ARGUMENTO: “Los animales no fabrican/usan herramientas y no tienen cultura”

PROLEGÓMENO: Algunas personas dicen que los animales no-humanos no poseen una cierta característica[1].

En esta entrada hablaremos sobre la construcción/uso de herramientas y sobre la transmisión cultural, pues ambas cosas suelen estar bastante relacionadas.

El paso de información de una generación a la siguiente por medios no genéticos se ha denominado intercambio cutural. Por ejemplo, la construcción y uso de herramientas es un elemento cultural. Frans de Waal lo explica así:

«¿Cuál es el común denominador de todo aquello que llamamos cultura? A mi juicio no puede tratarse sino de la expansión no genética de costumbres e información.» Frans de Waal

Algunas personas afirman que los humanos son el único animal que usa/construye herramientas y que tiene cultura. Apoyándose en esta afirmación, algunas de estas personas justifican que se esclavice y que se asesine a los animales no-humanos.

Formulamos de forma más clara el argumento que utilizan dichas personas. Éste iría como sigue:

(A1) «Todos los humanos usan/fabrican herramientas».
(A2) «Todos los humanos poseen cultura».
(A3) Como (A1) y (A2) es verdadero entonces «Es éticamente incorrecto esclavizar y asesinar a humanos».
(A4) «Los animales no-humanos no usan/fabrican herramientas».
(A5) «Los animales no-humanos no tienen cultura».
(A6) Como (A4) y/o (A5) es verdadero entonces «Es éticamente correcto esclavizar y asesinar a los animales no-humanos».

Este argumento puede rebatirse de las siguientes maneras:

1. Desde el punto de vista de la Ética:

(i) La principal característica moralmente relevante es la capacidad para sentir, no usar/fabricar herramientas ni tener una cultura. La principal característica moralmente relevante para respetar a alguien no es que dicho individuo use/construya herramientas ni que viva junto a un grupo de individuos con los que comparta una cultura sino la capacidad para sentir, pues ella es poseída por todos los individuos que tienen intereses[1].

(ii) Quedan seres humanos excluídos. Si la principal característica moralmente relevante para respetar a alguien fuera usar/construir herramientas o poseer una cultura entonces quedarían humanos excluidos: embriones sintientes, bebés, niños pequeños, disminuidos psíquicos profundos, seniles, etc., es decir, podrían ser usados igual que se usa a los animales no-humanos que no usan/construyen herramientas y no poseen cultura. A este argumento se le conoce como el argumento de los casos marginales o argumento de la superposición de especies, el cual rebate la idea de que existe algún criterio no definicional y de cumplimiento empíricamente comprobable que sea satisfecho por todos los seres humanos y solo por ellos, por lo tanto concluye que existe una discriminación especista[2].

3. Desde el punto de vista de la ciencia:

(iii) La ciencia reconoce el uso/fabricación de herramientas y la existencia de cultura en animales no-humanos. A continuación vamos a hablar sobre uso/fabricación de herramientas y las culturas de los animales no-humanos:

HERRAMIENTAS Y CULTURA EN MONOS Y PRIMATES:

– En 1953, en una pequeña isla frente a las costas de Japón, los científicos comenzaron a observar el comportamiento de los macacos para compararlo con el de otros primates. Con el fin de habituar a los tímidos macacos a su presencia, los primatólogos les dieron patatas dulces. En general, esto significaba que los macacos se sirvieron de papas con arena. Entonces un día, un macaco hembra de 16 meses, a quien los investigadores llamaron Imo, llevó una patata sucia a una corriente de agua dulce y la sumergió en el agua antes de comerla. Al poco tiempo, todos los demás macacos limpiaban las patatas antes de comerlas. Imo había creado un hecho cultural. En diez años este hábito se había extendido a la mayoría de la población y a todas las islas del archipélago japonés.

– Desde 1963, cuando una hembra se introdujo en las aguas termales de Jigokudani-Onsen (Japón) para recuperar soja, un grupo de macacos visita estas aguas termales con regularidad para escapar del frío.

– En Gran Bretaña, herrerillos azules enseñaron unos a otros a picotear por las mañanas en las botellas de leche.

– En la década de 1960, Jane Goodall descubrió la cultura de los chimpancés. Cuando se creía que los humanos eran el único grupo de animales con individuos capaces de construir y usar herramientas, Goodall observó a chimpancés construirlas y utilizarlas.

