que hay una realidad externa independiente del sujeto que la conoce y de que el conocimiento de dicha realidad se genera a partir de los datos de la percepción sensorial y de la observación, la TEORÍA es un hallazgo universal, aritmético y frecuencial, del patrón de ocurrencia, del modo en que se suceden los hechos, hallazgo que debe luego expresarse en términos de un sistema de leyes.

En el enfoque ‘racionalista-deductivo’, el que está convencido de que la realidad externa es independiente del sujeto que la conoce y de que el conocimiento se genera a partir de las capacidades del cerebro humano y de sus facultades de razonamiento, la Teoría es un diseño, una formulación mental, un invento, que imita aquellas estructuras universales y abstractas que son las responsables de los procesos observacionales aparentemente diferentes entre sí y que subyacen a las distintas casuísticas y a las observaciones y frecuencias aparentemente diferentes del modo en que ocurren los hechos.

Finalmente, en el enfoque ‘interpretativo-simbólico’, aquel que está convencido de que la realidad depende del modo en que la vemos y la pensamos y de que el conocimiento es producto de nuestras propias intuiciones internas, de nuestras vivencias y de nuestra propia conciencia, la Teoría viene siendo una especie de definición o de traducción del modo en que los grupos sociales y los individuos perciben los hechos desde su propia internalidad o desde su propia conciencia (para más detalles sobre las concepciones de ‘Teoría’ según el enfoque epistemológico, véase Padrón, 1996; para la noción de ‘Enfoque Epistemológico’ y sus tipos, véase Rivero, 2000 y Camacho, 2001).

En cuanto al uso de las teorías según el tipo de investigación (dentro de la trayectoria diacrónica de los Programas de Investigación), hay que decir que en las investigaciones descriptivas las teorías suelen tener el carácter de ‘teoría de entrada’ (véase más adelante), en el sentido de que esa clase de estudios, aunque típicamente no construye teorías, sí suele utilizarlas para definir las categorías, criterios y parámetros bajo los cuales elabora sus descripciones del mundo.

En las investigaciones explicativas suele haber ‘teorías de entrada’ y, obligatoriamente, ‘teorías de salida’, las cuales constituyen el producto terminal en esa clase de estudios.

En las investigaciones contrastivas o evaluativas (aquéllas que se orientan a determinar la adecuación de una o más teorías) las teorías constituyen, justamente, el objeto de estudio. Son aquello en cuyo análisis se centra el esfuerzo del investigador. Precisamente, este trabajo pretende servir, ante todo, a quienes desean desarrollar estudios contrastivos o evaluativos.

Finalmente, en las investigaciones aplicativas (aquéllas que se orientan a producir tecnologías, tanto materiales como humanas o esquemas de intervención), las teorías constituyen típicamente el sustrato inicial (con carácter de “teoría de entrada”) a partir del cual estos estudios derivan sus propuestas de acción, uso e intervención.

Es evidente que, de acuerdo al tipo de investigación que se plantee, las teorías van a tener una función diferente. Resumiendo, puede decirse que las teorías constituyen puntos de partida (teorías de entrada) para el caso de las investigaciones descriptivas y aplicativas, que constituyen tanto puntos de partida como producto terminal para las investigaciones explicativas y que funcionan como objeto de estudio para el caso de las investigaciones contrastivas (evaluativas).

2. EVALUACIÓN DE TEORÍAS Y TIPO DE TEORÍAS

Otro factor que hace variar el modo en que se construye y se evalúa una teoría es la clase a la que ésta pertenece, de acuerdo a ciertos criterios de clasificación. Veamos algunos de estos criterios.

2.1. TIPOS DE TEORÍA SEGÚN EL ENFOQUE EPISTEMOLÓGICO

Éste es precisamente el punto que terminamos de examinar en la sección anterior, por lo cual no entraremos en detalles. La idea básica es que el tipo de posición epistemológica que se adopte va a determinar un cierto concepto de ‘Teoría’, por lo cual podemos hablar entonces de un tipo de Teoría Fenomenológica – Interpretativa, de un tipo de Teoría Empirista – Inductivista y de un tipo de Teoría Racionalista – Deductivista. Por supuesto, todo depende de la clasificación de Enfoques Epistemológicos que adoptemos. Así, por ejemplo, Friedrich (2000), usa la siguiente clasificación de Enfoques Epistemológicos:

a) Racionalismo: el conocimiento se genera de la pura capacidad de la mente humana.
b) Empirismo: el conocimiento se genera de la percepción sensorial.
c) Constructivismo: las personas crean conocimiento para funcionar en la vida» (en http://www.scils.rutgers.edu/~gusf/theory.html).

2.2. TIPOS DE TEORÍA SEGÚN EL NIVEL DE ABARQUE EN RELACIÓN CON OTRAS TEORÍAS

Las teorías suelen formar parte de redes teóricas, sistemas en los que algunas de ellas cubren hasta los límites más amplios del universo de hechos, mientras que otras cubren sectores internos muy específicos y otras cubren sectores intermedios. Un ejemplo clásico es el de la física: la teoría de Newton cubre el sector específico del mundo de las bajas velocidades, mientras que la de Eisntein incluye a la primera. Otro ejemplo es el de la Lingüística, donde la Teoría del Discurso se ubica en un nivel de cobertura general, mientras que la Teoría del Discurso Público se ubica en un plano intermedio y la Teoría del Discurso Publicitario se ubica en un sector específico.

Muchas veces, los procesos de construcción teórica recurren a la estrategia de explicar un universo determinado de hechos subsumiéndolo bajo la etiqueta de otro universo aun más amplio, para el cual ya existe una Teoría. Entonces no hacen más que derivar de esta Teoría preexistente una Teoría particular, con lo cual la primera se convierte en Teoría General y la segunda en Teoría Específica o Especial. Muchas investigaciones llevadas a cabo dentro del grupo de LINEA-I han seguido esta vía: por ejemplo, de una Teoría General de la Acción se derivó una Teoría Específica de la Acción Investigativa, otra Teoría Específica de la Actitud Científica, otra Teoría Específica de las Competencias del Investigador, etc. De una Teoría General del Discurso se derivó una Teoría Específica de la Investigación como Discurso, de una Teoría General de Clases y Relaciones se derivó una Teoría Específica de la Integración de Funciones Universitarias, etc. Sólo para seguir ejemplificando, podemos suponer que para explicar los hechos relativos al rendimiento escolar pueda recurrirse a una Teoría General de la Productividad, con lo cual tanto los hechos educativos de rendimiento como los hechos administrativo-gerenciales de calidad de gestión llegarían a formar parte de una misma Teoría General de la Productividad, aun constituyendo dos Teorías Específicas. Según este criterio, tendríamos otros tres tipos de Teoría:

Teoría General: explica un universo de hechos hasta sus límites más amplios.

