ARGUMENTO: “Comprando un animal le ayudamos a que tenga una vida mejor”

RESUMEN: ¿Es éticamente correcto comprar animales? ¿debemos comprar animales o adoptarlos? Éstas son algunas de las preguntas a las que aquí vamos a responder.Comprar animales enriquece económicamente a los explotadores de animales y no hace más que dificultar la solución para acabar con el maltrato animal que representan las tiendas de animales y la venta de animales por particulares. Sólo en algunos casos excepcionales, que cuentan con un gran simbolismo y con un seguimiento mediático importante, podemos estimar que tendrá mejores consecuencias comprar un animal para rescatarlo que adoptar a otro animal. Si se va a ayudar a un animal es mejor adoptarlo o rescatarlo de un centro de explotación que comprarle. Al adoptar a un animal salvamos su vida, pues en las perreras se mata a los animales si nadie los adopta.

Palabras clave: adopción, criaderos, perreras, tiendas de animales

Algunas personas no saben que la ley considera que los animales no humanos son cosas. El cambio legislativo de la palabra «cosas» por «seres dotados de sensibilidad», etc. no les ha reconocido a estos su derecho a la salud y a la vida, por lo tanto legalmente siguen siendo cosas, aunque la ley les nombre con otra palabra. El objetivo final de los defensores de los Derechos Animales debe ser lograr que quienes no son humanos sean reconocidos legalmente como personas no humanas con derecho a la salud y a la vida.[1]

Algunas personas dicen que «la compra-venta de seres sintientes es éticamente correcta». Comerciar con seres sintientes implica considerar que estos son cosas que se pueden poseer (propiedades), por eso decimos que al convertirles en mercancías se les cosifica. Si bien es cierto que no hay frustración de intereses al escribir en un papel que alguien es de nuestra propiedad ni tampoco al cambiar el propietario a cambio de una cierta cantidad de dinero, el comercio no consiste sólo en eso. Al comprar animales no humanos en tiendas se promueve el maltrato animal de los criaderos y de las tiendas de animales.[2] No se debe comprar, sino adoptar.

Algunas personas dicen que «la venta de bebés humanos debe ser legal». La venta de bebés humanos también mal llamada «gestacion subrogada» o «vientre de alquiler», es un nuevo mercado de negocio para el capitalismo. El precio de un bebé humano está entre los 120.000 y los 200.00 euros. La venta de bebés humanos es legal en estos países: EEUU, Canadá, Portugal, Grecia, Ucrania, Rusia y Georgia. Algunos millonarios como Cristiano Ronaldo, Kim Kardashian, Jaime Cantizano, Fernando Tejero, Miguel Bosé, Nicole Kidman, Ricky Martin, Robert de Niro, Sofía Vergara, Sarah Jessica Parker, etc. han comprado bebés a mujeres necesitadas de estos países. Estamos frente a una nueva modalidad de cosificación de seres sintientes pero, en este caso, de cosificación de humanos que legalmente son considerados personas. Éste es un ejemplo de ideología egocentrista[2]: se imponen los deseos de millonarios a quienes necesitan ayuda. Si bien es cierto que es éticamente correcto que, por altruismo, una mujer decida quedarse embarazada para regalar su bebé, esto no es lo que ocurre en la Realidad y es poco probable que ocurra. Lo que ocurre realmente es que existen mujeres que están coaccionadas por una situación de necesidad económica y los millonarios se aprovechan de ello para inseminarlas y comprarles a sus hijos. Aprovecharse de quienes necesitan auxilio es una idea esencial del liberalismo[3], tanto es así que ideólogos liberales como Walter Block defienden crear contratos «voluntarios» de esclavitud. El Estado como autoridad que debe defender el derecho a la salud y a la vida, debe impedir que las mujeres se vean obligadas económicamente a vender a sus hijos. Por lo tanto, la venta de bebés humanos debe estar prohibida, así como debe estar prohibida la venta de cualquier ser sintiente. No se debe comprar, sino adoptar.

