ARGUMENTO: “Los veganos respetan a los animales por autointerés, el altruismo no existe”

RESUMEN: ¿Qué es el altruismo? ¿qué es una conducta autointeresada? ¿qué es el altruismo simulado? ¿qué es le egoísmo? ¿qué es el egoísmo psicológico? ¿debemos respetar a los demás porque nos interesa o porque es nuestro deber ético? ¿los veganos son veganos por su propio interés o porque es su deber ético? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí voy a responder.

La conducta altruista es aquella conducta que está motivada por el objetivo de satisfacer los intereses de otros, aunque ello sea perjudicial para quien la realiza. En cambio, la conducta autointeresada es aquella que está motivada por el objetivo de satisfacer los propios intereses. La conducta autointeresada puede tener que ver con los demás: si les beneficia es altruismo simulado, si les perjudica es egoísmo, y si no tiene nada que ver con los demás entonces es irrelevante. Según el egoísmo psicológico, «los humanos siempre actúan motivados por autointerés», por lo tanto niega la existencia de conductas altruistas. Sin embargo, del supuesto hecho de que los humanos siempre actuaran motivados por autointerés no se puede inferir lógicamente la conclusión normativa «los humanos deben ser autointeresados», ni tendría sentido esa norma. Por lo tanto, responder a la cuestión sobre si los humanos siempre actúan autointeresadamente o, si por el contrario, existen las conductas altruistas, tiene un interés meramente psicológico, no ético. El egoísmo psicológico no es una teoría falsable, por lo tanto no es una teoría científica. El veganismo no es practicado por una motivación autointeresada, sino por racionalidad ética: «A priori, los intereses no deben ser frustrados». La conducta altruista guarda una relación estrecha con la Ética: limitar la conducta propia para beneficiar (no perjudicar) a los demás.

Palabras clave: altruismo, egoísmo psicológico

 

Mostrar origen de la palabra «altruismo» y su relación con el egoísmo

En 1851, el filósofo francés Auguste Comte (1798-1857) acuñó la palabra «altruisme» (del francés antiguo «altrui» = de los otros) y ésta luego fue adoptada por el castellano como «altruismo». El altruismo es procurar el bien ajeno aun a costa del bien propio.

altruismo (Del fr. altruisme.)
1. m. Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio.
2. m. Ecol. Fenómeno por el que algunos genes o individuos de la misma especie benefician a otros a costa de sí mismos.

El altruismo es la idea contraria al egoísmo. El egoísmo es buscar el bien propio a costa del mal ajeno. El egoísmo se teoriza en los planos psicológico, racional y ético de las siguientes maneras:

  • Egoísmo psicológico: teoría que describe CÓMO los individuos se comportan.
  • Egoísmo racional: teoría que sugiere que LO RACIONAL es maximizar los intereses del actor en todas circunstancias.
  • Egoísmo moral o egoísmo ético: teoría normativa según la cual los individuos DEBEN ser egoístas porque supuestamente ser egoísta es ser racional, según formula el egoísmo racional.

En este artículo respondo al egoísmo psicológico.

 

Conductas y motivaciones

1. Algunas personas no conocen la diferencia entre la conducta altruista y las conductas autointeresadas.

Las conductas que vemos (acciones) pueden estar motivadas, en último término, para satisfacer intereses propios (autointerés) o para satisfacer intereses ajenos (altruismo), es decir, para beneficiarse uno mismo (autointerés) o para beneficiar a otros (altruismo):

La conducta altruista es aquella conducta que está motivada por el objetivo de SATISFACER LOS INTERESES DE OTROS, aunque ello sea perjudicial para quien la realiza. Por ejemplo, es una conducta altruista renunciar a ciertos sabores y a cierta comodidad con el objetivo de respetar el derecho a la salud y a la vida de los demás seres sintientes. La conducta altruista guarda una relación estrecha con la Ética: limitar la conducta propia para beneficiar (no perjudicar) a los demás.