Teoría Intermedia: explica un universo de hechos propiamente incluido en el de una Teoría General.

Teoría Específica: explica un universo de hechos propiamente incluido en el de una Teoría Intermedia.

2.3. TIPOS DE TEORÍA SEGÚN EL NIVEL DE ELABORACIÓN, DE MADUREZ O DE APROXIMACIÓN

Este criterio aparece propuesto por Bunge (1985), basado en el hecho real de que las investigaciones no son desde el principio perfectas ni logran plenamente su objetivo de una sola vez. Más bien, las teorías nacen imperfectas y progresivamente van madurando en el tiempo a través de sucesivos reajustes, cada vez con mayor elaboración y aproximaciones crecientes. Bunge propuso el término de «Profundidad», para referirse a este criterio, al cual corresponden los siguientes tipos de Teoría:

Teorías Profundas: las de mayor elaboración.

Teorías Semi-Profundas: de un grado intermedio de crecimiento y reajuste

Teorías Poco profundas: las de primer acercamiento.

Esto quiere decir que no todas las investigaciones están obligadas a generar Teorías Profundas. Algunas pueden válidamente orientarse a reajustar Teorías previas de menor grado de profundidad y otras a construir teorías de primer acercamiento. Precisamente, todo esto es absolutamente necesario para poder, gracias a la Crítica y a la Evaluación, ir generando conocimiento científico de calidad.

Hay numerosos ejemplos históricos que dan fe de esto. Parsons, por ejemplo, construyó su Teoría de la Acción en unos cuatro pasos progresivos a lo largo de su vida y Chomsky elaboró su Modelo Generativo Transformacional en varias versiones sucesivas (la más reciente, por cierto, aparece en Chomsky, 1999).

2.4. TIPOS DE TEORÍA SEGÚN EL LENGUAJE DE REPRESENTACIÓN

Este criterio se fundamenta en el hecho de que toda Teoría es una representación de un mundo, no el mismo mundo en sí. Por tanto, las Teorías tienen carácter simbólico (representacional) y, por tanto, tienen también carácter lingüístico. En ese sentido, las Teorías son un Lenguaje que representa un Mundo.

Pero, por otra parte, existe el lenguaje natural, que utilizamos cotidianamente para expresar nuestras representaciones acerca del mundo circundante, en general. Y este lenguaje natural tiende a ser espontáneo, no demasiado controlado, de donde resultan palabras con múltiples sentidos, sentidos con múltiples palabras, estrategias de enmascaramiento y persuasión, etc., todo lo cual conduce a un alto grado de ambigüedad e imprecisión. Una convicción clásica dentro del pensamiento empirista y racionalista es que, si queremos que nuestras Teorías sean adecuadas, debemos sustituir el lenguaje natural por lenguajes artificiales dotados de mínima ambigüedad y máxima capacidad representacional. Fue así como surgieron los lenguajes formales de la lógica y las matemáticas, típicamente utilizados en la construcción de Teorías. Esto nos conduce a considerar otros tres tipos de Teoría:

Teorías Formalizadas: vienen presentadas en un lenguaje artificial, generalmente lógico-matemático (nótese que también los lenguajes gráfico-diagramáticos, especialmente los enraizados en la Teoría de Grafos, constituyen lenguajes artificiales). Para casos de Teorías formalizadas, véanse algunos ejemplos en Padrón (2002). Dependiendo del sistema formal utilizado, pueden considerarse varios sub-tipos de Teorías: las axiomáticas , las conjuntistas (predicados conjuntistas), las legaliformes (en forma de ecuaciones) y las no convencionales (como las reglas de reescritura en lingüística, algunas teorías en química y biología, los recursos diagramáticos, etc.). Nótese que, por más formalizada que sea una Teoría, siempre contendrá algunas secciones explicativas o de ampliación que vienen expresadas en lenguaje natural. Lo que quiere decirse con el término «formalizada» es que el núcleo completo de la construcción teórica viene dado en un lenguaje artificial.

Teorías Semi-Formalizadas: ofrecen algunas estructuras de lenguaje formal (fórmulas lógicas, por ejemplo) dentro de una exposición global en lenguaje natural. En general, es el caso de aquellas Teorías que distinguen sectores relevantes o críticos, que conviene formalizar, y sectores contextuales amplios, de menos riesgo, que viene presentado en lenguaje natural. También es el caso de las Teorías Poco Profundas, vistas antes.

Teorías No Formalizadas: están construidas totalmente en lenguaje natural, pero utilizando recursos que eliminen las ambigüedades, tal como las «definiciones de términos», las «formulaciones proposicionales» (oraciones encadenadas), etc.

Muchos en el seno de los enfoques empirista y racionalista sostienen que la formalización es un requisito indispensable de las Teorías Profundas. Algunos, incluso, llegan a considerar como Teoría sólo aquellas que vienen presentadas en cálculo axiomático (véase Bergman, 1971). Muchos otros, en cambio, consideran que la formalización es tan solo un recurso de claridad, pero jamás un fin en sí mismo ni tampoco una condición necesaria para las teorías profundas). El objetivo, más bien, está en prever algún tipo de estrategias que garantice la precisión, la credibilidad y la posibilidad de crítica.

2.5. TIPOS DE TEORÍA SEGÚN LA ORIENTACIÓN EXPLICATIVA

Este criterio se fundamenta en el hecho de que las explicaciones se orientan de acuerdo a diferentes estrategias. Podemos, por ejemplo, explicar un conjunto de hechos indicando qué hacen o para qué sirven dentro de su propio sistema, pero también podemos explicarlo indicando qué efectos condiciona o a partir de qué efectos viene condicionado, etc. Aunque son muchos y distintos los tipos de Teoría que pueden obtenerse bajo este criterio, consideraremos provisionalmente los siguientes:

Teorías Causales: son aquellas cuya explicación se orienta a establecer una relación de causa-efecto entre dos o más variables. Ejemplo: Conducta = estímulo ® respuesta (en general, x es causa de y o y es efecto de x).

Teorías Funcionales o Teleológicas: la explicación se basa en la función que cumple un elemento dentro de un sistema o en su finalidad procesal-estructural. Ejemplo: el docente es un mediador de aprendizajes (en general, x sirve para y o la función de x es y). Buena parte de las teorías biológicas son de este tipo.

Teorías Probabilísticas o Estadísticas: la explicación se basa en la frecuencia de ocurrencia de un hecho. Ejemplo: las investigaciones basadas operativamente en análisis de varianza y regresión múltiple.