Jane Goodall descubrió y estudió la cultura de los chimpancés y gracias a ello
podemos imaginar como fueron los inicios culturales de nuestra propia especie. (Link)

– Los chimpancés utilizan ramas, palos y tallos de hierbas para conseguir alimentos. Pero existen diferencias en las distintas regiones. Los chimpncés de Gombe, en África oriental, utilizan estas ramas sin quitarles la corteza. Lo contrario sucede en Okorobiko, les quitan la corteza. En Senegal, estos animales no utilizan ramas, sino palos con los que hacen boquetes en el hormiguero y luego cogen las termitas con las manos. Estas variadas técnicas pasan de una generación a otra por tradición cultural.

En 1998, Jesús Mosterín publicó su libro ¡Vivan los animales!, donde nos habla sobre qué es la cultura y en concreto sobre la cultura de los chimpancés[5]:

«La cultura no es un fenómeno exclusivamente humano, sino que está bien documentada en muchas especies de animales superiores no humanos. Y el criterio para decidir hasta qué punto cierta pauta de comportamiento es natural o cultural no tiene nada que ver con el nivel de complejidad o de importancia de dicha conducta, sino sólo con el modo como se trasmite la información pertinente a su ejecución. […] Los chimpancés son animales muy culturales. Aprenden a distinguir cientos de plantas y sustancias, y a conocer sus funciones alimentarias y astringentes. Así logran alimentarse y contrarrestar los efectos de los parásitos. Tienen muy poco comportamiento instintivo o congénito. No existe una ‘cultura de los chimpancés’ común a la especie. Cada grupo tiene sus propias tradiciones sociales, venatorias, alimentarias, sexuales, instrumentales, etc. […] La cultura es tan importante para los chimpancés, que todos los intentos de reintroducir en la selva a los chimpancés criados en cautividad fracasan lamentablemente. Los chimpancés no sobreviven. Les falta la cultura. No saben qué comer, cómo actuar, cómo interaccionar con los chimpancés silvestres, que los atacan y matan. Ni siquiera saben cómo hacer cada noche su alto nido-cama para dormir sin peligro en la copa de un árbol. Durante los cinco años que el pequeño chimpancé duerme con su madre tiene unas 2.000 oportunidades de observar cómo se hace el nido-cama. Los chimpancés hembras separados de su grupo y criados con biberón en el zoo ni siquiera saben cómo cuidar a sus propias crías, aunque lo aprenden si ven películas o vídeos de otros chimpancés criando». Jesús Mosterín, ¡Vivan los animales!

– En enero de 2001, se publicó un libro de Frans de Waal titulado The Ape and the Sushi Master: Cultural Reflections of a Primatologist (El simio y el aprendiz de sushi. Reflexiones de un primatólogo sobre la cultura), donde éste explica que no sólo los humanos tienen cultura[6]:

La noción estándar de humanidad conyeva la creencia de que se trata de la única forma de vida que ha realizado la transición del reino natural al cultural como si un día abriésemos la puerta ala nueva vida. La transición hacia la cultura ha sido sin duda alguna gradual, en pequeñas etapas y no ha sido ni completa (nunca hemos dejado atrás realmente la naturaleza) ni muy diferente, al menos en el inicio del comportamiento observado en otros animales. La idea de que constituimos la única especie cuya supervivencia depende de la cultura es falsa , y el proyecto mismo de yuxtaponer naturaleza y cultura es un grandísimo quid pro quo.

– En 2002, la Dra. Cindy Engel, profesora en la Open University Británica, publicó el libro Wild Health: How Animals Keep Themselves Well and What We Can Learn From Them, un trabajo de recopilación de casos de automedicación en animales no-humanos realizado durante diez años. Un ejemplo de automedicación entre los chimpancés fue descubierto por Michael Huffman y Mohamedi Seifu, cuando trabajaban en el Parque Nacional de la montañas Mahale en Tanzania. Observaron que los chimpancés que tenían gusanos intestinales se comían la médula de la planta Veronia. Esta planta tiene terpenos, que son tóxicos. La dosis que se tomaban los chimpancés era suficiente para matar a los gusanos intestinales, pero no para matar al primate. Dicho sea de paso, lo mismo ocurriría a los humanos y realmente los nativos de la zona también comen la médula de Veronia con el mismo propósito. Según Teresa Giúdice, se puede constatar que los chimpancés innovan, crean, inventan. Un individuo arma un comportamiento nuevo y útil. Más tarde lo aprenden los demás.