La conducta autointeresada es aquella que está motivada por el objetivo de SATISFACER LOS PROPIOS INTERESES. La conducta autointeresada puede tener que ver con los demás (beneficiándoles o perjudicándoles) o realizarse sin tener nada que ver con los demás:

  • Conducta autointeresada que beneficia los demás. La llamaré «altruismo simulado». Algunas personas simulan que una conducta autointeresada es una conducta altruista. Por ejemplo, las personas y empresas privadas que han defraudado a Hacienda limpian su imagen pública realizando donaciones.
  • Conducta autointeresada que es indiferente para los demás. Por ejemplo, tienes sed y bebes agua.
  • Conducta autointeresada que perjudica a los demás en circunstancias en las que no deberían ser perjudicados. La llamaré «conducta egoísta». Por ejemplo, es una conducta egoísta anteponer los gustos gastronómicos personales sobre el derecho ético a la salud y a la vida de los demás seres sintientes. Agresiones, violación sexual, indiferencia ante el mal padecido por los demás, etc. son conductas egoístas.

En este artículo solo analizo la conducta altruista y el altruismo simulado. La conducta egoísta no la trato en este artículo, pues perjudica a los demás.

Ética

2. Algunas personas argumentan que «los humanos siempre actúan por autointerés, POR LO TANTO los humanos deben ser autointeresados».

Premisa: «Los humanos siempre actúan motivados por autointerés». (descripción)
Conclusión: «Los humanos deben ser autointeresados». (norma)

Al analizar el argumento vemos que pasa de la descripción «los humanos siempre actúan por autointerés» a una conclusión normativa: «los humanos deben ser autointeresados», por lo tanto este argumento usa la falacia lógica. La falacia lógica consiste en el error de inferir una conclusión normativa a partir de premisas descriptivas.[1] Por lo tanto, del supuesto hecho de que los humanos siempre actuaran motivados por el autointerés no se puede inferir lógicamente la conclusión normativa «los humanos deben ser autointeresados». Por otro lado, es absurdo usar un argumento que niega la existencia del altruismo y que concluye que no debemos ser altruistas, pues si no existiera el altruismo entonces no podríamos ser altruistas.

Responder a la cuestión sobre si las conductas humanas siempre son autointeresadas o, si por el contrario, también existen las conductas altruistas, tiene un interés meramente psicológico (descriptivo), no ético (normativo). En el siguiente punto voy a indagar sobre la cuestión meramente psicológica.

Psicología

3. Algunas personas afirman que «los humanos SIEMPRE actúan movidos por motivaciones autointeresadas, el altruismo no existe».

La idea según la cual las conductas altruistas no existen se llama «egoísmo psicológico» y muchas veces se usa como premisa para concluir falazmente que «los humanos deben ser autointeresados», como he explicado en el punto anterior.

Veganismo por saludLa teoría del egoísmo psicológico fue propuesta originalmente por Jeremy Bentham (1748-1832), con antecedentes en Thomas Hobbes (1588-1679) y en François de La Rochefoucauld (1613-1680). El egoísmo psicológico es la teoría sobre una supuesta «naturaleza humana», ya rebatida[2], según la cual la conducta humana siempre está impulsada por motivaciones autointeresadas, por lo que niega la existencia de conductas altruistas. La teoría más importante de egoísmo psicológico es el hedonismo psicológico, que asegura la motivación de todas las conductas humanas voluntarias es querer sentir placer y evitar sentir dolor; lo cual implicaría que prestamos auxilio a los demás porque sentimos placer o porque así evitamos sentir dolor por verles así. Por ejemplo, según el egoísmo psicológico, quienes practican el veganismo (respetar a los demás seres sintientes) no lo hacen por el deber ético de beneficiar a otros respetándoles, sino porque se benefician: por satisfacción personal, por reconocimiento social, por placer, «por salud», etc. Sin embargo, el veganismo no es practicado por una motivación autointeresada, sino por racionalidad ética: «A priori, los intereses no deben ser frustrados». La conducta altruista guarda una relación estrecha con la Ética: limitar la conducta propia para beneficiar (no perjudicar) a los demás.

La teoría del egoísmo psicológico es rebatida por las siguientes objeciones:

3.1. La teoría del egoísmo psicológico no es una teoría falsable.
3.2. Hacer siempre lo que más queremos hacer no demuestra el egoísmo psicológico.
3.3. Ayudar a otros porque nos sienta bien, o porque nos produce placer, o porque calma nuestra conciencia no demuestra el egoísmo psicológico, sino el altruismo.
3.4. Existen casos de altruismo que difícilmente se pueden explicar mediante la teoría del egoísmo psicológico.