Teorías Intencionales: típicas de las explicaciones acerca de hechos sociales, en que las acciones son interpretadas de acuerdo a la intención del actor. Ejemplo de un razonamiento que sigue esta orientación explicativa intencional es el siguiente: en situaciones de conflicto social, lo que mueve a la clase media a plegarse al lado de la clase rica está en sus expectativas de movilidad social, según las cuales aspiran a convertirse en ricos alguna vez. Lo que no saben es que los ricos son siempre una minoría excluyente, que vive más a expensas de la clase media que de los pobres, y que ellos morirán inexorablemente como clase media explotada, viendo al final frustradas sus expectativas de movilidad social.

Teorías Disposicionales: típicas de las explicaciones acerca de hechos orgánicos (incluyendo los humanos), en que los sucesos o comportamientos son interpretados de acuerdo a ciertas propensiones o tendencias. Ejemplo de un razonamiento que sigue esta orientación explicativa disposicional es el siguiente:: el perro suele aficionarse a su dueño (o el pastor alemán es el mejor guardián del hogar). Otro ejemplo: No hay peor enemigo de los marginales que aquellos individuos que han ascendido a la clase media desde la marginalidad. En Venezuela, el 85% de la actual clase media proviene de familias marginales.

Teorías Históricas: son aquellas cuya estructura explicativa se orienta a establecer relaciones entre unos y otros sucesos ubicados en una línea de tiempo o a explicar un hecho presente o futuro sobre la base de una sucesión de hechos históricos precedentes. Ejemplo de un razonamiento que sigue esta orientación explicativa histórica es el siguiente: los medios de comunicación masiva estarán siempre a favor de la clase empresarial porque tradicionalmente han sido empresas privadas, cuyo objetivo es, ante todo, hacer dinero.

Teorías Generativas: son aquellas orientadas a explicar unos hechos atendiendo al proceso básico y profundo en virtud del cual dichos hechos se generan. Ejemplo de un razonamiento que sigue esta orientación explicativa generativa es el siguiente: todo conflicto socio-político surge a partir de un esquema de acción de dominación y, dentro del esquema de acción de dominación más amplio y general, los actores esenciales son las minorías ricas y las mayorías pobres.

Hasta aquí hemos revisado dos aspectos contextuales para la evaluación de Teorías: el que se refiere a la dependencia entre Enfoques Epistemológicos y concepción de ‘Teoría’ y el que se refiere a la necesidad de considerar los diferentes tipos de Teoría para efectos de evaluarlas. Ahora revisaremos otros dos aspectos contextuales y limítrofes: la propiedad de abstracción y de universalización que tienen las Teorías y su propia estructura interna.

2.5. TIPOS DE TEORÍA SEGÚN SU FUNCIÓN DENTRO DE LA INVESTIGACIÓN

En el proceso de investigación las teorías suelen tener funciones diferentes.

Por un lado, de acuerdo al momento o instancia en que se plantean, tenemos dos tipos:

Teorías de Entrada o a-teorías: las teorías pueden usarse como plataforma de entrada para la formulación misma del problema o pregunta de investigación. Se trata en este caso de teorías preexistentes que son seleccionadas como marco de análisis y de consideración con respecto a los objetivos de trabajo y a las perspectivas de desarrollo de las soluciones o respuestas. En las investigaciones descriptivas, por ejemplo, estas teorías de entrada pueden jugar un papel importante en lo que se refiere a la búsqueda de categorías de análisis y de criterios observacionales en general; en las investigaciones explicativas (o teóricas) las teorías de entrada constituyen una visión preliminar del problema bajo estudio (Einstein, por ejemplo, consideró la teoría electromagnética y aun la misma teoría del éter como teorías de entrada para la construcción de su propia teoría de la relatividad); en las investigaciones contrastivas o evaluativas las teorías de entrada son precisamente aquéllas que se someten a evaluación y crítica; y en las investigaciones aplicativas o tecnológicas las teorías de entrada constituyen el soporte esencial a partir del cual se proponen prototipos y aplicaciones de uso y acción.

Teorías de Salida o w-teorías: son aquellas teorías que cumplen el papel de hallazgos o explicaciones adecuadas a un determinado problema. Evidentemente, este tipo de teorías sólo existen en las investigaciones explicativas (aquéllas orientadas a producir teorías). Las Teorías de Salida constituyen el producto terminal de este tipo de investigaciones.

Por otro lado, de acuerdo a su utilidad con respecto a las exigencias empírico-teóricas o metodológicas, las teorías pueden tener una función más ligada a las necesidades observacionales y explicativas o más ligadas a las necesidades operativo-procedimentales. Según esto, tendríamos dos tipos de teorías:

Teorías de Servicio: son aquéllas que no guardan una relación directa con los hechos bajo estudio sino más bien con las condiciones metodológicas de trabajo. Por ejemplo, la Teoría de Probabilidades (en el caso de los diseños estadísticos) es una teoría de servicio muy útil para el tratamiento metodológico de una infinidad de problemas, independientemente del contenido específico de dichos problemas. Lo mismo ocurre con la Teoría de Conjuntos, de Relaciones y Funciones, las cuales permiten el manejo organizado de propiedades y conceptos, independientemente del contenido empírico y teórico de éstos.

Teorías Sustantivas: son aquéllas que guardan una relación directa con el contenido empírico y teórico de los datos de la investigación. Así, por ejemplo, la Teoría de la Acción ha sido en muchos estudios una importante teoría sustantiva para explicar los hechos discursivos, comunicacionales y lingüísticos (para más detalles acerca de este par de tipos de teorías, ver http://padron.entretemas.com/AnlisisTextosEnInvestigacion.pdf).