– En junio de 2005, se publicó en el New York Times un estudio de Stephen J. Dubner y de Steven D. Levitt titulado «Monkey Business» en el que se mostraba la capacidad de los monos capuchinos para utilizar dinero. Después de varios meses de entrenamiento, los monos comenzaron a exhibir comportamientos que reflejaban la comprensión del concepto de un medio de intercambio (por ejemplo, responder racionalmente a las perturbaciones de los precios), lo cual se creía limitado a los humanos adultos sanos. Los capuchinos mostraron la misma tendencia a evitar la pérdida demostrada por los humanos y los inversores.[7]

– En agosto de 2005, un estudio llevado a cabo por un equipo en la Universidad de St. Andrews en el Reino Unido, y el Centro Nacional de Investigación de Primates en la Universidad de Emory, localizada en Atlanta, EE.UU, y publicado en la revista Nature, dijo haber probado que los chimpancés, como los humanos, muestran una actitud esencial para la creación de cultura: la conformidad social. Tras entrenar a chimpancés cautivos para que usaran herramientas de distintas maneras, por primera vez se demostró experimentalmente que los primates desarrollan tradiciones culturales a través de la imitación. Esto ya se sospechaba desde hace tiempo a partir de observaciones de los animales salvajes. «Esta es la primera vez que un científico ha creado experimentalmente dos tradiciones distintas en cualquier primate. Más aún, es la primera vez que alguien ha hecho esto con utilización de herramientas por un animal», dijo el profesor Andrew Whiten de la Universidad St. Andrews a la BBC. Este trabajo sugiere que un ancestro común de chimpancés y humanos, que se calcula vivió hace aproximadamente 4 a 6 millones de años, probablemente también tenía un deseo de conformarse, la característica esencial de la cultura humana. «Si ambas especies tienen elementos de cultura, es muy probable que su ancestro antiguo también la tuvo», dijo la coautora, la doctora Victoria Horner, «así que la cultura probablemente tiene un origen antiguo de raíces profundas».

Presentaron dos grupos distintos de chimpancés con un problema relevante a sus primos salvajes: cómo recuperar un trozo de comida atascado detrás de una tubería bloqueada. Los investigadores le enseñaron en secreto a un chimpancé de cada grupo una forma novedosa de resolver el problema. A la chimpancé Ericka se le enseñó a usar una vara para levantar el bloqueo y lograr que la comida cayera fuera del tubo. Otra hembra chimpancé, Georgia, fue entrenada a empujar la bola de comida hasta que saliera por la parte de atrás de los tubos. Cada chimpancé fue reunido después con su grupo y los científicos observaron como se comportaban.

Ellos encontraron que los chimpancés se reunían alrededor de Ericka o de Georgia y pronto copiaban su comportamiento. Al final de dos meses, los dos grupos distintos estaban todavía utilizando su propio método de sacar la comida y así habían sido establecidas dos tradiciones culturales diferentes.

La investigación agrega peso a décadas de estudios de campo sobre animales salvajes que sugieren que estos tienen ricas tradiciones culturales sin igual en especies distintas a la nuestra.

Los chimpancés en África occidental, por ejemplo, utilizan piedras y pedazos de madera para abrir nueces destinadas a su alimentación; pero esto nunca ha sido observado en chimpancés que viven en África oriental.[8]

Un organgután intenta pescar con lanza, tal y como ha visto hacer a los nativos
(imagen: Jay Ullal).

– En octubre de 2007, se publicó un libro de Willie Smits titulado Los pensadores de la jungla junto con el autor Gerd Schuster y el galardonado fotógrafo Jay Ullal. En él, Smits habla sobre su vida y su experiencia con los orangutanes. En el libro aparecen por primera vez fotos de orangutanes nadando y pescando en Borneo y en Sumatra.

– Ya en 2009, se conocía que los monos capuchinos utilizan grandes piedras a modo de martillo para abrir nueces de palma. No sólo eso, también saben elegir las mejores piedras para hacerlo[9] y usan piedras para espantar a depredadores[10]. Los monos capuchinos jóvenes aprenden el uso de esta herramienta observando a los adultos.