A continuación desarrollo dichas objeciones:

3.1. La teoría del egoísmo psicológico no es una teoría falsable.

El egoísmo psicológico no es una teoría falsable empíricamente, pues dada una conducta supuestamente altruista se la puede reinterpretar como autointeresada sin necesidad de verificación empírica. Es decir, no existe una manera de comprobar empíricamente que el egoísmo psicológico sea cierto, por lo tanto no es una teoría científica. El egoísmo psicológico no demuestra que los motivos autointeresados son más ciertos que los motivos altruistas que pretende remplazar. Por lo tanto, el egoísmo psicológico pudiera ser posible, pero falta por demostrarse que sea verdadero. Éste es el argumento más fuerte contra el egoísmo psicológico.

3.2. Hacer siempre lo que más queremos hacer no demuestra el egoísmo psicológico.

Tanto si describimos a una persona como autointeresada o como altruista, si actúa de manera voluntaria, siempre actúa haciendo lo que más quería hacer. Por lo tanto, parecería que, hagamos lo que hagamos, sólo actuamos autointeresadamente. Este argumento puede rebatirse de dos maneras:

  • Depende de la idea de que «todo lo que queremos hacer lo hacemos voluntariamente». Sin embargo, a veces voluntariamente hacemos cosas que preferiríamos no hacer, pero las hacemos porque son un medio necesario para alcanzar un determinado fin. Dicho fin puede ser satisfacer el interés de otros. Por ejemplo, estar cuidando a un perro enfermo para que sane, cuando preferiríamos estar divirtiéndonos con los amigos.
  • El sólo hecho de actuar siguiendo los propios intereses no significa que se esté actuando autointeresadamente, sino que depende de qué intereses se tiene. Preocuparse sólo por el propio bienestar y no pensar en otros, es ser egoísta; pero si también se quiere que otros sean felices, incluso a costa de uno mismo, y se actúa siguiendo ese interés, entonces no se es egoísta, sino altruista.

3.3. Ayudar a otros porque nos sienta bien, o porque nos produce placer, o porque calma nuestra conciencia no demuestra el egoísmo psicológico, sino el altruismo.

Así lo explica James Rachels (1941-2003) en su libro «Introducción a la Filosofía Moral»:

Ayuda a un cerdo herido en un accidente de tráfico«¿Por qué deberíamos pensar, solamente porque alguien obtiene una satisfacción al ayudar a otros, que esto lo hace egoísta? ¿No es precisamente la persona desinteresada aquella que deriva satisfacción de ayudar a otros, mientras que la persona egoísta no? Si Lincoln “quedó con la conciencia tranquila” tras rescatar a los cerditos, ¿muestra esto que era egoísta o, por el contrario, lo muestra como compasivo y de buen corazón? (Si una persona fuera verdaderamente egoísta, ¿por qué debería molestarle que otros sufrieran, y mucho menos los cerdos?) De modo similar, no es más que un sofisma decir que, porque alguien encuentra satisfacción al ayudar a otros, es egoísta. Si lo decimos rápidamente, pensando en otra cosa, tal vez suene bien, pero si lo decimos lentamente y ponemos atención en lo que estamos diciendo, suena simplemente ridículo.

Intereses no egoístasAdemás, supóngase que preguntamos por qué debería alguien obtener satisfacción de ayudar a otros. ¿Por qué debe hacerte sentir bien aportar dinero para un albergue de gente sin hogar, cuando en cambio podrías estarlo gastando en ti mismo? La respuesta debe ser, por lo menos en parte, que eres la clase de persona a la que le importa lo que les sucede a otros. Si no te importara lo que les sucede, entonces dar dinero parecería una pérdida y no una fuente de satisfacción. Te sentirías más como un tonto que como un santo. Aquí hay una lección general que aprender, relacionada con la naturaleza del deseo y de sus objetos. Deseamos todo tipo de cosas —dinero, un coche nuevo, jugar al ajedrez, casarnos, etc.— y porque deseamos esas cosas, podemos obtener satisfacción al conseguirlas. Pero el objeto de nuestro deseo no es la satisfacción: eso no es lo que buscamos. Lo que buscamos es simplemente el dinero, el coche, el ajedrez o el matrimonio. Sucede lo mismo al ayudar a otros. Debemos primero querer ayudarlos, antes de que podamos obtener de ello alguna satisfacción. La grata satisfacción es un producto derivado, no es lo que estamos buscando. De este modo, sentir esa satisfacción no es una marca de egoísmo.» —James Rachels