Una síntesis de todos estos criterios y tipo de clasificación se visualiza en la siguiente tabla:

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Criterio de Clasificación Tipos de Teoría
Enfoque Epistemológico Fenomenológica – Interpretativa (subjetivista)
Empirista – Inductivista (objetivista)
Racionalista – Deductivista (intersubjetivista)
NIVEL DE ABARQUE EN RELACIÓN CON OTRAS TEORÍAS General
Intermedia
Específica
NIVEL DE ELABORACIÓN, DE MADUREZ O DE APROXIMACIÓN Profundas
Semi-Profundas
Poco Profundas
LENGUAJE DE REPRESENTACIÓN Formalizadas
Semi-Formalizadas
No formalizadas
ORIENTACIÓN EXPLICATIVA Causales
Funcionales o Teleológicasena
Probabilísticas o Estadísticas
Intencionales
Disposicionales
Históricas
Generativas
FUNCIÓN DENTRO DE LA INVESTIGACIÓN De Entrada o a-teorías
De Salida o w-teorías
De Servicio
Sustantiva
3. EL PODER DE ABSTRACCIÓN DE LAS TEORÍAS

Una de las más interesantes propiedades de las Teorías es que nos permiten pasar del mundo de las particularidades y de las situaciones concretas hasta el mundo de las estructuras universales y de los esquemas subyacentes. Si el ser humano no tuviera la capacidad del conocimiento TEÓRICO, entonces sólo sabría, por ejemplo, que (i) Fulano se mató al caerse por un precipicio, pero no sería capaz de prever que (ii) Sutano se mataría si se cayera por algún otro precipicio. Sin el conocimiento teórico, el ser humano no podría establecer la idea de lo que son los precipicios en general ni de lo que es el fenómeno de caerse. El hecho de que Fulano se haya caído por un precipicio es un dato singular, concreto, pero la IDEA de caerse, además de la IDEA de los precipicios en general, es un dato ABSTRACTO. El esquema mental según el cual caerse por un precipicio resulta en la muerte equivale a una construcción TEÓRICA (aunque no sea una teoría científica e independientemente de cuál sea ese precipicio, si es en los Andes o si es en los Alpes, y de cómo sea esa caída, si es un lunes o un jueves, si es de espaldas o de frente).

Ahora, dando un paso más, podemos considerar otros datos empíricos adicionales: iii) un empresario invirtió mucho más de lo que podía ganar con esa inversión y se fue a la ruina y iv) un individuo se entregó al alcohol y las drogas y se aniquiló como persona. Podríamos entonces acudir al mismo esquema mental de «caerse por un precipicioà morir» para explicar los datos empíricos iii y iv, con lo cual estaríamos haciendo una abstracción aun mayor. Ya entonces nuestra ‘Teoría’ resultaría más abarcante y explicaría no sólo hechos de una misma clase homogénea, sino de una super-clase amplia que contendría hechos mucho más disímiles entre sí desde el punto de vista observacional.

Para seguir con los ejemplos, una expresión popular como «la cuerda revienta por lo más delgado» sería también una teoría amplia que no sólo explicaría los hechos de una clase homogénea, tales como «la trenza del zapato se fue deteriorando en un sector y por allí se partió» o «la casa se desplomó por una de las columnas que estaba debilitada», etc., sino que también permitiría predecir otros hechos aun más disímiles observacionalmente, como «si hay un cojo en un grupo de delincuentes que escapa corriendo, la policía lo atrapará a él y de allí identificará a los demás».

Todos estos ejemplos ilustran el poder de abstracción de las Teorías, de donde se deriva el concepto de POTENCIA o capacidad de ABARQUE de las Teorías, propiedad indispensable para que pueda ser PREDICTIVA. De allí se deduce que una Teoría T1 es más adecuada que otra Teoría T2 si T1 tiene un Abarque mayor que T2. Pero tampoco podemos exagerar en abstracción: si una Teoría abarca demasiado o crece demasiado en abstracción, entonces tiende a perder RELEVANCIA (si x es todo, entonces x es nada) y si abarca muy poco o crece poco en abstracción, entonces pierde POTENCIA (una simple observación no logra predecir nada). Una Teoría adecuada debe conseguir un punto equilibrado de abstracción, sobre la base de este PRINCIPIO DE RELEVANCIA.

Ahora bien, dentro de esta propiedad de abstracción podemos analizar dos detalles importantes:

3.1. EL MECANISMO DE LA ABSTRACCIÓN

Podemos preguntarnos cuál es, en concreto, el mecanismo que genera el proceso de abstracción. Aparte de las respuestas de tipo cognitivo o psicológico que esta pregunta pueda tener, las Teorías de Clases y Relaciones en Lógica Formal nos brinda una explicación bastante sencilla, con los conceptos de ‘elemento’, ‘clase’ y ‘pertenencia’: cuando el niño ve por primera vez una silla, por ejemplo, la considera sólo como ‘Elemento’. Pero a medida que sigue viendo otras sillas, logra construir la ‘Clase’ de las sillas, que es el paso elemental de la abstracción y que le permitirá decidir si un objeto cualquiera ‘Pertenece’ o no, en cuanto Elemento, a esa Clase. Así mismo, podrá ir considerando otros objetos como los bancos, los taburetes, los sofás…, y podrá ir construyendo clases de esos objetos. Podrá también incluir todos esos objetos juntos en una sola ‘Superclase’: los asientos.

Lo interesante de esto es que aquello que permite ir formando clases, superclases y subclases es la invención o la atribución de propiedades, las cuales funcionan como ‘Relaciones’ entre las cosas. Por ejemplo, la subclase sillas podrá diferenciarse de la subclase sofás y de la subclase banco por las propiedades de «capacidad para n personas» y «está hecho del material x». La primera de esas dos propiedades engloba tanto a banco como a sofá, contra silla, y la segunda diferencia a banco de sofá, pudiendo igualar a banco con silla, y así sucesivamente. Un paso más avanzado de abstracción consistiría en inventar o atribuir la propiedad «sirve para sentarse» para construir la superclase de los asientos, con lo cual ya no se vincula un elemento con una clase, sino una clase con una superclase.

Aunque el hallazgo o la invención de la propiedad «sirve para sentarse» parezca un caso sonso, en general el hallazgo o la invención de propiedades que permitan hacer abstracciones, como en ese caso, revela una de las capacidades más asombrosas y geniales de la mente. De hecho, cosas como las sillas y los sofás existen en el mundo físico, mientras que las propiedades son una importante construcción de la mente y constituyen la condición básica de las Teorías, de la Explicación y la Predicción. Eso explica por qué nos parecen geniales, por ejemplo, algunos sobrenombres, cuando la propiedad que relaciona a una persona con la referencia del apodo nos parece toda una invención (precisamente, los buenos apodos constituyen el establecimiento de pertenencia de una persona a la misma clase del apodo, en virtud de alguna propiedad no advertida; y mientras menos advertida y más reconocible sea esa propiedad, más jocosa resulta la elaboración del apodo). Sin embargo, no es en este ejemplo de los apodos donde mejor función cumple la invención de propiedades, sino precisamente en el mundo de la ciencia y de la construcción de Teorías: aunque las ilustraciones de las sillas y los asientos son abstracciones meramente descriptivas, la abstracción es todavía más genial cuando la invención de propiedades se traduce en establecimiento de relaciones de interdependencia entre clases de hechos, es decir, cuando dichas propiedades resultan Explicativas y Predictivas. Nadie duda, por ejemplo, de la genialidad de Einstein al establecer la relación que ya conocemos entre masa y energía, cosas que antes aparecían como dos clases totalmente desvinculadas. Por cierto, es de Einstein aquel comentario de que la función de las Teorías está en identificar cosas aparentemente distintas entre sí y en diferenciar cosas aparentemente iguales: no es otra cosa que el hallazgo o la invención de propiedades entre elementos, clases, superclases y subclases.