9 Animales que usan herramientas y 1 que reflexiona (Link)

– En julio de 2010, los científicos ya habían descrito más de treinta comportamientos distintivos en las siete poblaciones de chimpancés estudiadas. Por ejemplo, los grupos que viven en el este África utilizan manojos de hojas que introducen en los huecos de los árboles para obtener el agua que ahí queda estancada, cosa que no hacen sus vecinos del oeste, cuya cultura está especializada en el aseo personal por medio de hojas.

– En octubre de 2011, el doctor en ecología tropical costamarfileño Serge Soiret, miembro del Proyecto Gran Simio, consiguió grabar un video de 8 minutos de duración en el que se documenta la transmisión cultural entre chimpancés libres en el Parque Nacional de Tai (Costa de Marfíl). En el video se ve a un grupo de chimpancés que prefieren la nuez Panda oleosa de las cuatro selváticas que existe en la zona. Es la más dura pero los chimpancés cascan esta nuez fresca o seca, para comer únicamente la almendra del interior, dejando la pulpa. Para ello utilizan como herramientas piedras de diferentes tamaños a modo de martillo para abrir la nuez, ya sea sobre yunques en la raíz del árbol productor, sobre la raíz de otro árbol o bien sobre un bloque de piedra. En el video conseguido por Proyecto Gran Simio se ve a una madre chimpancé cascando nueces de Panda sobre la raíz del propio árbol del fruto y como su hijo presta mucha atención al trabajo de su madre y en ausencia de la misma durante unos momentos, intenta imitarla buscando diferentes formas para conseguirlo[11]:

“Hace tiempo que sabemos que los chimpancés de distintas zonas tienen culturas diferentes (distintas costumbres, distintos medios y herramientas) y también hay documentos filmados (como los de Roger y Deborah Fouts) de la transmisión cultural en chimpancés cautivos. Ahora, el Proyecto Gran Simio España ha conseguido imágenes de transmisión cultural en chimpancés libres, en su medio natural y debemos estás imágenes al trabajo del doctor en ecología tropical costamarfileño Serge Soiret, miembro del Proyecto Gran Simio y que se encuentra realizando unos estudios para el Instituto Max PlanK financiado por nuestra Asociación”. Pedro Pozas Terrados, Director Ejecutivo del Proyecto Gran Simio en España


– Gorilas y orangutanes miden la profundidad de los ríos ayudándose de palos de madera.

HERRAMIENTAS Y CULTURA EN OTROS MAMÍFEROS:

Los cetáceos son unos de los animales más capaces de aprender y transmitir conocimientos. Los delfines y la ballenas son capaces de enseñar unos a otros.

– Noticia junio 2016: «Los humanos no son únicos: las orcas también evolucionan gracias a la cultura»: Un gran estudio genético explora el origen de estos cetáceos y su gran capacidad de aprendizaje.

– En marzo de 2011, se publicó en Current Biology un trabajo de Ellen Garland y de otros colaboradores titulado «Dynamic Horizontal Cultural Transmission of Humpback Whale Song at the Ocean Basin Scale»[12], donde se muestra un intercambio cultural a gran escala entre ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae). Las ballenas jorobadas transmiten un canto de aparamiento de población a población a lo largo de todo el océano, haciendo que los machos cambien su cántico y adopten la “canción de moda”, que va cambiando con el tiempo, incorporando nuevos elementos sobre partes de años anteriores. Los investigadores han comprobado que las canciones se inician en la población que migra a lo largo de la costa oriental australiana, transmitiéndose luego a través de otros grupos hasta llegar a la Polinesia Francesa.

– Los delfines de la Bahía Shark, en Australia Occidental, es una de las más estudiadas del mundo. Los delfines practican la “técnica de la esponja”, la cual consiste en que algunos delfines utilizan esponjas marinas como guantes o máscaras para proteger sus hocicos cuando buscan alimentos en el arenoso fondo marino. La madre les enseña a sus crías esta técnica, siendo un ejemplo de transmisión cultural.[13]

– En 2012, Volker Deecke, un investigador del Centro de Vida Salvaje de la Universidad de Cumbria, en Reino Unido, fotografió a un oso del Parque Nacional Glaciar Bay (Alaska) utilizando una piedra cubierta de crustáceos como exfoliante mientras se daba un baño. Sus conclusiones al respecto fueron publicadas en la revista Animal Cognition. Es la primera vez que se observó el uso de herramientas por parte de un oso. La observación se produjo durante el periodo en el que estos animales mudan su pelaje, época en la que suelen frotarse contra árboles o rocas con el propósito de facilitar su caída.[14]