3.4. Existen casos de altruismo que difícilmente se pueden explicar mediante la teoría del egoísmo psicológico.

Según la teoría del egoísmo psicológico, toda acción humana está motivada por el autointerés, sin embargo hay numerosos casos de sujetos que han preferido molestarse, arriesgar su vida o morir para beneficiar a otros.

Son abundantes los estudios que corroboran que el altruismo y la empatía pueden encontrarse en los seres humanos desde su nacimiento y es posteriormente, mediante la experiencia y el aprendizaje, cuando se elige modificarlo o no. Por ejemplo, el altruismo se puede ver claramente en la llamada imitación motriz: cuando un bebé humano comienza a llorar, los bebés que hay a su alrededor, sin motivo alguno, también lloran. De este modo, se solidarizan con el dolor ajeno, y llaman más la atención de los cuidadores, para que acudan a atenderlo. Existen otros ejemplos de altruismo innato que podemos ver en los niños más pequeños.

En su libro «Introducción a la Filosofía Moral», James Rachels nos habla sobre Raoul Wallenberg (1912-1947) un destacado caso de altruismo durante la Segunda Guerra Mundial:

Raoul Wallenberg actuó por altruismo«Raoul Wallenberg, un hombre de negocios sueco que pudo haberse quedado tranquilo en su casa, pasó los últimos días de la segunda Guerra Mundial en Budapest. Wallenberg se había ofrecido a ir allí como parte de una misión diplomática sueca después de que oyó informes acerca de la “solución final al problema judío” de Hitler. Una vez allí, presionó (con éxito) al gobierno húngaro para suspender las deportaciones a los campos de concentración. Cuando el gobierno húngaro fue remplazado por un régimen títere de los nazis y se reanudaron las deportaciones, Wallenberg expidió “pases protectores suecos” a miles de judíos, insistiendo en que todos ellos tenían conexiones con Suecia y estaban bajo la protección de su gobierno. Ayudó a muchos a encontrar lugares donde esconderse. Cuando se hacían redadas, Wallenberg se interponía entre ellos y los nazis, diciendo a éstos que antes tendrían que matarlo a él. Al final de la guerra, cuando todo era un caos y los otros diplomáticos huían, Wallenberg se quedó. Se le atribuye la salvación de unas 120.000 vidas. Cuando terminó la guerra, desapareció, y por mucho tiempo nadie supo qué le había sucedido. Ahora se cree que lo mataron, no los alemanes, sino las fuerzas de ocupación soviéticas. La historia de Wallenberg es más dramática que muchas otras, pero de ningún modo es única. El gobierno israelí ha documentado 6.000 casos de gentiles que protegieron a sus vecinos judíos durante el Holocausto, y sin duda hay miles más.»

«Si alguien dijera que voy a morir si no como caldo de carne o carne de cordero incluso por consejo médico, preferiría morir. Esa es la base de mi vegetarianismo. Para mí ese fue un gran descubrimiento en mi búsqueda de la verdad». —Mohandas Gandhi

Hay numerosos casos de altruismo en especies no humanas.[3] Por ejemplo, numerosos experimentos con ratas ha demostrado que, en la mayoría de los casos, las ratas eligen socorrer a sus compañeras antes que obtener comida.

Resumiendo, el argumento según el cual «los humanos SIEMPRE actúan movidos por egoísmo, POR LO TANTO deben ser egoístas» está mal en casi todas las formas en que un argumento puede estar mal: las premisas no son verdaderas, y aun si lo fueran, la conclusión no se seguiría de ellas.

Bibliografía

– Nagel, Thomas. «La Posibilidad del Altruismo». Fondo de Cultura Económica, 2004
– Rachels, James. «Introducción a la Filosofía moral». pags.108-125. Fondo De Cultura Económica, 2011.

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