Finalmente, hay que decir que no todo se reduce a un simple esquema de la Teoría de Clases y Relaciones. Hay en el hallazgo de propiedades explicativas un fuerte ingrediente cognitivo o psicológico, especialmente en lo que se refiere a la genialidad, a la chispa o a la inspiración del investigador, así como a su formación previa, a su dedicación al estudio y a su voluntad de esfuerzo. Ésta es precisamente la esfera a la que debe atender una Psicología de la Investigación y que escapa a la Epistemología (y, por tanto, también a este papel).

3.2. ISOMORFISMOS Y FAMILIAS ISOMÓRFICAS

Volvamos a los hechos descritos por las proposiciones (i) «la casa se desplomó por una de las columnas que estaba debilitada» y (ii) «si hay un cojo en un grupo de delincuentes que escapa corriendo, la policía lo atrapará a él y de allí identificará a los demás». Cuando decimos que ambos hechos son cubiertos por la Teoría T: «la cuerda revienta por lo más delgado», estamos diciendo que (i) y (ii) son interpretaciones de dicha Teoría. O sea, una cosa es la Teoría, ubicada en un plano representacional, abstracto, y otra cosa son las cosas del mundo que resultan explicadas, cubiertas o interpretadas por dicha Teoría (cuando se habla de «contrastación» empírica de Teorías, se habla de examinar si sus interpretaciones funcionan del modo en que postula la Teoría. Si, por ejemplo, encontramos que en la interpretación (i) la casa no se desplomó por la columna más debilitada sino por la más fuerte, entonces T se mostraría falsa, en principio).

Por otra parte, cuando decimos que (i) y (ii) son interpretaciones de T, estamos también diciendo que (i) y (ii) son isomórficas entre sí y que constituyen una familia de isomorfismo en virtud de T. En el fondo, estamos diciendo que (i) y (ii), por más distintos que sean entre sí en casi todos los aspectos, sin embargo son idénticos («iso») por una propiedad («morfos»), que tiene carácter de función lógica y, además, que esa propiedad está siendo postulada en la Teoría T.

Esta es una importante característica de las Teorías. Aunque parezca algo que sólo puede decirse o estudiarse desde el punto de vista racionalista, en realidad se aplica también a las Teorías fenomenológicas y etnográficas o simbólico-culturales. Al fin y al cabo, también los simbolismos, las visiones sociales y los constructos lingüísticos constituyen representaciones del mundo, abstractas, que se generan a partir del hallazgo o invención de unas propiedades que definen un morfismo (una función), el cual cobija una gran cantidad de hechos concretos (pasados, actuales y futuros) que, por tanto, forman familias isomórficas. La idea clave de las interpretaciones y de los isomorfismos es, por un lado, establecer la diferencia entre Teoría, en cuanto constructo representacional dotado de un lenguaje (sintaxis), y familias de hechos, en cuanto mundo real, observacional (semántica). Por otro lado, se trata también de la capacidad que tienen las teorías para reducir la infinita complejidad, variedad y diversidad con que se nos presenta el mundo circundante.

En la sección anterior, cuando hablamos de la genialidad en el hallazgo o invención de una propiedad explicativa-predictiva, nos referíamos precisamente al hallazgo o invención de un isomorfismo, de esa relación funcional que define el funcionamiento idéntico, pero profundo, no detectable a simple vista, de clases de hechos aparentemente disímiles. Cosas como el código genético, las leyes de Newton, el big-bang, la teoría de la Acción, el constructivismo, la gramática generativa, etc., son desde este punto de vista hallazgos o invenciones de isomorfismos con respecto a cosas del mundo muy diferentes entre sí (para más detalles sobre «isomorfismos», en relación con «modelos y estructuras», ver Padrón, 1988, y Stahl, 1997).

Para terminar: cuando hablamos de «Contrastación» de Teorías nos referimos al examen o crítica de las mismas a la luz de su adecuación con respecto a las interpretaciones que pretende o declara como propias (se examina si el morfismo contenido en la Teoría, en cuanto regla de funcionamiento o comportamiento, realmente se aplica a los hechos que están adscritos a ella; es aquí donde tienen lugar las experimentaciones y las observaciones). En cambio, cuando hablamos de «Evaluación» de Teorías, nos referimos al examen o crítica de ellas en sí mismas, en un plano lógico, independientemente de su relación con los hechos.

4. ESTRUCTURA DE LAS TEORÍAS

Desde el punto de vista de la Metalógica (o Metateoría), las Teorías en general tienen una estructura semiótica, en el sentido de Peirce. Es decir, las Teorías tienen lugar en un contexto socio-espacio-temporal (aspecto pragmático), constituyen un Lenguaje o sistema de signos (aspecto sintáctico) y representan un cierto mundo posible (aspecto semántico). Allí se plantea el concepto global de la teorización como Modelación, por referencia a los tres niveles semióticos: la pragmática, la sintaxis y la semántica.

4.1. ESTRUCTURA PRAGMÁTICA

Toda Teoría se inserta en una sociedad o grupo social, en un momento histórico-cultural y en un espacio físico-social. Las Teorías, además de ser de su autor, pertenecen a un grupo académico y a un Programa de Investigación en un cierto momento, pertenecen también a una sociedad, a una cultura y a unas determinadas configuraciones de época, lugar y gente. Por citar algún ejemplo, no es lo mismo evaluar la Teoría de Newton desde la óptica de esta época que evaluarla desde la óptica de la época en que se construyó. Aristóteles, en otro caso, esbozó una teoría de la caída de los cuerpos que desde nuestro contexto nos puede parecer totalmente ridícula, pero que adquiere un valor diferente si consideramos su propio contexto histórico. Otro tanto puede decirse de la Teoría Ptolemaica (geocéntrica), del Creacionismo, de la Alquimia, etc.

Cuando analizamos una Teoría desde el punto de vista de su contexto socio-histórico-cultural, estamos haciendo un análisis de nivel PRAGMÁTICO. Algunos aspectos centrales de los factores analizables en la estructura pragmática de una teoría pueden verse en Hernández (2001) y Padrón (1994).

4.2. ESTRUCTURA SINTÁCTICA

Toda Teoría es, además, una pieza de lenguaje, una estructura lingüística, donde entendemos por «lenguaje» no sólo el español o el inglés, sino más bien cualquier sistema de signos (gráficos, diagramas, símbolos lógico-matemáticos, imágenes, sonidos, etc.).