“Las nutrias marinas usan piedras para romper las conchas de los erizos de mar y almejas, los elefantes asiáticos se han visto utilizando ramas para espantar a as moscas, algunos delfines usan esponjas para cubrir su rostro, mientras que las ballenas jorobadas han aprendido a hacer uso de las burbujas para ayudarse a atrapar peces a la hora de alimentarse. No sabemos cómo de habitual es este comportamiento, pero creo que la verdadera experiencia de aprendizaje ha sido la que he vivido yo al descubrir lo poco que realmente sabemos acerca de las capacidades cognitivas de los osos en general, y especialmente los osos pardos.” Volker Deecke

– Las nutrias marinas dedican gran parte del día a bucear con la intención de capturar su comida preferida: almejas, erizos de mar y cangrejos. Cuando logran obtener uno, lo sujetan entre los dientes y comienzan a buscar una roca plana y de formas circulares. Entonces nadan hasta la superficie y flotan boca arriba. Luego la sostienen en su vientre a modo de yunque y, por último, cogen el molusco con las patas delanteras y comienzan a golpearlo hasta que consigue acceder a la parte comestible. En un estudio realizado en los años sesenta en California, se descubrió además que las nutrias marinas suelen guardar la misma piedra para las siguientes capturas.

Nutria utilizando una piedra para romper el caparazón de otro animal (Link)

– La rata topo lampiña coloca una pequeña astilla tras sus dientes para no tragar tierra mientras excava sus pasadizos en el interior de la tierra.

HERRAMIENTAS Y CULTURA EN PECES:

– En el año 2006, cuando el buceador profesional Scott Gardner regresaba a la superficie después de una inmersión de 18 metros en la Gran Barrera de Coral en Australia escuchó un extraño sonido a su alrededor, era como si alguien estuviera tratando de romper algo con una roca. Al investigar el origen del sonido, se dio con la gran sorpresa de que era un pez (Choerodon schoenleinii) quien hacía ese ruido tratando de romper una almeja golpeándola con su boca contra una roca. Una vez rota la concha, el pez se comió al bivalvo. Esta experiencia fue recogida fotográficamente y publicada en la revista Coral Reefs en un artículo titulado «Tool use in the tuskfish Choerodon schoenleinii?».

Según la definición actual, una herramienta es «el uso de un objeto externo como una extensión funcional de la boca o la mano para llevar a cabo una determinada tarea», por lo tanto, el pez no usa una herramienta propiamente dicha porque no coge una roca para romper la concha. Pero la definición actual está restringe el uso de herramientas a organismos con estructura anatómica similar a la de los humanos, razón por la cual este descubrimiento podría redefinir la definición de herramienta.

– En septiembre de 2011, se publicó en la revista Coral Reefs el primer video que constata el uso de herramientas por un pez brosmio con tonos naranja. El video fue grabado por Giacomo Bernardi, profesor de Ecología y Biología Evolutiva en la Universidad de California, Santa Cruz. Bernardi grabó el video en Palau en 2009.

Bernardi dijo que oyó por primera vez del fenómeno en 1994, cuando un colega (James Coyer) observó un pez bodión amarillo en Florida haciendo la misma cosa. Un comportamiento similar se reportó en un pez sixbar en un entorno del acuario. Un informe publicado en junio en la revista citada incluyó fotos de este comportamiento en una pez brosnio de mancha negra en la Gran Barrera de Coral de Australia.

Los lábridos, a los que pertenecen ambas especies, son una de las familias más grandes y diversas de peces marinos. Bernardi señaló que varias de las especies observadas que usan de herramientas no están estrechamente relacionados, y cubren una amplia gama de la historia evolutiva de la familia de los peces. «Están en los extremos opuestos del árbol filogenético, por lo que este puede ser un rasgo de comportamiento profundamente arraigado», dijo.

CONCLUSIÓN: El uso/construcción de herramientas y la expansión no genética de costumbres e información (cultura) no es la principal característica moralmente relevante para mostrar consideración y respeto hacia un individuo. Existen humanos que no usan/construyen herramientas y que no tienen una cultura: embriones sintientes, bebés, niños pequeños, disminuidos psíquicos profundos, seniles, etc. Existen animales no-humanos que usan/construyen herramientas y tienen una cultura. Pero la principal característica moralmente relevante para mostrar consideración y respeto hacia un individuo es la capacidad para sentir, pues ésta permite la existencia de intereses.

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