Algunas personas dicen que «es menos malo comprar un animal que dejarle en el escaparate de la tienda». Si bien es cierto que al animal comprado se le dará una vida mejor que si nadie le compra, estas personas sólo han reflexionado sobre las consecuencias para ese animal en concreto, no para lo que es el problema de la compra-venta en sí mismo. Comprar una «mascota» tiene estas otras consecuencias: 1) El espacio que ocupaba el animal comprado será ocupado por un nuevo animal; y 2) El dinero que hemos pagado a quien vende animales mantendrá e incluso potenciará el negocio de cría y venta de animales. Una de las cosas que podemos hacer para ayudar a los animales que se venden en las tiendas es denunciar ilegalidades en las condiciones en las que se encuentran los animales. Otra opción sería el rescate, pero es ilegal, razón por la que no podemos recomendarla; además en tal caso se deberían estimar las consecuencias no inmediatas de hacerlo (multas, cárcel, opinión pública, etc.). Si quieres ayudar a un animal debes adoptarle, no comprarle. Las perreras matan a los animales si nadie los adopta en pocos días. Al adoptar a un animal de una perrera o de un refugio estamos seguros de haberle salvado la vida. Lo único que tendremos que pagar serán las vacunas y esterilización del animal, nos saldrá más barato, por lo que tendremos más dinero disponible para ayudar a otros animales, por ejemplo haciendo un donativo. Al promover la adopción y adoptar estamos boicoteando el negocio de los criaderos y de las perreras.

No compres amigos, adóptalos!!! (Link)

Algunas personas preguntan: «si comprar seres sintientes es éticamente incorrecto entonces ¿por qué algunas organizaciones han comprado algunos animales?». Como algo puntual, algunas ONG’s veganas han comprado seres sintientes que iban a ser matados. Por ejemplo, en 2009 la organización PETA salvó la vida a George, una langosta de 140 años de edad que iba a ser matada en un restaurante. La razón por la que puntualmente algunas organizaciones compran animales es porque estiman que salvarles se convertirá en noticia para los medios de comunicación, llegando así a millones de personas que podrán simpatizar con quien fue salvado y que eso tendría unas consecuencias positivas en la lucha contra la compra-venta de animales.

Algunas personas dicen que «comprar huevos a la industria avícola es éticamente incorrecto, por eso compraré un pollito hembra o una gallina para que ponga huevos y la cuidaré muy bien». De esta manera creen que no harán nada malo contra las aves y que así comerán «huevos éticos». A continuación vamos a explicar por qué es éticamente incorrecto comprar un pollito hembra o una gallina:

Al comprar un pollito se separa a madre e hijo. Los criaderos embarazan y separan de manera sistemática a las gallinas de sus huevos fecundados. Los pollitos separados de su madre biológica no reciben el cuidado y amor adecuados.

Al comprar un pollito o una gallina se está promoviendo la matanza de pollitos macho. Por cada pollito hembra un pollito macho fue matado. Los pollitos macho son matados por millones debido a que no ponen huevos y a que engordan menos que las hembras (producen menos dinero en el comercio de carne de pollo); por ello el explotador prefiere alimentar a 100 hembras que a 100 machos.

Al comprar un pollito o una gallina, se fomenta la idea de que es necesario comer huevos para estar sano y fuerte, fomentando con ello que otros consuman huevos. No necesitamos comer huevos para estar sanos y fuertes, y dada la dramática situación que padecen los animales deberíamos difundir esta idea.

Al comprar pollitos y gallinas se financia a los criaderos, y con ello la explotación de estas aves. En los criaderos los animales son simples mercancías que cuando son vendidos su lugar es ocupado por otros. Cuanta más demanda de pollitos y gallinas exista, más animales serán explotados y más poder económico tendrán los explotadores para promover y ampliar su negocio.

Al comprar/vender pollitos y gallinas se asume que estos animales tienen un estatus de propiedad. Sólo las cosas deben comprarse y venderse. Quienes no son humanos tampoco son meras cosas, por lo tanto no deben ser tratados como si lo fueran, pues tienen intereses que deben ser éticamente tenidos en cuenta. Debemos tratar a los demás como individuos que tienen sus propios intereses, no instrumentalizares para beneficiarnos de ellos.

Si a pesar de todo lo que se ha dicho, alguien mantiene su idea de tener una gallina ponedora, puede rescatar a una gallina de la industria avícola. Aún así muchas gallinas han puesto tantos huevos que a muchas se les queda dentro uno y mueren debido a una dolorosa infección, por eso en algunos santuarios las han llegado a esterilizar para qu eno pongan más huevos.

 

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