Cuando analizamos una Teoría desde el punto de vista de su estructura lingüística, estamos haciendo un análisis de nivel SINTÁCTICO. En cuanto a los factores que se consideran dentro de este nivel, hay que considerar lo siguiente:

4.2.1. Recordemos que desde el punto de vista sintáctico hay tres tipos de Teoría: formalizadas, semiformalizadas y no formalizadas, de modo que cada uno de esos tipos debe ser examinado de un modo diferente. Las Teorías no formalizadas se examinan prácticamente igual que los textos académicos. Las Teorías Formalizadas se analizan en correspondencia con los requerimientos convencionales del lenguaje formal que ellas declaran (axiomático, conjuntista, etc.), los cuales se hallan previamente estudiados. Las Teorías semi-formalizadas se analizan en parte según los textos académicos y en parte según los lenguajes formales que usen parcialmente.

4.2.2. Tengamos también en cuenta que ninguna Teoría se presenta inmediatamente como tal, sin ningún nexo con nada. Toda Teoría va insertada en un contexto lingüístico («co-texto» es el término técnico que usan muchos lingüistas), de modo que hay que distinguir entre la Teoría, propiamente dicha, y el cuerpo textual donde va incluida (por ejemplo, Introducción, problemática, descripciones empíricas, preámbulos, etc.). Nadie creería que Skinner redujo todo su trabajo a la simple línea de «C = E® R» ni que Einstein lo hizo en la línea «E = m(c2)». En realidad, lo que se formaliza es exclusivamente la síntesis de la Teoría, mientras que el cuerpo textual donde va insertada resulta siempre muchísimo más amplio, más ilustrativo y más cargado de información. Y, precisamente, este cuerpo textual va siempre comunicado en lenguaje natural, académico, por más que se trate de una Teoría Matemática o Física. Darwin, por ejemplo, escribió una de las primeras versiones de su Teoría en «El Origen de las Especies», así como Freud escribió las suyas en «Estudio sobre la Histeria» y, en ambas obras, aparte el hecho de que no formalizaron nada, vemos que la Teoría viene dispersa a lo largo de todo el cuerpo textual. Muchos analistas luego formalizaron ambas teorías en menos de una página, es decir, extrajeron la síntesis de la Teoría, pero eso nos reafirma la idea de que una cosa es la Teoría como síntesis o como formulación esquemática (estructura sintáctica central) y otra cosa es el co-texto o cuerpo textual donde la primera viene insertada.

4.2.3. Evidentemente, para poder evaluar una Teoría, es necesario obtener su formulación como síntesis lingüística o como síntesis teórica (bien sea en lenguaje formal, bien sea en lenguaje natural, que esto ya es otra cosa aparte). Es prácticamente imposible evaluar una Teoría desde el nivel global de su co-texto o cuerpo lingüístico completo. El co-texto teórico sólo nos servirá como referencia, pero lo que nos interesa realmente es la Teoría en su formulación lingüística más esquemática. Por ejemplo, resulta difícil evaluar completamente la Teoría de la Acción Comunicativa de Habermas, porque antes habría que realizar el trabajo de reducir todo lo que se dice en esos dos tomos a una formulación teórica sintética (por cierto, esta es una de las razones para formalizar las teorías o, al menos, para sintetizarlas: que les facilitamos el trabajo a quienes quieran evaluarla; a la inversa, un excelente truco para que nadie critique nuestras teorías y para que no nos pesquen los errores es diluir hábilmente nuestras ideas esenciales, si es que tenemos alguna, en un «mar de palabras», como decía Popper).

4.2.4. Independientemente de si la Teoría es «formalizada» o «no formalizada», de si es «profunda» o «poco profunda», su formulación esquemática (o ‘síntesis teórica’ o ‘formulación teórica sintética’, etc.) tiende a la siguiente estructura general:

(i) Un sistema de conceptos o «términos» (que expresan entidades teóricas, individuos lógicos, como, por ejemplo, «estímulo», «respuesta», «conducta»).

(ii) Un sistema de definiciones de conceptos o de términos (correlacionado con el sistema de conceptos, como, por ejemplo, «estímulo: es cualquier suceso o evento, sea físico o psicológico» ).

(iii) Un sistema de proposiciones («oraciones», para generalizar; aunque técnicamente hay una importante diferencia entre «proposiciones», «enunciados» y «oraciones», no entraremos aquí en esos detalles). Las proposiciones expresan las relaciones entre los conceptos teóricos. Es decir, los constituyentes básicos de las proposiciones son los conceptos teóricos. Estos conceptos o términos teóricos son como las palabras del diccionario de la Teoría (que siempre es muy limitado), mientras que las proposiciones son como las oraciones que se forman con las palabras de ese diccionario. Estas proposiciones se vinculan entre sí dentro de un sistema proposicional, mediante diferentes nexos: unas veces unas proposiciones se derivan de otras, otras veces unas proposiciones se añaden a otras, etc.

Otro modo de ver esta misma estructura (que se visualiza mejor en los «modelos», con sus respectivas formalizaciones gráfico-diagramáticas) es el siguiente:

(a) Niveles del Modelo (macronivel, mesoniveles, micronivel)

(b) Componentes en cada nivel (macro…, microcomponentes)

(c) Relaciones entre los componentes de cada nivel.

Nótese que, si la Teoría es adecuada sintácticamente, siempre será posible traducir una estructura del tipo (i, ii, iii) en una estructura del tipo (a, b, c) y viceversa.

4.3. ESTRUCTURA SEMÁNTICA

Está centrada esencialmente en el conjunto de las interpretaciones de la Teoría. En general, la semántica de una Teoría está prevista, en su base, por las descripciones empíricas previstas por el investigador. Pero, más allá de eso, el evaluador puede encontrar otros hechos, diferentes a los previstos por el investigador, que pertenezcan a la Teoría y que puedan o no regularse por la Teoría.

Pero, además de eso, y en general, pertenecen también a la estructura semántica los siguientes factores:

– La relación entre los términos teóricos y las cosas (objetos o hechos del mundo) a las que esos términos se refieren. Una regla básica es que a cada término corresponda una y sólo una clase de objetos (por ejemplo, la palabra «libertad» es demasiado compleja como para ser usada en una teoría; por cierto, allí está uno de los problemas que deben resolver las investigaciones sobre «creatividad», «autoestima», «valores», etc.). Este factor tiene que ver con todo lo que es ambigüedad, retórica, confusión…

– La novedad de la información presentada en las proposiciones, lo cual tiene que ver con el grado de redundancia de la información. Una regla básica es no repetir una misma información con proposiciones distintas (independencia de los contenidos proposicionales). Nótese que estamos hablando sólo de la formulación esquemática de la Teoría: en el co-texto teórico sí se admiten las redundancias que tengan carácter de énfasis o refuerzo informacional (ver más adelante «independencia semántica»).

– La relación de consistencia entre proposiciones y hechos o entre proposiciones y proposiciones (no-contradicción; ver más adelante «consistencia semántica»).

– La relación entre todo el sistema teórico y la descripción empírica correspondiente: la Teoría, en su formulación sintética, debe cubrir todos y cada uno de los hechos previstos en la descripción observacional. Será menos adecuada en la medida en que queden datos observacionales no explicados (o no referidos, que es peor) por la formulación teórica (ver más adelante «completitud semántica»).

Hasta aquí, todo lo relacionado con los aspectos contextuales y limítrofes de la Evaluación de Teorías, que resultan de primer orden para poder comprender los requerimientos en función de los cuales se evalúan las Teorías . Pasemos ahora a estos requerimientos, o sea, a las condiciones de adecuación de las Teorías.

5. CONDICIONES DE ADECUACIÓN DE LAS TEORÍAS

Consideraremos las propuestas de tres autores de diferente procedencia: Mario Bunge, Thomas Campbell y Juri D. Apresjan. El primero se orienta a una visión unificada de las Ciencias. El segundo se centra en una visión específica de las Ciencias Sociales y el tercero tiene una orientación bastante formal, centrada en la Lingüística.

5.1. LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE TEORÍAS SEGÚN MARIO BUNGE (Bunge, 1985)

Este autor agrupa veinte condiciones de adecuación teórica en 5 grupos, concebidos como «criterios».

CRITERIOS FORMALES

1. Corrección formal: las expresiones sintácticas de la teoría deben ser bien formadas, no arbitrarias.

2. Consistencia interna: los componentes de la teoría no deben ser contradictorios entre sí.

3. Validez: las derivaciones de la teoría deben seguir lo más exactamente posible los esquemas puestos por la lógica y/o la matemática.

4. Independencia: los componenntes de la teoría no deben solaparse entre sí.

5. Fuerza: los supuestos iniciales de la teoría deben ser tan fuertes como lo permita la verdad.

CRITERIOS SEMÁNTICOS

6. «Exactitud lingüística: ambigüedad y vaguedad mínimas»

7. «Unidad conceptual: la teoría debe referir a un universo del discurso bien definido, y sus predicados deben ser semánticamente homogéneos, conexos y cerrados».

8. Interpretabilidad empírica: la mayoría de las proposiciones específicas derivadas de la teoría deben ser interpretables observacionalmente.

9. Representatividad: la teoría debe tener profundo alcance referencial, no orientada a las apariencias.

CRITERIOS GNOSEOLÓGICOS

10. Consistencia externa: que sea sustancialmente compatible con el resto del conocimiento razonablemente admitido.

11. «Alcance: la teoría debe resolver con buena aproximación una parte considerable de los problemas que estimularon su construcción»

12. «Profundidad: las teorías profundas, con mecanismos fundamentales y básicos, son preferibles, (…) a sistemas superficiales que no corran el riesgo de afirmar ningún mecanismo inobservable»

13. «Originalidad: las teorías audaces, con llamativas (pero no arbitrarias) construcciones de alto nivel, con proyecciones antes inauditas y con capacidad de unificar campos aparentemente inconexos, son más valiosas que los sistemas muy seguros y a ras de tierra».

14. «Capacidad unificadora: capacidad de reunir dominios hasta el momento aislados.»

15. «Potencia heurística: una nueva teoría debe sugerir o guiar nueva investigación en su mismo campo o en campos vecinos.»

16. «Estabilidad: la teoría no debe derrumbarse ante el primer dato nuevo, sino que debe ser capaz de crecer, hasta cierto punto, a lo largo de una misma línea.»

CRITERIOS METODOLÓGICOS

17. Contrastabilidad: debe poder decidirse empíricamente si la teoría contradice alguno de los hechos que pretende explicar.

18. «Simplicidad metodológica: si las contrastaciones propuestas para la teoría son tan complicadas que no hay posibilidad de que sea refutada en un futuro previsible, entonces no será posible juzgar el alcance ni la estabilidad de la teoría.»

CRITERIOS METAFÍSICOS

19. Parsimonia de niveles: «no debe apelarse a los niveles superiores de la realidad si basta con los inferiores, ni tampoco hay que introducir niveles lejanos, de ser posible, sino a través de otros intermedios.»

20. Consistencia desde el punto de vista de la concepción del mundo: compatibilidad con la visión dominante o, al menos, con el núcleo común a las sostenidas por los científicos más competentes de la época.

5.2. LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE TEORÍAS SEGÚN TOM CAMPBELL

Campbell (1992) utiliza dos criterios de evaluación para las teorías sociales, a los que llama «parámetros sociológicos» y «críticos». Dentro de cada criterio, considera diversos «parámetros» de evaluación de teorías. En realidad, en el primer grupo de «parámetros» este autor se refiere más bien a criterios de discriminación en Ciencias Sociales. Una síntesis puede verse en la Tabla 2.

PARÁMETROS SOCIOLÓGICOS

1. El parámetro idealista-materialista : permite diferenciar entre teorías de base mentalista y teorías de base materialista.

2. El parámetro descriptivo-normativo : permite discriminar entre teorías orientadas a prescripciones e intervenciones y teorías de carácter descriptivo-explicativo.

3. El parámetro individualista-holista : permite discriminar entre teorías orientadas a explicaciones individualistas y teorías orientadas a explicaciones colectivistas.

4. «El parámetro consenso-conflicto : en uno de sus extremos se encuentran aquellas teorías que defienden que la sociedad es el resultado del conflicto organizado y la competición (…). En el otro extremo se encuentran aquellas teorías que consideran que el conflicto es sólo un problema superficial que oscurece grandes áreas del acuerdo o consenso.

5. «El parámetro positivista-interpretativo : este parámetro trata las suposiciones que hacen los teóricos acerca del tipo de explicación que conviene a los fenómenos sociales. Los positivistas consideran que el enfoque que se hace de los fenómenos sociales no debería diferenciarse en principio del que se adopta para los fenómenos naturales o no sociales. Una alternativa a esto es el enfoque que interpreta la conducta social a la luz del significado que le atribuyen los participantes.»

CRITERIOS CRÍTICOS

1. Claridad

2. Consistencia

3. Adecuación empírica

4. Adecuación explicativa

5. Racionalidad normativa

5.3. LOS CRITERIOS DE EVALUACIÓN DE TEORÍAS SEGÚN APRESJAN (1975)

Apresjan (1975) se fundamenta en los modelos lingüísticos y explica no sólo algunos criterios tomados de la Metateoría de Tarski (Lógica metateórica), sino que además expone las fórmulas matemáticas para evaluar un modelo según cada criterio. Los criterios que propone son:

– Coherencia: equivale al principio de «consistencia», referida a la no contradictoriedad entre los elementos de la teoría.

– Exaustividad: equivale al principio de «completitud»: que explique todo el universo de hechos que pretende explicar.

– Simplicidad o Economía: que utilice la menor cantidad posible de recursos explicativos.

– Adecuación: que la Teoría no explique hechos ubicados fuera del universo de hechos al que se refiere.

– Belleza o simetría: equivalente a la «Elegancia» matemática.

5.4. SÍNTESIS (a modo de propuesta)

Si seguimos una orientación semiótica, la misma que utilizamos arriba para definir la estructura de las Teorías, podríamos reconfigurar las condiciones de una teoría según los elementos expuestos en la Tabla 3:

CONDICIONES PRAGMÁTICAS

– Compatibilidad con el resto del conocimiento admitido y con las convenciones de la comunidad académica ante la que se expone la Teoría.

– Relevancia, Pertinencia e Impacto con respecto a las necesidades de crecimiento social.

– Continuidad y consistencia con respecto a los requerimientos del Programa de Investigación en el que se circunscribe la Teoría.

– Rentabilidad: relación entre el esfuerzo invertido y el rendimiento social y académico.

– Adecuación al contexto investigativo, lo cual excluye a los trabajos estéticos, retóricos, religiosos, místicos, etc.

CONDICIONES SINTÁCTICAS

– Corrección formal, cualquiera sea el lenguaje y los sublenguajes utilizados (en el mismo sentido de Bunge, ariba).

– Eficacia lingüística: seleccionar el lenguaje y los sublenguajes más eficaces en relación con los objetivos de la Teoría.

– Economía (simplicidad o eficiencia lingüística), en sentido de utilizar la mínima cantidad de recursos de lenguaje con el máximo rendimiento.

– Elegancia (armonía)

CONDICIONES SEMÁNTICAS

– Consistencia interna y externa (no contradicción entre los elementos de la Teoría ni entre dichos elementos y los hechos ni con respecto a otras teorías previamente corroboradas).

– Precisión o univocidad, en el sentido de no ambigüedad (que cada término teórico remita a un solo y constante significado).

– Relevancia, en el sentido de no trivialidad, que no existan elementos superfluos.

– Economía semántica, en el sentido opuesto a redundancia.

– Independencia: que los elementos de la teoría no se solapen o cabalguen entre sí.

– Completitud o exhaustividad: que explique el universo de hechos que pretende explicar.

– Contrastabilidad: posibilidad de decidir acerca de su correspondencia con los hechos que pretende explicar.

Las condiciones expuestas no deben considerarse como las únicas ni tienen tampoco carácter definitivo o dogmático. Se trata de condiciones en las que, en general, existe bastante consenso en el mundo académico, desde la óptica de cualquiera de los enfoques epistemológicos. Sin embargo, la definición de las condiciones de adecuación de las teorías en Ciencias Sociales no debe considerarse como un trabajo terminado. Más bien, es un trabajo que debe ir siendo revisado constantemente, bajo el entendido de que dichas condiciones no son un asunto de autoridad ni de dominación científica, sino más bien un asunto de búsqueda en torno a los caminos más productivos de la investigación científica, siempre en relación con las necesidades de desarrollo de nuestros pueblos.

Dentro de esa orientación, los estudios acerca de las condiciones de adecuación de las teorías deben ser un campo abierto y plural, pero no encauzado hacia la dispersión, la retórica y el pensamiento anárquico, individualista e incontrolado, lo cual no aporta ningún beneficio a nuestras sociedades en desarrollo, sino más bien hacia el avance real en su crecimiento económico-industrial y humanístico. Aunque es cierto que no puede haber un crecimiento económico-industrial real sin un crecimiento humanístico, también es cierto que cualquier desarrollo humanístico será vacío e inútil sin un desarrollo económico-industrial y tecnológico paralelo.

Fuente: padron.entretemas.com – Aspectos clave en la evaluación de teorías

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NOTAS

RespuestasVeganas.Org: La publicación de este artículo en RespuestasVeganas.Org no implica necesariamente que compartamos todas y cada una de las cuestiones expresadas por el mismo; sin embargo, consideramos interesante su publicación.

REFERENCIAS

– Apresján, Juri D. (1975): La Lingüística Estructural Soviética. Madrid: Akal.
– Bergman, Gustav (1971): Filosofía de la Ciencia. Madrid: Tecnos.
– Bunge, Mario (1985): La Investigación Científica. Barcelona: Ariel.
– Camacho, Hermelinda (2001): Enfoques Epistemológicos y Secuencias Operativas de Investigación. Tesis Doctoral. URBE/linea-i.
– Campbell Tom (1992): “Comparación y Valoración de Teorías», en Campbell, T.: Siete Teorías de la Sociedad. Madrid: Cátedra. Pp. 39-66.
– Chomsky, Noam (1999): El Programa Minimalista. Madrid: Alianza.
– Friedrich, Gustav (2000): Theory Construction: Methods of Inquiry Syllabus. The State University of N. J., Rutgers. N.J. Disponible: http://www.scils.rutgers.edu/~gusf/514syllabus.html.
– Hernández, Acacia (2001): Pragmática de la Investigación. Caracas: LINEA-I. Disponible: http://www.lineai.org.
– Padrón, José (2002): Diseño y Evaluación de Teorías, Tutorial y Lecturas. Material en CD Rom. Caracas: LINEA-I.
– ___________ (1988): Estructuras, Sistemas y Modelos. Reflexiones sobre una Base Lógica en la Investigación Educativa. Disponible: http://padron.entretemas.com.
– ___________ (1996): “Qué es ‘Teoría’”, en Chacín, M. Y Padrón, J.: Investigación – Docencia. Temas para Seminario. Caracas: Publicaciones del Decanato de Postgrado, USR. Disponible: http://padron.entretemas.com/ques_teoria.htm.
– ___________ (1994): “El Componente Sociológico en los procesos de Difusión y Uso del Conocimiento”, en Fomento y Organización de la Investigación para la Nueva Era. Caracas: Colegio Universitario de Caracas.
– Rivero, Norma (2000): Estilos de Pensamiento y Enfoques Epistemológicos. Tesis Doctoral. Caracas: USR/linea-i
– Stahl, Gerold (1997): Estructura y Conocimiento Científico. Paidos: Buenos Aires.

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